Amnesia política
Monserrat Ortega, diputada local plurinominal por el PAN, subió un video a sus redes para denunciar al alcalde de Naolinco, el morenista Luis Montero, por querer desmantelar el municipio en su último año de gobierno. “Se quiere llevar hasta las luminarias el pillo”, denunció la legisladora. Qué bueno, ojalá que el ORFIS indague este caso. Lo que que también hay que recordar es que Monse Ortega, su esposo, José de Jesús Mancha Alarcón, exlíder estatal del PAN, y hasta su suegra protagonizaron un escándalo en 2018, cuando se les comprobó que recibieron contratos por más de 70 millones en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares. La familia conformó 5 empresas y se hizo contratos en la SEV, SEDESOL, SIOP, Fiscalía y el Congreso local. Las obras las recibieron por adjudicación directa o en concursos donde compitieron entre familiares. Está bien hacerle a la influencer y denunciar actos como el de Naolinco pero, caray, diputada, el tráfico de influencias también es corrupción.
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Las de la intuición del delegado
Juan Javier Gómez Cazarín, delegado del Bienestar en Veracruz, se arrepintió de regalar 30 boletos para el concierto de Shakira, de este miércoles en el Pirata Fuente. En sus redes sociales subió una trivia, donde los participantes debían contestar preguntas como: el nombre de la gobernadora, cuántos habitantes hay en el estado, pero también 5 nombres de programas sociales. Sus seguidores comenzaban a participar cuando, de pronto, borró el post en su Facebook. En marzo de 2025 también quiso regalar boletos para otro concierto de la colombiana y dinero en efectivo. En esa ocasión su post generó duras críticas y, también, borró su post. Cero y van dos. ¿Por qué se arrepintió el delegado?, ¿pocos se sabían el nombre de la gobernadora o no debió bromear con los programas sociales? A diferencia de Shakira, al delegado no le va tan bien con su intuición.
lm