XALAPA, VER.- María José Ibarra falleció en Perote envenenada, aseguraron autoridades, aunque con más de 60 golpes en su cuerpo, detalló el médico legista. La madrugada del 23 de abril de 2023, el auto Nissan Altima de su esposo cruzó los 3.7 kilómetros, desde la colonia El Sabinal hasta el Hospital General, donde su cuerpo fue abandonado. Las últimas horas con vida de la joven de 30 años de edad fueron junto a tres de sus hijos menores.
La familia de María José no da razón de por qué su cadáver apareció afuera del hospital y al interior del vehículo de su esposo; la única explicación que les tuvieron es que murió por asfixia. Las dudas fueron calladas, como bofetada, por una estruendosa versión oficial. El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, redujo el caso a un suicidio con raticida el 25 de abril, cuando apenas habían transcurrido dos días.
A María José la velaron en la casa de sus padres, en la colonia Francisco Villa de Perote; aunque vivió con ellos una temporada debido a violencia física con su cónyuge, cuatro meses antes de su muerte regresó -sin explicación- a casa de su agresor, quien además cuenta con antecedentes penales por robo y narcomenudeo.
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Ambos vivían en la colonia El Sabinal, conocida por pobladores como una de las más peligrosas del municipio que está ubicado a una hora de Xalapa.
“Sacó su ropa y se fue, de ahí ya no la volví a ver”, narra Marco Antonio Lima sobre los últimos momentos que vio a su hija con vida, en enero del 2023, aquel día que ambos recién habían vuelto de trabajar en el negocio familiar dedicado a la venta de pollos.
“Majo” finalmente regresó a casa de sus padres, pero en una caja fúnebre y sin rastro del que fue su pareja 10 años, José Manuel Juárez Martínez, alias “La Liebre”.
Personas asistieron a la velación de María José y acompañaron en los rezos a la familia desde que se enteraron de la muerte de la madre de 6 menores de edad. Su marido no se presentó.
Documentar la muerte de María José Lima evidencia por primera vez la dificultad para acceder a la justicia en Veracruz cuando una mujer muere en aparente suicidio. Mientras autoridades estatales aseguraron que ella misma se quitó la vida, su cuerpo tenía más de 60 golpes y un historial de violencia por parte de su marido del que autoridades municipales de Perote fueron alertados días antes. En un limbo, así está su muerte, pues no existe en cifras oficiales de suicidio ni de feminicidio.
Una muerte anunciada sin atender
En Perote, a quien sea que se le pregunte por la muerte de María José la reconocerán como “la muchacha que su marido le pegaba” o “la que mataron”.
Algunos vecinos de la calle Reforma no sabían cómo se llamaba María José, pero sí la conocían porque iba y venía con sus “chiquitos”. Se enteraron de su nombre hasta que la noticia de un presunto feminicidio en Perote ocupó los titulares de los noticieros.
La joven de 30 años vivía con su marido, José Manuel Juárez Martínez, y cuatro de los seis hijos de los que era madre. Los menores tenían cuatro, seis, ocho y nueve años cuando su madre recién había regresado a vivir con ellos luego de estar una temporada fuera.
De mayo del 2022 al 31 de diciembre de este año, la joven fue anexada por su familia tras un episodio de consumo de drogas. Marco Lima, su hermano, no descarta que “La Liebre” la indujo al consumo de los estupefacientes, por lo que su familia decidió buscar ayuda en un anexo.
“Majo”, como se hacía llamar, estuvo con sus padres y hermanos en la cena de fin de año. Bailó junto a su papá; su hermano Marco la recuerda feliz. Días más tarde, en enero de 2023, se fue con sus cosas. Por rumores de habitantes de Perote, la familia Lima Ibarra se enteró que estaba viviendo de nuevo con su esposo; entre casa y casa hay una distancia aproximada de tres kilómetros, una en la calle Jaime Nuno y la otra en Reforma.
