VERACRUZ, VER.- Antonio camina presuroso por la avenida España, en la colonia Reforma de la ciudad de Veracruz mientras carga dos morrales donde lleva toda su mercancía; en la otra mano sostiene unas brochetas de bombones, dulces y cubre bocas que les ofrece a las personas que caminan por la calle.
Solo habla con ellas para ofrecerles sus dulces y continúa su camino. Si alguien le hace una pregunta responde con mucha confianza, aunque a veces no se le entienda por la rapidez en la que dice cada palabra.
“Me conocen muchos aquí en el restaurante, aquí vendo yo. Vendo bombones, chamoyadas, chocolate de barra, paletas, de todo vendo”, dice Antonio.
El trabajo de Antonio González se convirtió hace 20 años en una rutina, algo que aprendió a los 18, desde que su madre y él salían a vender dulces en las calles del puerto de Veracruz para vivir.
Todos los días sale a las 7:00 de la mañana de la colonia El Fenix, donde tiene su casa y toma el carro de la Pochota.
A sus 40 años sigue realizando el mismo recorrido, desde la avenida Simón Bolivar hasta la colonia Zaragoza, cada día y noche pasa puntual en cada uno de sus destinos. Pasa por la avenida Cristóbal Colon y se detiene en cada restaurante que encuentra abierto.
Al medio día se dirige a la colonia Zaragoza, al caer la noche su ruta es el Reforma, la mayoría de los habitantes de esos lugares ya lo conocen, por lo que le permiten vender su producto en sus negocios.
A pesar de que es débil visual y presenta una condición de discapacidad intelectual, dice que eso nunca fue impedimento para que transitara por las calles del puerto de Veracruz, pues ya conoce todos los carros que debe tomar.
Antonio es parte de los 2 millones de personas que viven con discapacidad intelectual en México, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social y con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Un sector que, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), se encuentra relegado en el ámbito social, político, laboral y económico.
El Estudio sobre discriminación y Discapacidad Mental e Intelectual, realizado a personas con discapacidad intelectual señala que 27.4 por ciento de la población encuestada reportó cuatro o más actos de estigma.
Mientras que 45 por ciento reportó 3 o más actos estigmatizantes, con una media de 2.57, sin embargo, el estudio publicado por el Conapred también señala que expertos coinciden que 70 por ciento de las personas con discapacidad intelectual pueden ser independientes y productivos.
Este es el caso de Antonio, quien desde pequeño le enseñó su mamá valerse por sí mismo. Hace un año murió su madre y tuvo que enfrentarse a la pandemia de la covid solo, con pequeñas ayudas que recibía de personas y vecinos que siempre lo ven pasar por las calles, sin saber su nombre y su historia.
“Mi mamá falleció el año pasado de insuficiencia cardíaca, de un paro al corazón murió, no quiso ir al hospital porque tenía miedo de contagiarse”, dijo.
Su mamá era su única compañía, ambos se ayudaban mutuamente, luego de su muerte se quedó solo, con excepción de la ayuda que recibe de una de sus vecinas, quien le apoya en realizar las brochetas que vende.
Asegura que en todo el tiempo de la pandemia de la covid-19 solo se contagió una vez, pero los síntomas fueron leves, lo que más resintió fue la baja en sus ventas, aunque no sabe con exactitud qué tanto bajo, solo reconoce que la gente dejó de comprar por un tiempo su producto.
Vecino dan a conocer la historia de Antonio
Hace una semana el caso de Antonio fue difundido por cientos de personas mediante redes sociales.
“Don Toño pasa por lo menos dos veces todos los días, siempre pasa en la hora que hay movimiento, los clientes vienen a cenar y les ofrece su producto, mucha gente de aquí ya lo conoce, los vecinos le compramos para ayudarlo”, dice Carlos Caballero, dueño de uno de los negocios de la avenida España.
A raíz de las publicaciones que ellos hicieron en Facebook, Carlos asegura que distintas personas han llegado a ofrecerle ayuda.
“Ya me conoce varias gentes, me cae bien para que me compren”, concluye Antonio.