JESÚS CARRANZA, VER. – Las lluvias que generó la tormenta tropical Nadine, generaron inundaciones severas en el municipio de Jesús Carranza al sur del estado de Veracruz desde el fin se semana; autoridades municipales confirmaron que hay más de 12 mil personas afectadas entre la cabecera municipal y 60 comunidades, donde la única forma de llegar es por medio de lanchas.
Este miércoles, el equipo de La Silla Rota, realizó un recorrido por las zonas afectadas donde se constató que los daños han sido grandes para las familias, quienes aseguran que el agua ingresó a sus hogares en cuestión de minutos.
“Como no voy a estar triste, dejé mis papeles, toda mi ropa, mis camas, mis colchones, mi refri, no me dio tiempo de rescatar nada”, expresa con lágrimas doña Epifanía, una señora de 63 años, que vive en la colonia Guadalupe Victoria, a menos de trescientos metros del centro de la ciudad.
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Los pobladores aseguran que el agua comenzó a ingresar a sus viviendas durante las primeras horas del sábado 19 de octubre, tras el desbordamiento del río Jaltepec.
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El agua cubrió más de 3 metros algunas viviendas, incluso algunas que fueron edificadas con bases altas, para prevenir inundaciones, algo que no se veía desde hace más de una década.
“Casi toda la casa hasta el techo, como tres metros, yo deje mis dos tambos, mi estufa, mi alacena, deje mi librero y algunas cosas de la niña también deje”, lamentó la señora Pascuala, mientras muestra como quedó su vivienda.
Instalan campamentos en las calles con todo y animales
La secretaría de Protección Civil confirmó que son más de 60 municipios en Veracruz, que se han visto afectados por las lluvias que generó la tormenta tropical desde el fin de semana pasado.
En Jesús Carranza, además de casas, hay camionetas, arboles, calles y enseres domésticos cubiertos por el agua, tras el desbordamiento del río Jaltepec
“Aquí nos subió por acá, es una zona alta, por lo regular aquí no se inunda, es la segunda vez que nos pasa esto”, indicó la señora Nelly, comerciante de esta ciudad.
Al no querer alejarse de sus hogares, las familias decidieron instalar campamentos en las calles que no se inundaron; ahí duermen y se mantienen.
“En la calle, en la calle, mira cuando yo vine mis nueras y mis hijas ya estaban en los campamentos acá afuera”, reitera la señora Sixta López, otra de las afectadas.
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Aseguran que fue en cuestión de horas que el agua entró a sus hogares. Los productores ganaderos tuvieron que sacar a sus animales de sus ranchos y los mantienen en las calles; en las avenidas se observan vacas, búfalos, cerdos y gallinas.
“Ahorita aquí los tenemos comiendo y pues están fuera de peligro, hay ganaderos que, si perdieron una o dos vacas, pero a la mayoría nos dio tiempo de rescatar nuestros animales, y están por lo menos comiendo algo”, señala Pedro, productor de la ciudad.
Autoridad municipal da prioridad a zonas incomunicadas
Los servicios de electricidad y telefonía también se han visto afectados en lo que va de la semana; aunque la situación es más complicada en las más de 60 comunidades asentadas en la zona rural.
Diana Aguilar, presidenta del sistema DIF municipal, indicó que están dando prioridad las zonas más alejadas y comunidades, donde se quedaron sin agua y alimentos.
“Hay alrededor de 590 familias afectadas en 6 barrios, más las comunidades, son 62 comunidades afectadas, algunas inundadas en su totalidad, otras inundadas de manera parcial y las otras incomunicadas, por eso estamos llevando ayuda a esas zonas por medio de lanchas, aunque es complicado porque hay comunidades a más de cuatro horas de aquí”, manifestó.
Tanto pobladores como autoridades no saben cuándo disminuirá el nivel del agua, por lo que no tienen de otra más que esperar y rogar a dios porque no siga lloviendo.
“Pedimos a la población que nos tenga paciencia, es un tema que no está en nuestras manos, pero trataremos de apoyar a todos”, reitera la funcionaria municipal.
Con caras de preocupación, tristeza y desolación, los carranceños esperan que el agua salga pronto de sus hogares y puedan regresar a sus vidas normales, mientras esperan ayuda de sus autoridades.
“Aquí estaremos hasta que Dios nos ayude”, exclaman.
mb