Después de su muerte, se han unido testimonios de personas que la conocieron. Poco salía de su casa, los menores ya no asistían a la escuela y antes de dejar de ser parte del comité de padres de la escuela de uno de sus hijos, una madre recuerda que José Manuel le reclamó por las reuniones a las que asistía su esposa con otras “viejas chismosas”.
El grupo escolar de uno de los menores iba a tener un convivio en la escuela, por lo que las madres se organizaban para hacer un festival. María José, al ser parte del comité, estaba involucrada en las reuniones, sin embargo, una de las madres recuerda que a la joven su esposo “ya no le dio permiso”.
Yamila Ibarra, madre de María José, fue abordada por una de las madres que había coincidido con su hija en la escuela de los menores. Además de confesar que José Manuel mostró disgusto porque la joven se reuniera con otras personas, también la recordó como una mujer muy entusiasta antes de renunciar al comité.
“Ella se opacó demasiado”, lamenta Yamila sobre su hija.
“Así es la vida”, publicó meses antes de su muerte “Majo” desde su cuenta personal de Facebook. El mensaje iba acompañado de una serie de fotografías de distintas partes de su cuerpo con moretones amplios. Su hermano guardó las fotos como evidencia y narra que le sugirió que borrara la publicación para evitar exponerse; se ve su espalda, brazo y glúteos golpeados.
A pesar de que pocas personas en Perote la conocían, a María José la comenzaron a identificar poco antes de morir, pues era la chica que fue grabada entre el 19 y 20 de abril, siendo jaloneada por su esposo. En el video se ve a la joven tratando de quedarse dentro de la casa de un vecino, mientras José Manuel la jala del brazo para obligarla a salir. Tres días después ya estaba muerta.
En el video se ven a elementos policiacos de la Policía Municipal siendo testigos de la discusión sin separarlos. Marco Lima asegura que su hermana acudió después de eso a las oficinas, dice, del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), pero en realidad fue al Instituto Municipal de la Mujer (IMM).
La confusión de Marco puede deberse a que ambos organismos públicos comparten un mismo inmueble, separados apenas por una puerta, en la calle Pinahuizapan y Citlaltepec, de la colonia Azteca.
La Silla Rota confirmó que María José Lima acudió al IMM de Perote en busca de ayuda. La encargada del organismo, Tatiana Montserrat Rodríguez Jarillo, al ser cuestionada al respecto del caso, confirmó que la joven estuvo en su oficina tres días antes de morir.
La directora del IMM relató que María José llegó vestida con un pantalón afelpado tipo pijama, una sudadera y chamarra, como la ropa con la que aparece en el video donde su esposo trata de obligarla a salir de la casa del vecino a la que fue a resguardarse.
Rodríguez describe que la madre dijo tener un fuerte dolor abdominal cuando estaba sentada en la oficina; lloraba mientras le tomaban el testimonio pero la reunión fue interrumpida. La encargada asegura que ante las quejas del dolor abdominal, prefirió que la mujer fuera atendida de emergencia en el hospital general, para lo que requirió ayuda de la policía municipal en el traslado.
Marco Lima confirmó que su hermana sí fue ingresada al hospital antes de fallecer, pero nadie se explica cómo regresó a casa con su marido horas antes de morir.
Después de ese día, el IMM no buscó a María José ni a su familia. El último testimonio que hay de la madre, horas antes de morir, no ha sido requerido por la Fiscalía General del Estado (FGE) ni será facilitado a nadie, a menos de que una autoridad lo requiera, aseguró la encargada Tatiana Rodríguez.
El Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) surge en el 2007, durante el gobierno estatal del priísta Fidel Herrera Beltrán. Parte de ese organismo son los Institutos Municipales de las Mujeres, creados para “encabezar, promover e impulsar acciones y proyectos para corregir las desigualdades y desventajas que existen entre mujeres y hombres”, dice el documento oficial “Las Instancias Municipales de las Mujeres en el Estado de Veracruz.”
