SÍNDORME DE DOWN

Delfines: equipo de basquetbol inclusivo en Coatzacoalcos

En enero del 2019 se formó el primer equipo de basquetbol inclusivo de Coatzacoalcos, iniciativa del profesor Miguel Ángel Fernández, quien desde hace más de dos décadas se ha dedicado a practicar y entrenar equipos en esta disciplina

En Coatzacoalcos
El maestro Miguel junto as los integrantes de Delfines.En Coatzacoalcos Créditos: Fluvio César Martínez
Escrito en VERACRUZ el

COATZACOALCOS, VER. - Apenas suena el silbato, Mario Antonio Lara y sus amigos se concentran en el centro de la cancha para divertirse y comenzar con su entrenamiento de basquetbol, su objetivo es anotar el mayor número de canastas y dominar la pelota.

Mario es de Coatzacoalcos, tiene 38 años, mide casi dos metros y tiene trastorno del espectro autista, por su complexión delgada y mirada firme fue aislado casi toda su vida cuando intentaba acercarse a otras personas, relata Eloísa Guerrero, su madre. 

“Lo he tratado de integrar a diferentes grupos, pero no siempre se acopla y aunque tiene limitaciones para muchas cosas, creo que es un niño muy especial; él es muy tranquilo, una persona bastante amigable, pero no todos lo ven así”, narra Eloísa. 

En enero del 2019 se formó el primer equipo de basquetbol inclusivo de Coatzacoalcos, iniciativa del profesor Miguel Ángel Fernández, quien desde hace más de dos décadas se ha dedicado a practicar y entrenar equipos en esta disciplina.

Los integrantes de Delfines se reúnen por las tardes para entrenar, en Coatzacoalcos. Foto: Fluvio César Martínez. 

Actualmente, es presidente de la liga de basquetbol infantil y juvenil en la ciudad. En enero del 2019 tuvo la idea de integrar a un equipo con jóvenes que presentaran alguna condición o discapacidad intelectual, gracias a una vecina que tenía un hijo con síndrome de Down.

El profesor cuenta que, tras platicar con su vecina Inés Jara, mamá de José Samuel, decidieron comenzar a practicar con una pelota, cerca de su casa.

Inés Jara, mamá de José Samuel, integrante de Delfines. Foto: Fluvio César Martínez.

“Nuestro primer entrenamiento fue en el gimnasio 20 de noviembre, a partir de las 8:00 de la mañana y hasta las 11:00, pero la misma señora que me habló invitó a otros tres jóvenes y se corrió la información de que yo estaba entrenando a personas con alguna discapacidad”, relata.

De tres alumnos, ahora son 17 jóvenes y adultos entrenando, en su mayoría con síndrome de Down, pero hay quienes también presentan autismo como Mario.

“Mario está desde que se formó el equipo, aunque con la pandemia dejaron de practicar, pero sí he notado cambios muy importantes, el principal es que le ha dado mucha seguridad, él es muy feliz con este grupo y a mí me gusta mucho que él está ocupado y es feliz”, dice Eloísa.

“Aquí es un cambio tremendo, ya que algunos llegaron con miedos y sin ganas de hacer nada y hoy todos corren y se divierten, creo que eso es algo que debemos destacar de todos los alumnos, debemos reconocer el esfuerzo que hacen los papás por traerlos a los entrenamientos y animarlos”, reitera el profesor Miguel, quien no cobra por entrenarlos.

Todos los lunes y viernes por las tardes, se les puede observar entrenando en el campo de basquetbol del Centro del Adulto Mayor en Coatzacoalcos, donde las porras de madres y padres los acompañan cada vez que encestan en la canasta.

Después de tres años se han convertido en una familia

Las edades de los integrantes del equipo van de los 17 a 40 años, en su mayoría son hombres, pero hay tres mujeres que también corren por la pelota y buscan anotar un punto. Delfines de Coatzacoalcos, se ha convertido en una familia para los jóvenes y adultos que tienen alguna discapacidad.

José Samuel, Beto, Nelson y Mario se coordinan para llegar a la canasta contraria; previamente ya se organizaron, se dieron un abrazo y grito de ánimo.

