VERACRUZ, VER.- En redes sociales se compartieron fotografías del primer vuelo oficial de Niñas Voladoras de Papantla. La página de Facebook, Kachikin en tu Enfoque, subió este momento que marcó está tradición donde solo hombres podían realizar el ritual.
De acuerdo con la descripción que subieron en redes, el vuelo oficial con espectadores se hizo el pasado sábado 25 de noviembre con cuatro niñas. En las imágenes se puede ver a las voladoras con el atuendo característico de los participantes, que consiste en un traje rojo con blanco acompañado de un gorro cónico adornado.
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“25 de Noviembre, primer vuelo oficial con espectadores de 4 niñas voladoras. Con más de 160 aprendices, 10 de ellos mujeres; el cuidado, valoración y preservación de la danza ritual de los Voladores de Papantla se mantiene gracias a la Casa-Escuela de Voladores del Centro de las Artes Indígenas. Sigan volando muy alto”, se lee en la descripción.
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De inmediato los usuarios de la plataforma mostraron su apoyo con comentarios alentando a las voladoras, entre los que estuvieron:
“Excelente! prometedor avance desde aquella nuestra "Voladora" Viviana Guerrero. Todo ritual tiene que ser reflexionado”.
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¿Qué son los voladores de Papantla?
Los Voladores de Papantla realizan una ceremonia ritual que es de gran importancia cultural y que consiste en el “vuelo” de cuatro personas que se lanzan al vacío desde un alto mástil, sujetos con cuerdas.
Este ritual lo realizan varias veces a lo largo del año, simbolizando pedidos a los dioses para obtener buenas cosechas y buena salud para la comunidad. Esta actividad era realizada solo por hombres y no se incluía a mujeres.
Durante el transcurso de la ceremonia, cuatro jóvenes trepan por un mástil de 18 a 40 metros de alto fabricado con el tronco de un árbol recién cortado en el bosque tras haber implorado el perdón del dios de la montaña.
Un quinto hombre se sienta en la plataforma que remata el mástil. Toca con una flauta y un tambor melodías en honor del sol, así como de los cuatro vientos y puntos cardinales. Después de este acto de invocación, los danzantes se lanzan al vacío desde la plataforma a la que están atados por largas cuerdas, giran imitando el vuelo de los pájaros mientras la cuerda se desenrolla, y van descendiendo paulatinamente hasta el suelo.
En el 2009 esta tradición fue incluida en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y se ha presentado en distintos países.