En el ordenamiento para la creación de la Instancia Municipal de las Mujeres, en el capítulo I, dice: “Brindar orientación a las mujeres del municipio que así lo requieran por haber sido víctimas de violencia, maltrato o cualquier otra acción discriminatoria por razón de su condición”.
María José fue abandonada sin vida al interior del auto de su marido en la puerta del hospital general de Perote. Marco Lima fue el primero en enterarse de la muerte de Majo. La llamada de un número desconocido entró a su celular a las 3:42 de la madrugada del 23 de abril. No reconoció la voz, pero por la hora, solo podía tratarse de una emergencia.
“-Oye, Marco, te quiero decir algo, tu hermana va rumbo al hospital.” Le dijo la voz de un sujeto -que no reconoció- tras el teléfono.
“A esa hora me dice que ella va rumbo al hospital, y que tenía yo que ir a verla, que había ingerido raticida. Él (la persona detrás del teléfono) ya sabía que era raticida”, recuerda Marco.
Al llegar al hospital general, ubicado en la calle Pensamiento, su sorpresa fue que el cuerpo de María José ya no estaba.
“-Vengo a preguntar por María José, la muchacha que trajeron que se envenenó.” Preguntó.
“-Ya se la llevó el perito.” Le contestó el guardia en la entrada.
El cuerpo de María José fue trasladado a Xalapa y después devuelto a Perote. En medio de hermetismo, Marco pidió más detalles en el hospital sobre las condiciones en las que llegó su hermana y le confirmaron que ella nunca ingresó esa madrugada, un perito la bajó del auto blanco estacionado afuera del hospital.
“Mi hermana estaba muerta en el carro, el perito llegó y la bajó; ella ya no ingresó al hospital. El vehículo era de su marido, ya no sabemos cómo después lo obtiene, porque lo recuperó”, aseguró Lima.
Entre trámites, información a cuentagotas y el pesar por la pérdida de “Majo”, el cuerpo de la joven fue entregado a su familia 16 horas más tarde de la muerte. Marco rindió su declaración tras pagar el desayuno de la fiscal a cargo en la Fiscalía Regional de Perote y hasta las 19 horas llegaron a la funeraria con los restos.
Según la carpeta de investigación PER/DX/F1/2023 se declaró que María José murió alrededor de las 2:20 de la madrugada del domingo; “asfixia por broncoaspiración”, así se lee en el documento entregado a la familia Lima Ibarra. El médico forense que practicó la necropsia fue el doctor Carlos Adrián Toscano Ramírez.
“El médico forense me dice: tenía muchos golpes, más en la parte del torso, la verdad estaba muy lastimada y no te voy a decir que un golpe de esos la mató, pero sí estaba muy lastimada y tenía más de 60 golpes en todo el cuerpo, tenía golpes del día que ingresó al hospital y golpes atrasados de dos meses”, narra Marco Lima.
El área que el doctor le indicó a Marco como la más lastimada coincide con las quejas de dolor abdominal que tuvo María José en las oficinas del IMM tres días antes. El mismo médico legista le recomendó a Marco que no descartara la idea de que la pareja de su hermana la hubiera obligado a tomarse un veneno, o que le diera un golpe que la lastimó, y al ver que ya había perdido la vida, decidiera envenenarla.
Una carpa permaneció afuera de la casa de la familia Lima Ibarra. A María José Lima Ibarra la velaron en la casa de sus papás en la colonia Francisco Villa, donde apenas cuatro meses atrás trabajaba junto a su padre como comerciante de pollos.
María José se levantaba a las tres de la mañana para salir a vender con su papá y regresaban a casa alrededor de las 11 de la mañana. En su tiempo libre, su familia narra que convivió con ellos y “estaba tranquila”.
A ella la recuerdan como una joven alegre. Era madre de seis menores, de los cuales cuatro tuvo con La Liebre; la familia Lima Ibarra se hace cargo de los otros dos mayores desde que eran pequeños.
