Hace cuatro años a Norberto le negaron la entrada a las universidades públicas a las que aplicó en Veracruz, las principales excusas fueron que no había programas y maestros capacitados para enseñarle a una persona invidente.
Actualmente está a punto de terminar la carrera de Fisioterapia. Para cumplir su sueño tuvo que salir del estado, pues se dio cuenta que si se quedaba sería muy difícil llevar a cabo sus planes.
Fue la Universidad Autónoma de Sinaloa donde lo recibieron para que cursara sus estudios, sin pensarlo dos veces les dijo a sus padres que se iría a vivir a ese estado.
Es originario de la comunidad de Loma Angosta del municipio de Carrillo Puerto, ubicado a una hora y media del puerto de Veracruz.
Por negligencia médica perdió la vista
A la edad de ocho años Norberto perdió la vista. Una operación sencilla de cataratas se complicó por una negligencia médica, lo que le dañó las retinas de ambos ojos, después de eso fue perdiendo gradualmente la vista.
“Yo cuando quede ciego, yo estaba en la primaria, iba a cursar como el cuarto grado, pero pues lamentablemente de ahí ya no seguí académicamente mi vida, entonces me la pase aproximadamente como año y medio así, sin estudiar”, contó.
Buscando una mejor calidad de vida sus padres decidieron cruzar la frontera ilegalmente a los Estados Unidos, en donde dos de sus hermanos ya se encontraban trabajando.
Fue ahí donde sus padres lograron pagarle dos cirugías para que recuperara la vista, aunque por algunos años logró ver, tras cursar la primaria y secundaria su visión le volvió a cobrar factura, pues se fue cansando hasta el grado de dejar de ver por segunda ocasión.
“Alcanzo a ver lo que es un poco de luz y cositas así, pero es muy mínimo lo que alcanzo a ver, del ojo derecho es ceguera total y pues terminé mi preparatoria en Estados Unidos, quise estudiar una carrera, pero me salía muy caro por ser ilegal”.
Tras varias negaciones de volver a México, sus padres lograron convencerlo, al llegar al estado de Veracruz sus planes de entrar a la universidad y concluir su preparatoria se complicaron, primero porque tenía que revalidad sus certificados, después porque en ninguna institución lo querían aceptar por su condición.
Fueron dos años en los que dejó de insistir, en todo ese tiempo estuvo trabajando como maestro de inglés en una escuela privada, pero su verdadera vocación lo volvió a llamar, así que de nueva cuenta tocó puertas. La asociación Ciegos Fundación Roma A.C. lo apoyó a concluir su preparatoria.
“La Universidad Veracruzana y el Instituto Politécnico de Huatusco que son universidades públicas estatales, quise entrar, pues como todo me respondían que no había maestros especiales y como yo siempre he dicho nadie es especial, sino que necesitamos maestros capacitados y preparados que verdaderamente quieran cambiar el rumbo de nosotros, como personas con discapacidad”.
Por recomendaciones de algunos amigos dio con la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde le dijeron que aceptaban a personas con discapacidad, pidió informes y tras aplicar el examen de admisión quedó en la carrera de Fisioterapia.
En aquella institución le brindaron todas las facilidades y apoyo para adaptarse a la ciudad, al igual que logró obtener una beca donde le daban alojamiento y comidas, así como un diplomado, el cual lo ayudó a dar clases y asesorías a chicos con discapacidad.
Pandemia lo hizo regresar a Veracruz
Después de estar tres años viviendo solo en Sinaloa, hace uno tuvo que regresar, la pandemia de la covid lo obligó a volver, todas sus clases son en línea, al igual que los demás estudiantes, esto no significó un retroceso en sus estudios, pues sus profesores y compañeros le brindaron toda la ayuda y asesoría para que continuara.
Gracias a su profesión da consultas en su casa a personas que necesiten de sus servicios.
“No estaba en mis planes o en mis pensamientos trabajar todavía, pero hora sí que las personas me fueron dando es oportunidad poco a poco y pues me dieron la confianza y creyeron en mí y afortunadamente ahorita tengo muchos pacientes, tengo pacientes todos los días”.
También está en la espera para que le autoricen realizar su servicio social en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Esto con la finalidad de abrir más espacios para personas que como él tienen alguna condición diferente.
Se necesitan leyes para personas con discapacidad: Norberto
Norberto es uno de los representantes estatales de la Red Nacional de Ciegos México (RENAC), la cual tiene como misión hacer efectiva la igualdad de oportunidades y la no discriminación de las personas ciegas y con baja visión, fortaleciendo la inclusión social, educativa y laboral.
Esta red se hizo púbica en el 2020, el año en el que la pandemia de la covid llegó al país, la finalidad era atender la necesidad de las personas con discapacidad visual que se encuentran en condiciones de marginación, buscando oportunidades para continuar con una vida digna y plena.
La RENAC no solo busca reformar las leyes para las personas invidentes sino para todos los sectores que sufren de alguna discapacidad y que los pongan en desventaja ante diferentes ámbitos en la sociedad.
“Estamos luchando para cambiar leyes para que todo se reforme y haya leyes que nos protejan, ahorita estamos impulsando cuatro que son la Ley del Trabajo, Educativa, trasporte y vivienda, porque en México tenemos derechos, pero no es lo mismo un derecho a una ley”.
Personas con discapacidad con poco acceso a la educación
En el 2020 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) contó en el rubro de discapacidad a 20 millones 838 mil 108 personas, una cifra que representa el 16.5% de la población de México.
En cuanto a los datos desagregados por edad y sexo, entre la población con discapacidad hay más mujeres que hombres:
Mujeres: 11 millones, 111 mil 237 (53 por ciento).
Hombres: 9 millones 726 mil 871 (47 por ciento).
De los más de 20 millones de personas que sufren alguna discapacidad 12 millones 727 mil 653 no pueden ver aun usando lentes.
El Instituto Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) señala que las personas con discapacidad enfrentan condiciones pronunciadas de exclusión. Una alta proporción vive en pobreza, y además es discriminada en la educación, la salud y el empleo, entre otros ámbitos.
Una de cada cinco personas (21 por ciento) con discapacidad entre 15 y 59 años no sabe leer ni escribir, mientras que la tasa a nivel nacional es siete veces menor (3 por ciento) (Conapred 2018).
Mientras que la asistencia a la escuela es casi universal en los niveles básicos (97%), entre las personas con discapacidad el porcentaje cae a 80%. Conforme pasa el tiempo, sólo el 28% de este sector se incorpora a la educación media superior y superior.
Sólo 25 por ciento de las personas con discapacidad con una ocupación económica tiene contrato y sólo 27% cuenta con prestaciones médicas. A nivel nacional, las cifras son 40% y 43%, respectivamente (Conapred 2018).
Pese a que en el estado de Veracruz ya hay algunos programas que incluyen a personas con discapacidades diferentes, Norberto afirma que aún falta mucho por recorrer, por eso planea al terminar sus estudios quedarse para impulsar estas nuevas leyes que beneficiaran a miles de personas con discapacidad.
ac