TECOLUTLA, VER.- Luego de que desde el pasado 13 de Mayo se inició una investigación con el buque oceanográfico “Artic Sunrise”, Greenpeace México en coordinación con la Universidad Veracruzana y el Colectivo Interdisciplinario de Ciencia Aplicada y Derecho Ambiental (CICADA), informaron que se descubrió una nueva región de arrecifes profundos, conocidos como mesofóticos, en las costas del Estado de Veracruz, siendo algunos de estos descubrimientos en Tecolutla y Tuxpan.
El hallazgo se dio a conocer al concluir la primera fase de su investigación en el Golfo de México, donde se estableció que la región de arrecifes se localiza a profundidades en las que la luz se reduce hasta en un 90 por ciento y éstos brindan numerosos servicios ambientales a las especies marinas de dicha zona, siendo ésta la primera vez que se descubre dicha línea de formaciones coralinas en el Golfo de México, de acuerdo con Greenpeace.
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“Para realizar esta investigación estamos haciendo uso de tecnología de punta nunca antes usada en México. Se trata de un sumergible tripulado por 2 personas (NEMO 2) y un dron submarino (BoxFish) que nos han permitido observar y documentar distintos organismos en los ecosistemas arrecifales”, publicó la agrupación.
Greenpeace además destacó que el proyecto del Gasoducto Extensión sureste “Etapa I” y Gasoducto Extensión sureste “Etapa II”, en el Golfo de México, suponen un riesgo mayor para los sistemas coralinos, ya que, hasta el momento, la empresa Transportadora de Gas Natural de la Huasteca, no ha señalado cómo es que se garantizaría no dañar de forma irreversible al medio ambiente.
“Esto pone en grave peligro los ecosistemas arrecifales protegidos y los que aún no cuentan con esa protección en Veracruz, debido a la constante amenaza que representan tanto las maniobras de construcción, como los posteriores accidentes, fugas y explosiones, las cuales son comunes en este tipo de infraestructura. Por tal motivo la organización llama a la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA) a no aprobar la construcción de este gasoducto”, señala el comunicado.
Al explorar desde Tamiahua hasta Tecolutla, región cercana al Área de Protección de Flora y Fauna Lobos-Tuxpan, se documentaron diversos ecosistemas arrecifales entre 25 y 70 metros de profundidad. Para ello se utilizó un sumergible eléctrico denominado “Nemo 2”, mismo que es tripulado por 2 personas y tienen la capacidad de sumergirse hasta una profundidad de 100 metros. También se empleó el “BoxFish”, un vehículo submarino operado remotamente, así como un escáner de barrido lateral, mismo que permite obtener imágenes del fondo marino.
En el caso particular de Tecolutla, la defensora del medio ambiente anunció que fue hallado un sistema de arrecife a 70 metros de profundidad a unos 15 kilómetros mar adentro desde la desembocadura del río Tecolutla, donde se observó la presencia de varias especies de peces arrecifales, incluyendo especies de importante valor comercial, además de corales látigo, esponjas y corales blandos.
El hallazgo incluye además estructuras arrecifales a más de 50 metros de profundidad, en las que se observaron peces, calamares, estrellas de mar, esponjas, corales látigo, corales blandos y al menos una especie de coral escleractinio, es decir, coral duro. Toda esta riqueza natural estaría en riesgo de ser destruida durante las maniobras de construcción del gasoducto, o bien a perderse debido a la contaminación por derrames, así como explosiones propias de este tipo de infraestructura.
Tortugas marinas, el otro riesgo
Irma Galván, directora del campamento tortuguero “Vida Milenaria”, señaló que una de las principales causas de muerte de los quelonios que ella y su difunto esposo llevan más de 50 años protegiendo, mueren debido a la contaminación en los mares, siendo la industria petrolera la principal responsable de dañar su hábitat y sus fuentes de alimentación.
La también ambientalista celebró que Greenpeace haya hecho este esfuerzo de investigación, puesto que Tecolutla posee esta riqueza que sólo los locales conocen, pero que en el futuro podría ser aprovechada de forma sustentable para seguir detonando el turismo, esta vez apostando por el turismo de aventura, mismo que contribuye al cuidado del medio ambiente.
mb