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Sopa Maruchan: estilo de vida de muchos… ¿Pero a qué costo?

SANA DECISIÓN

Por
Escrito en VERACRUZ el

Sopas instantáneas... Maruchan, Knorr, Nissin o cual sea su nombre, se encuentran muy lejos de ser una opción saludable para cualquier persona; mucho más en un país que se lleva la medalla de plata en población obesa en el mundo; solo detrás de Estados Unidos, líder en la industria alimentaria. 

Es cierto que las sopas instantáneas aluden a su nombre por la practicidad a la hora de “alimentarnos”, pero… ¿realmente nos alimentan? ¿o solo nos satisfacen?

Este mes de octubre la Profeco, a través de la Revista Nacional del Consumidor, informó que algunas marcas de este afamado platillo fueron retiradas del comercio, (la decisión se hizo viral en redes). En el análisis, nos alertaron que algunas sopas infringían las normas de calidad, pero también informaron de que están compuestas las que siguen en circulación. 

Sin embargo, las sopas instantáneas que sobrevivieron a más de 30 pruebas no están exentas de ser señaladas como una comida vacía y, por ende, no podríamos llamarlas alimento. La finalidad de dichas pruebas es comprobar si realmente estamos comprando lo que se encuentra declarado en las etiquetas nutricionales, en cuanto a cantidades, ingredientes e indicaciones del producto. Lo anterior, a fin de no ser engañados.

Dicho esto, la Profeco cumple con su obligación de informar para que los consumidores tengamos la opción de decidir si compramos o no sopas instantáneas, así como otra gran variedad de productos que encontramos en los pasillos de centros comerciales o en tienditas. 

Retomando el tan sonado caso de la sopa Maruchan, debería alertarnos ver cómo, semanas atrás, clientes prácticamente vaciaron estantes de almacenes, debido al pánico que causó la posible salida del mercado de estos empaques. ¿Pero por qué debería alertarnos?, ¿Qué de malo contienen esas bolsas y vasitos?

Ese pequeño empaque almacena más de 30 ingredientes, entre los que destacan: 

Uno: harinas refinadas, las cuales no nos aportan casi nada de nutrientes. 

Dos: sodio, la mitad de la cantidad diaria recomendada para un adulto… Y que decir de los padres de familia que ponen en las mochilas de sus pequeños una sopa instantánea o les dan 10, 11 o 12 pesos para evitar la carga de preparar un lunch que los nutra con vitaminas e ingredientes de buena calidad.

Tres: Glutamato monosódico, un ingrediente adictivo que impacta el sistema nervioso para que los alimentos procesados nos gusten de más. Además, contienen azúcares, grasas y otros aditivos que son difíciles de pronunciar, si es que te has detenido a leer una etiqueta nutricional. 

“Pero si también tiene verdura…” –Dice una mamá tratando de argumentar a favor de la comida instantánea. Y no tiene del todo la culpa; engañosos anuncios venden esta idea de frescura y hacen ver estos productos como si estuvieran a la par de una comida casera. 

Esto me hace recordar un comercial televisivo: primer acto: la mamá se encuentra en la cocina cortando “verduras” para alimentar a su familia, se muestra contenta cocinando, agregando verduras (en buena cantidad) además de carne y camarón; en presencia de la leyenda “Coma frutas y verduras”.

Ricardo Sheffield Padilla, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor declaró: “Besando a un pollo uno obtiene más pollo que con esas sopas”. “El pedazo de verdura que tienen, que es 0,8 gramos, le cabe en la punta de la uña, aunque en la foto tiene verduras y parece muy saludable”. 

Muy atinado el comentario de Sheffield. Estos envases dicen contener solo 5 gramos de verdura por cada 100 gramos de producto, aparte verduras ya procesadas, entonces que no los engañen. 

Como consumidores debemos aprender a diferenciar las leyendas que se incluyen en empaques. Una cosa es “contiene” y otra muy diferente “con sabor a” … camarón, res, pollo, etc. Te explico: Una sopa instantánea “con sabor a carne” tiene únicamente saborizantes específicos de ese ingrediente que engaña a nuestras papilas gustativas. 

Es decir, aunque contiene 0% del ingrediente neto (la carne) con ello se valen para ilustrar su empaque con un jugoso trozo de carne.

En cuanto al envasado de las sopas instantáneas, ni hablar. ¿Sabes por qué algunas marcas que utilizan envases de unicel nos dicen en letras chiquitas “no se caliente en microondas”? 

El peligro de esta práctica se fundamenta en que el poliestireno (unicel) libera sustancias tóxicas que se combinan con el alimento ocasionando daños a nuestra salud, especialmente a los pulmones, además de estar ligado a la incidencia de cáncer. A pesar de eso, le agregamos agua al envase de unicel y lo metemos al micro unos cuantos minutos. 

También les recuerdo que no solo es contra nuestro cuerpo, sino contra el medio ambiente; una sopa en vasito de unicel tarda de 500 a 800 años en degradarse. 

México, segundo consumidor de sopas instantáneas en América Latina, ¿forma parte de un estilo de vida? Posiblemente… pero ¿a qué costo?