Vecinos de la calle Reforma confirmaron que José Manuel Juárez Martínez "La Liebre", vive en su casa, porque lo han visto, pero poco anda en la calle desde la muerte de su esposa. Una cortina cubre por completo las ventanas de la vivienda, de las que a al menos dos niños se les ve entrar y salir cada que un auto pasa por fuera.
Una muerte en el limbo
Los restos de María José están en el cementerio, pero su caso está en un limbo. Hasta el momento, su muerte no figura en las cifras de casos de suicidios en el estado de Veracruz, tal como lo aseguró Cuitláhuac García Jiménez y reiteró en diferentes ocasiones, la encargada de la Fiscalía General del Estado (FGE), Verónica Hernández Giadáns.
“Me acaba de informar la fiscalía que se confirma que la joven ingiere raticida y fue encontrada, en presencia de los hijos, fue llevada al hospital, ya sin signos vitales y no tiene golpes como lo dijeron esos medios”, dijo el gobernador en rueda de prensa el 25 de abril.
García Jiménez acusó a medios de atacar “con una noticia falsa” porque se manejó como un caso de feminicidio. Aseveró que la historia de una “golpiza” fue inventada para desacreditar a su gobierno y “sacar raja política”.
“Eso se va a determinar, pero no hagamos de la muerte triste de una mujer, el rascarle para sacar raja política y otra vez atacar, no tiene golpes, fue llevada en una intención de salvarle la vida por la ingesta de veneno”, aseveró.
Por su parte, la fiscal de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, aseguró ese mismo día se llevaron a cabo los protocolos correspondientes para determinar el suicidio.
“En el tema de Perote fue una muerte violenta, un suicidio es una muerte violenta de una mujer y se tiene que aplicar el protocolo correspondiente, estamos obligados a hacerlo. Lamentablemente, ante una muerte de esta situación, a veces se opina por parte de la gente que la conocía, pero habrá que ver si legalmente en las instituciones que deben presentar una denuncia por eso”, dijo Hernández Giadáns.
Tras la rotunda respuesta del gobernador, en la que aseguró la causa de muerte de la joven, La Silla Rota preguntó a diferentes instancias, a través de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), las cifras de casos de suicidios en lo que va del 2023. Ni la Secretaría de Salud de Veracruz, la FGE o el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registraron casos de suicidios, o presuntos suicidios, en abril del 2023 en Perote.
A la Secretaría de Salud de Veracruz, se le solicitó el número de casos de suicidios y probables suicidios registrados en el estado en lo que va del año. La respuesta por esta petición, arrojó que en Perote, no se tiene registro de este tipo de muertes en el año, por lo que deja fuera el caso de María José.
A su vez, a la Fiscalía General del estado de Veracruz, se le solicitó la misma información. De acuerdo con la respuesta emitida, se detallan 142 suicidios en el 2023. En Perote se registró uno enero y otro en marzo, pero ninguno en abril, ni después.
En medio de la espera de las investigaciones para esclarecer las incógnitas sobre la muerte de su hermana, Marco Lima, se enteró de los avances de la FGE de Veracruz, así como del veredicto final, a través de las noticias. Asegura que ninguna autoridad se puso en contacto con la familia y tampoco se mostraron los resultados de las investigaciones antes del anuncio en rueda de prensa.
Faltas al marco legal
María José Lima tiene más en común con Mariana Lima que solamente su apellido. No se conocieron ni remotamente, pero sus muertes guardan similitudes como si fuera eco una de la otra con 13 años de diferencia. Para autoridades, Mariana se había quitado la vida y ante inconsistencias, se comprobó que fue un feminicidio.
A Mariana Lima Buendía la asesinó su marido el 28 de junio del 2010 en Chimalhuacán, Estado de México; Julio César Hernández Ballinas, comandante de la Policía Judicial de ese municipio trató de hacer pasar el crimen como un suicidio.
Al igual que en el caso de María José, la familia no daba crédito de cómo la joven se quitó la vida, sobre todo, con evidentes antecedentes de violencia por parte de su marido previo a aparecer muerta. La madre y padre de Mariana emprendieron una lucha legal que derivó en una sentencia histórica de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para el acceso a la justicia de mujeres víctimas de muertes violentas en todo el país.