Él es el profesor encargado de entrenar a los integrantes de Delfines. Foto: Fluvio César Martínez. 

 

“Aquí no solo entrenan, también conviven y les enseñamos la hermandad, incluso cuando alguno cumple años aquí les partimos un pastel y celebramos, eso es algo que les ayuda mucho a los jóvenes, porque se demuestran hermandad y como una familia se quieren y se divierten”, reconoce el maestro.

“Me agrada jugar y aprendí con la pelota”, dice Samuel, quien de acuerdo con su familia ha tenido un gran avance en la comunicación con sus compañeros.

Logran participar en torneos regionales

Durante la etapa crítica del confinamiento a causa de la pandemia del covid-19, el equipo tuvo la necesidad de suspender los entrenamientos, lo que afectó a sus integrantes.

Sin embargo, en este año se reanudaron las actividades y todos se pusieron al día, logrando participar en su primer torneo regional celebrado en el mes de julio en Coatzacoalcos, con la participación de otros equipos de reciente creación.

Participaron seis equipos, escuadras locales, de Minatitlán, Nanchital y Chacalapa, los cuales dieron lo mejor de sí en busca del triunfo.

Los Delfines en uno de sus entrenamientos. Foto: Fluvio César Martínez. 

“Fue una gran experiencia, todos quedaron muy entusiasmados, eso es lo bonito, consideramos que este es el principio, ellos trabajarán para el siguiente torneo, entonces con esa finalidad lo vamos a ir rotando poco a poco, le tocará a Nanchital, después Minatitlán, Chacalapa y Coatzacoalcos”, afirmó el maestro.

El plantel de Chacalapa se quedó con el primer lugar, el segundo fue para CAM 26 de Coatzacoalcos y Club Atlético Delgado de Nanchital, ocupó el tercer puesto.

Practican otras disciplinas deportivas

Los días de entrenamiento se dividen, pues algunas horas lo dedican al basquetbol y otras al fútbol americano, disciplina que también disfrutan los jóvenes y comienzan a dominar, tras conocer las reglas.

El balón gira en la unidad deportiva Margarita Maza de Juárez, donde chocan sus cuerpos sin lastimarse y luchan por anotar una yarda.

Integrantes de los Dleifnes reunidos, en Coatzacoalcos. Foto: Fluvio César Martínez.

“Ya muchos saben correr, dar un paso y eso da buenos resultados entre todos, y la idea es que practiquen varias disciplinas deportivas, de hecho, también juegan fútbol soccer; porque antes no había estos espacios porque las personas tenían ideas erróneas de ellos, y ahora pueden ver que el deporte es para todos”, comparte el maestro.

La disciplina y el buen comportamiento juegan un papel importante en el equipo, donde no hay espacio para las peleas, discusiones y menos para la discriminación, lo que ha permitido el crecimiento de todos y un mejor desarrollo emocional y físico.

“Por eso los apoyamos, creo que los resultados son palpables y lo menos que podemos hacer es ayudar a nuestros hijos, por eso aquí estamos echando porras”, dice Eloísa.

Los Delfines se han convertido en inspiración para otros municipios veracruzanos

Con mucho orgullo, el maestro Miguel señala que ya lo han buscado entrenadores de otros municipios del estado de Veracruz para que los ayude a formar equipos inclusivos, como el que nació en enero del 2019 en Coatzacoalcos.

El maestro Miguel junto as los integrantes de Delfines. Foto: Fluvio César Martínez. 

“Con lo que hemos logrado creo que hemos inspirado a otras personas; tenemos un equipo en Nanchital con niños con autismo en su mayoría, está a cargo de una maestra, y la idea es que más municipios repliquen esta iniciativa que al ver los resultados, son una gran satisfacción”, indicó.

El profesor invita a los padres que tengan algún hijo discapacitado a que les motiven a practicar algún deporte, pues asegura que es la mejor terapia para su desarrollo.

“Jamás imaginé tener un equipo especial como el de ahora y yo quiero a los niños como si fueran mis hijos y creo todo este tiempo ha valido la pena”, finalizó el profesor Miguel.

am