Hasta junio de este año, Ildefonso Solís Bellomo trabajó como ayudante en un taller de tapicería en la ciudad de Veracruz, pero sus 76 años hizo que el dueño decidiera enviarlo a casa por temor a que resultara contagiado, sin sueldo y sin posibilidades de regresar al trabajo.
Hace un mes se dedica a trabajar como franelero en los alrededores de la Plaza de la República, cuidando autos que se estacionan en la zona. Diario gana de 70 a 100 pesos que le sirven para completar su pensión mensual como empleado portuario.
Es originario del municipio de Jesús Carranza, pero llegó al puerto de Veracruz en la década de 1950, cuando tenía 4 años y su papá se mudó para trabajar como chofer en una línea de transporte de pasajeros.
Creció en el Veracruz antiguo de los tranvía, en el “Barrio de las Damas” que hoy es conocido como Colonia Hidalgo, cerca de la calle Carlos Cruz, lugar que recuerda con añoranza, porque dice que había seguridad y el dinero alcanzaba para comer bien.
“El Veracruz de antes era lo más hermoso de la vida, pero lo hicieron pedazos, primero nos quitaron el Tranvía, era algo hermoso y acabaron con eso (…), extraño todo de aquel Veracruz, la inseguridad no existía.”
Su jornada laboral inicia unos minutos antes de las 8:00 de la mañana, cuando empleados de oficinas portuarias, aduanas o usuarios del servicio postal comienzan a llegar al sitio donde cuida los automóviles que estacionan alrededor.
Antes de tomar la franela que cruzará sobre su hombro izquierdo toda la mañana, se sienta en una de las bancas buscando un árbol para resguardarse del sol, que a esa hora todavía es tenue, se sirve una taza de café humeante que trajo de su casa, de su mochila toma un par de tamales que compró en el camino y desamarra una bolsa con una pieza de pan dulce.
Se toma su tiempo para desayunar tranquilo, mientras el ruido en la ciudad de Veracruz comienza a ser más intenso, entre el ir y venir de los autobuses que atraviesan sobre el puente Morelos y los ruidos de los barcos del puerto, lejanos solo por el edificio de la Administración Portuaria, a un costado de la antigua Puerta de Mar.
Ildefonso Solís platica que el sonido de los barcos le es familiar, durante 30 años trabajó como obrero en el puerto de Veracruz, de donde se jubiló luego de la requisa de 1991 que dejó desempleado a muchos de sus compañeros.
Afirma que tuvo suerte porque consiguió una pensión que le ayuda a mantenerse a él, su esposa, su hija y dos nietos con quienes comparte una casita del fraccionamiento Río Medio 3.
Todos los días sale de la zona norte de la ciudad de Veracruz a bordo de un camión de la ruta Costera para llegar a su nuevo trabajo, en el gasto familia apoya su hija que tiene otro empleo.
La pensión mensual de Ildefonso es de 3 mil 600 pesos, dinero que –dice- no le alcanza para pagar la comida de todos los días, el gas, el agua, el recibo de la luz que llega cada dos meses, además de las necesidades que van requiriendo sus nietos para la escuela.
Desde hace un mes, recibe los 2 mil 600 pesos bimestrales que otorga la Secretaría del Bienestar a los adultos mayores, ya que cuando comenzó a cuidar los coches en la Plaza de la República notó la fila que otras personas de su edad hacían afuera de las oficinas de Telegrafos, preguntó y lo inscribieron para que recibiera su pago a partir de este mes.
De la pandemia de covid-19 dice que es “cábula”, no porque no crea en la enfermedad, sino porque no le parecen los cierres de negocios que ha provocado, en su caso el desempleo que ahora lo tiene trabajando de “viene, viene”.
Hasta ahora ningún amigo suyo o integrante de la familia se ha enfermado de coronavirus, pero le gusta leer los periódicos y todos los días se entera del número de muertos, eso y la insistencia de su esposa lo obligan a cuidarse.
Usa cubrebocas todo el día, se lo quita de vez en cuando para respirar mejor, pero nunca a bordo del camión de pasajeros que toma todos los días; carga consigo una botellita de gel antibacterial, que usa cada vez que recibe una moneda, cuando se le acaba el gel usa una barrita de jabón y una botella de agua que lleva entre sus cosas.
Cuenta que al llegar a su casa “refriega” los zapatos con cloro, se pasa directo al baño para bañarse y se cambia toda la ropa que su esposa lava en ese momento.
“Yo de la casa a mi trabajo, solo tengo a un hermano que voy a ver de vez en cuando, pero ahora evito salir, desde que empezó esto no lo he visto, pero sé que está bien (…), en la casa tenemos mucha precaución al entrar, somos de cambiarnos la ropa y directos al baño”.
Ildefonso reclama que no todas las personas tengan los mismos cuidados para evitar contagiar a los demás, las arrugas en medio de sus ojos se marcan más cuando reprocha que existan quienes no se preocupen por usar cubrebocas.
“De qué sirve que nosotros los viejos nos cuidemos, porque tenga la seguridad que de cada 10 personas 8 andan sin tapabocas, son gente que no sabe que la vida no retoña”, aseveró.
Recuerda que su primer empleo fue a los 7 años, como ayudante en un taller de carpintería, por las mañanas iba a la primaria en la escuela Juan Silva Malpica, la secundaria ya la terminó cuando tenía 60 años en un curso que otorgó Apiver.
Acostumbrado a trabajar toda su vida, asegura que el día que no pueda hacerlo siente que se enfermará, por eso es que ahora se estrena como franelero, sin la posibilidad de encontrar una empresa que lo quiera contratar.
VERACRUZ DE LOS MUNICIPIOS CON MÁS COVID Y ADULTOS MAYORES
La ciudad de Veracruz encabeza la lista de municipios con más casos confirmados y muertes por covid-19 en todo el estado de Veracruz desde el inicio de la pandemia, sumando mil 62 defunciones; es decir, una quita parte del total de muertes, así como 8 mil 467 de los 38 mil 84 contagios acumulados.
Al mismo tiempo, el puerto jarocho es la zona urbana con más adultos mayores en todo el estado de Veracruz, población que se considera de alto riesgo porque es más susceptible al contagio del virus SARS-CoV2 y a que los síntomas del covid-19 se intensifiquen, de acuerdo con lo descrito por autoridades del sector salud.
Según datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2010 la población adulta de más de 60 años en Veracruz ascendía 798 mil 557 habitantes, siendo la tercera con población adulta mayor.
De esta cantidad 373 mil 655 eran hombre y 424 mil 902 mujeres, ya para el año 2015 el Consejo Estatal de Población (COESPO) indicaba que la población incrementó a 933 mil 980 adultos mayores.
Actualmente el estado cuenta con una población de 981 mil 011 personas de 60 y más, la población masculina haciende a los 455 mil 458 y con una población femenina de 525 mil 553 personas adultas mayores. Siendo los municipios de Veracruz, Xalapa y Coatzacoalcos con mayor población femenina.
Mientras que el municipio porteño alberga a 73 mil 582 habitantes, representando el 12.06 por ciento de la población de adultos mayores, siendo este municipio el primer lugar del estado en cifras absolutas.
En tanto, los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en el 2018 estimaba que 467 mil 300 adultos mayores vivían en situación de pobreza.
En este segmento de la población que es descrito por autoridades de salud como uno de los más vulnerables, se encuentra Ildefonso, quien afirma que no tiene posibilidades de quedarse en casa porque de lo contrario, el dinero no le alcanzaría para mantener su casa.