Julio César Hernández cumple una condena de 70 años por el delito de feminicidio, lograda el 13 de marzo del 2023. La carpeta de investigación de Mariana Lima fue reabierta y dio un revés a las autoridades en México cuando tuvieron que recabar la información por un feminicidio, que se comprobó, en un momento en el que la palabra “feminicidio” ni siquiera figuraba en la ley.
El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) acompañó a la familia Lima Buendía hasta que 2015 se logra la sentencia 554/2013 en el que el máximo Tribunal obliga, entre varios aspectos, a que todas las muertes violentas de mujeres sean investigadas como feminicidio, con perspectiva de género y se recolecten las evidencias necesarias de violencia para integrar en las investigaciones.
El feminicidio de Mariana Lima y la lucha de su familia sirven de antecedente para evidenciar que las autoridades de Veracruz estaban obligadas a investigar bajo ciertos protocolos la muerte de María José en Perote, y no fue así.
La fiscal de Veracruz, Verónica Hernández, reconoció en conferencia el protocolo que se debió seguir, según sus declaraciones ante medios en los que aseguró que se siguió. Sin embargo, una serie de inconsistencias, demuestran que no fue así en su totalidad.
De acuerdo con lo establecido por la SCJN, cualquier muerte violenta de una mujer debe de investigarse con perspectiva de género, para identificar “la posible presencia de motivos o razones de género que originen dicha muerte”.
Estas diligencias, que las autoridades investigadoras lleven a cabo en cada caso de este tipo, determinarán si hubo violencia sexual o si la víctima estaba inmersa en un contexto de violencia, sin embargo, el dictamen dependerá de las técnicas de investigación que realicen los peritos.
“La eficacia de la investigación, en el caso de muertes violentas de mujeres, depende de manera directa y en gran medida, de la prueba técnica realizada por los peritos. Así, deben preservarse evidencias específicas para determinar si hubo violencia sexual y se deben hacer las periciales pertinentes para determinar si la víctima estaba inmersa en un contexto de violencia”, se lee en el documento 219/2019 de la SCJN.
Este protocolo, que la fiscal de Veracruz refiere, es el que se encuentra establecido de igual manera en el Protocolo de Diligencias Básicas a Seguir por las y los Fiscales en la investigación del delito de feminicidio, publicado en la Gaceta Oficial del Estado, número 260, con fecha del 1 de julio del 2019.
El documento indica que el equipo de investigación, conformado por el o la fiscal, policía ministerial y peritos, deben de trabajar coordinadamente para la búsqueda de indicios claves, de los cuales se determinan en tres áreas fundamentales: El entorno social, los perfiles de personalidad de persona en situación de víctima y victimario (s) y la conducta propiamente realizada.
Esto quiere decir que el lugar de la investigación no solamente debe limitarse al lugar de la escena del crimen o el peritaje del cuerpo, sino al entorno social en el que la víctima vivía.
Este paso quedó constatado por este medio que no se realizó, al menos al cien por ciento, pues la familia de María José no había sido entrevistada al respecto, así como los vecinos que la conocían.
“Como parte del estudio del cadáver en la búsqueda de indicios relacionados con lesiones anteriores, con diferentes tiempos de evolución y huellas cicatrizales, entre otros signos característicos que permitan establecer que la occisa, antes de su deceso, presentaba maltrato o estaba siendo castigada físicamente en forma reiterada y constante”, dice el Protocolo.
En este sentido, no se registró que Yamila Ibarra, madre de María José, vio los golpes en el cuerpo de su hija mientras la preparaba con su vestimenta para velarla y posteriormente sepultarla.
“Los golpes sí los llevaba porque yo ayudé a vestirla. En sus brazos, piernas, pies”, dijo la madre de María José.
Con las declaraciones que la familia de María José dio a este medio de comunicación, así como de la titular del Instituto Municipal de las Mujeres en Perote, se puede constatar que no se llevaron a cabo algunos de los puntos establecidos por el Protocolo de Diligencias Básicas a Seguir por las y los Fiscales.
