MINATITLÁN, VER. – En un campamento habilitado con una lona, sillas, mesas y enseres domésticos que alcanzó a rescatar de su hogar, Isaías Morales y su familia ven pasar los días en la comunidad de El chipile, perteneciente al municipio de Minatitlán, en el sur de Veracruz.
Las lluvias provocaron el crecimiento del río Coatzacoalcos y más de 60 viviendas, entre ellas la de Isaías, resultaron inundadas.
“A nosotros si nos ha afecto mucho, y pues nos salimos con mi esposa y mis hijas, ahorita estamos durmiendo en la escuela, pero cocinamos y comemos en las calles, porque el agua subió como un metro; la verdad no perdí casi nada porque nos dio tiempo de subir nuestras pertenencias en partes altas”, dice el jefe de familia.
El Chipile es una comunidad asentada a casi una hora de la cabecera municipal, y la habitan cerca de 600 habitantes, distribuidas en al menos 180 familias.
Isaías no va a trabajar y todos los días acude a revisar su hogar, donde el agua ya salió, pero su patio sigue inundado.
“Pues si nos preocupa, pero no hay nada que podamos hacer más que esperar a que baje el agua”, lamenta Isaías.
En su mayoría, las viviendas son edificadas a base de cemento y ladrillo; desde el año 2010 no enfrentaban un problema de inundación.
El nivel del río superó el metro con cincuenta centímetros, lo que ha generado que el agua ingrese a las viviendas en comunidades.
Autoridades confirmaron que, en la zona rural de Minatitlán, un total de 29 comunidades son afectadas por las inundaciones tras el desborde del río Coatzacoalcos, generado por las lluvias constantes y el escurrimiento de agua que viene de Chiapas y Oaxaca.
El agua también dejó incomunicadas a las familias e inundó los cultivos
Durante un recorrido por aquella zona se constató como algunos pobladores cocinan y comen en las calles.
Para poder llegar a esta localidad, se tiene que hacer por lanchas o canoas, toda vez que el puente de acceso principal y los caminos están cortados por el agua.
“Hay muy pocas lanchas, pero con eso se trabaja para sacar a las personas, porque ahorita es la única forma de llegar al Chipile”, dice Mateo Luis, quien desde hace dos semanas trabaja cruzando a las personas en su embarcación.
Donde antes se observaban canchas de futbol, solo hay agua; y la iglesia principal, que estaba rodeada de pasto, también se inundó.
Aquí la principal actividad comercial es la agricultura, donde se siembra principalmente maíz y chile habanero, productos que también quedaron cubiertos por el agua.
“Desde que vimos que venía el agua, logramos rescatar una parte, perdimos mucho, pero no le sé decir cuánto, pero aquí trajimos un poco de maíz”, dice la señora Rebeca mientras acomoda los costales de maíz que logró sacar de su siembra.
Los daños aún no se han cuantificado, pues, aunque el nivel del agua ya bajo unos centímetros, todo sigue inundado.
Agua potable es lo que más requieren
Las clases están suspendidas en esta comunidad, y algunos negocios como barberías y tiendas de abarrotes se reubicaron en partes altas.
Mientras funciona como guía para este medio, Esteban Jiménez, subagente municipal de El chipile, asegura que se han cumplido dos semanas que están bajo el agua.
“Si subió mucho el agua y vea el daño que sufrieron las viviendas, principalmente en las orillas de la comunidad; aquí en esta zona las familias se salieron de sus hogares, la mayoría con familiares de aquí mismo, en partes altas”, asegura la primera autoridad.
Indica que las autoridades municipales ya llevaron despensas a las familias, lo que ha sido de gran ayuda.
Aunque el agua potable es lo que más se requiere en esta comunidad, pues los camiones repartidores y comerciantes no pueden acceder.
“Para empezar si necesitamos agua potable, para beber, porque de parte de la alcaldesa ya recibimos despensa, pero si agua es lo que más necesitamos; sabes que conforme pasan los días todo se acaba”, señala Esteban.
Junto a El Chipile, están comunidades como La Victoria, Santa Alejandrina, Santa Isabel, que también se encuentran bajo el agua. Además de otras comunidades de municipios como Cosoleacaque, Hidalgotitlán y Texistepec.
Isaías y las familias afectadas, ruegan porque las lluvias cesen y el nivel del río continúe descendiendo, para regresar a sus hogares e iniciar con el recuento de daños.
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