OTEAPAN, VER. - Al caer la noche del 21 de noviembre, las calles del municipio de Oteapan en el sur de Veracruz se iluminaron por cientos de faroles que cargan sus pobladores, una tradición en honor a Santa Cecilia, la patrona de los músicos, que regresa a este pueblo tras dos años de no celebrarse a causa de pandemia del covid-19 y que era pedido por los propios habitantes.
Oteapan es un municipio encallado en el sur de Veracruz, con una población menor a 25 mil personas y al menos el 40 por ciento práctica la música o ejecuta un instrumento musical; aquí existen al menos quince agrupaciones, en su mayoría del género tropical, aunque no dejan de lado la marimba y la música de banda.
Te podría interesar
"Es una tradición que tiene décadas porque la hacían mis abuelos y mis papás que son músicos desde siempre y antes duraban las fiestas hasta cinco días, yo soy el padrino de faroles nada más, porque el que organiza todo es el mayordomo. Este festejo es en honor a nuestra patrona de los músicos y filarmónicos", explica el señor Juan López, padrino de faroles.
Los faroles se elaboran de forma peculiar con una escoba, plástico transparente de colores y una veladora que se enciende al interior; se hicieron días atrás porque son muchos los participantes.
La tradición incluye un recorrido de varios kilómetros pasando por diferentes colonias de Oteapan, con desfile multicolorido dónde los cohetes y figuras de pirotecnia no pueden faltar. Participan personas de todas las edades entre músicos y feligreses católicos.
Decenas de familias salen de sus hogares para disfrutar de la calenda, que llena de alegría y emoción a los habitantes de Oteapan, conocido como un pueblo de músicos.
"Lo que se hace con los faroles es una ofrenda a Santa Cecilia, después del recorrido vamos a la casa del mayordomo ahí termina el desfile y se realiza el baile de calenda que es un día antes de su día, dónde participan varios grupos del pueblo", señala el oteapaneco.
La fiesta se extiende hasta el día siguiente dónde los pobladores bailan al ritmo de la música tropical, aunque a las cinco de la mañana hacen un espacio para cantar las mañanitas a la virgen de los filarmónicos, que se convierte en el estándarte. Los alimentos y bebidas no pueden faltar, todo a cargo del mayordomo.
Los toros de cohetes y castillos también se queman en casa del anfitrion, que en este 2022 cuentan con la asistencia de más de mil pobladores, por lo que algunas calles son cerradas por el festejo.
De esta manera es como celebran a Santa Cecilia en Oteapan, Veracruz, un pueblo lleno de vida y tradición.
mb