ORIZABA, VER.- A las 3:55 de la mañana del 28 de agosto de 1973, un fuerte sismo de 7.5 grados Richter despertó a la población de la zona centro del estado de Veracruz.
Muchas de las personas que eran niños en aquel entonces recuerdan el sonido de los objetos caer en sus casas, las casas derrumbarse y pilas de escombros.
Edgar, quien hoy es maestro de música, recuerda que uno de sus tíos salió de entre los escombros de su casa, que estaba atrás de la iglesia de Río Blanco, a unas dos cuadras, con su primo.
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Era una casa de mampostería, con castillos y lámina española muy pesada, sin embargo, la vivienda estaba resentida porque cuando dinamitaron para meter el gasoducto, muchas se afectaron.
“Cuando sintió el movimiento del sismo él sacó al niño de la cuna y en ese justo momento cayó una roca encima de la cuna que la partió. Tenía un ropero que compraron en Córdoba y que no le cerraba la puerta y él lo quería devolver, pero en ese momento puso al niño ahí, se hincó en el muro donde estaba una imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos y sólo sintió algunas rocas que le caían”, recordó.
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Cuando todo terminó, de su casa solo estaba en pie el ropero y el muro en donde se encontraba una Virgen.
Yedid, otra de las sobrevivientes, tiene bloqueados muchos recuerdos. Considera que junto con su familia se "salvaron de milagro", pues la casa en la que vivían era muy vieja.
Cuando el sismo pasó, su papá les dijo que bajaran a ver cómo estaba su abuelita y al ir de Tenango hacia la vivienda de su abuelita, donde escuchó a una señora gritando que sacaran a sus hijos. Ella se salió, pero su casa se derrumbó con sus hijos adentro; muchas viviendas también desaparecieron.
Tres días después salieron para el palacio municipal y había ataúdes sobre ataúdes, “ya no cabían de tantos que había ahí”.
Las noticias que circulaban sobre la región de Orizaba era que los municipios habían desaparecido.
Francisco no recuerda mucho del terremoto, pero sí que ese hecho y la información que se daba de que Río Blanco había desaparecido hizo que regresara una hermana de su mamá, que radicaba en Monclova, Coahuila, y de la que tenían años sin saber, pero cuando se enteró de lo ocurrido vino a buscar a sus hermanas.
En Orizaba, se derrumbaron edificios como la Plaza de Toros y el Cine Real, otros quedaron severamente dañados, como el Hospital Civil de Orizaba.
El sismo tuvo una duración de casi dos minutos y cálculos oficiales establecieron una cifra estimada de 3 mil muertos.
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