PAPANTLA, VER.- Para poder tener una mayor cobertura de protección para las tortugas marinas, los campamentos tortugueros “del Totonacapan” y “Vida Milenaria” de Tecolutla, iniciaron trabajos conjuntos que permitirán aprovechar la colindancia de las costas papantecas y tecoluteñas, para así mantener una vigilancia constante y evitar en la medida de lo posible, la depredación, así como el saqueo de nidos de tortuga marina.
Integrantes de ambos campamentos se reunieron en costas papantecas donde se observó la operación del campamento tortuguero de Rancho Playa, donde de forma improvisada se mantienen bajo resguardo un importante número de nidos, mismos que han sido recuperados gracias al esfuerzo de los voluntarios que trabajan en la conservación de estas especies.
Cabe señalar que estos trabajos han rendido frutos, permitiendo la liberación de un gran número de crías que se han integrado a las aguas del Golfo de México, donde comienzan su ciclo de vida y se espera que en cuanto logren alcanzar la edad reproductiva, éstas puedan volver a desovar en este mismo sitio donde apenas hace unos días eclosionaron. Es preciso destacar que investigaciones han revelado que, por cada mil crías nacidas, sólo treinta llegan a la edad adulta.
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Las tortugas marinas cumplen una función muy importante en los océanos, ya que los mantienen saludables al dar mantenimiento a los arrecifes de coral y transportar nutrientes necesarios para los mismos. Tan solo en el país hay más de seis especies de tortugas que anidan en las costas, destacando las tortugas Carey, Lora, Golfina, Caguama, Verde y Laúd.
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Investigaciones hechas por los ambientalistas, han permitido conocer que el sexo de esta especie es determinado por la temperatura, es decir si la temperatura es menor a los 28 grados, nacerán tortugas macho y si es mayor a 28°C, las crías serán hembras. Estas especies son consideradas como testigos de la evolución de la tierra, ya que han sobrevivido durante miles de años y se han adaptado a todos los cambios climáticos que el planeta ha sufrido.
Hace poco más 50 años, en ambas costas colindantes, la caza furtiva de estas especies, basada en la ideología de que su carne y huevos tenían efectos afrodisíacos, provocó que estuvieran al borde de la extinción en esta zona, siendo gracias al trabajo del finado Fernando Manzano, fundador de "Vida Milenaria", que se empezó a crear conciencia del cuidado de los quelonios.
mb