Pues, a dos días de la muerte de María José y de la postura de García Jiménez y Verónica Giadáns, no se le había entrevistado a la familia de la joven, mientras que a casi cuatro meses del hecho, en el IMM de Perote, no se ha indagado el registro de ella en la instancia o lugares donde estuvo previo a su muerte tal y como lo indica el Protocolo.
“Es necesario, que mediante testimonios, declaraciones, trabajo de campo de la policía ministerial, trabajo de campo, del área de trabajo social, de antropología social en estudio a su entorno o cualquier otro medio de prueba, admitido por la ley, se puedan establecer los datos que actualicen este supuesto”, establece la SCJN.
Se suman casos en interrogantes
En Veracruz, María José no es el único caso en el que la determinación de las causas de muerte por autoridades causan incredibilidad a las familias y personas allegadas a las víctimas, tal como es el caso de Esmeralda Abigail o Gloria Cházaro, la primera, una joven estudiante de 19 años de Tuzamapan y la segunda, teniente de la Secretaría de Marina originaria de Orizaba.
Días después de la muerte de María José, en Tuzamapan, localidad perteneciente a Coatepec, se reportó la muerte de Esmeralda Abigail, una joven de 19 años de edad que habría atentado contra su vida. Compañeras de su escuela señalan que habría sido abusada por un docente de su bachillerato.
Familiares y amigas más cercanas de la joven pusieron en el ojo público el nombre de un docente del Tebaev, a quien señalan de ser el culpable de que la joven haya tomado esa decisión.
Por su parte, Gloria Cházaro, fue encontrada sin vida al interior de la casa de sus padres el 11 de junio. De acuerdo con lo relatado por su hermano a diferentes medios estatales y nacionales como La Silla Rota, horas antes de su muerte, había tenido una fuerte discusión con su prometido. La pareja de la teniente se presentó a declarar dos meses después del hecho.
Por ambos casos, que no deberían dejarse a un lado las versiones de los familiares hasta que se demuestre lo contrario, agotando todas las vías posibles de investigación, abren la duda de la eficacia en el trabajo que fiscalía, peritos y ministeriales hacen en torno a este tipo de muertes violentas de mujeres.
María de la Luz Estrada, integrante del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), quienes asesoraron y acompañaron a Irinea Buendía en el logro de justicia por el feminicidio de Mariana Lima, opina que el IMM de Perote estaba obligado a dar seguimiento a los antecedentes de violencia familiar que vivió María José antes de morir.
También, consideró que la fiscalía de Veracruz debe investigar a detalle la muerte de la joven, como dicta el protocolo en caso de las muertes violentas de mujeres, pues “la familia tiene derecho al esclarecimiento”, dijo Estrada.
Yamila Ibarra vistió a su hija antes de que la sepultaran. Vio los moretones del cuerpo que autoridades dicen que no existieron; ella describe la pérdida de María José como “si le quitaran un pedazo de su corazón”.
“Yo también como madre pido justicia porque me mataron a mi hija y dejó en la orfandad a varios inocentes, los chiquitos no se valen por sí solos. Pido justicia para ella” Exigió Yamila con la voz entrecortada tras tomar valor en entrevista.
Los mismos niños que Cuitláhuac García aseguró que presenciaron el “suicidio” de su madre no fueron atendidos por ninguna autoridad para cerciorarse de su bienestar. Tras la cortina donde María José pasó los últimos momentos viva, vecinos de la colonia El Sabinal
Las inconsistencias en el caso de María José Lima Ibarra abre interrogantes sobre cómo se investigan las muertes violentas de mujeres en el estado que tiene al feminicidio como lastre. El antecedente de violencia familiar y un grito de ayuda a las instancias correspondientes, no alcanzaron para que la muerte de la madre fuera tomado en cuenta como un posible crimen. Los “suicidios” de mujeres en Veracruz deben ser investigados.
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