La comida callejera ha jugado una parte esencial en la identidad de la gastronomía de la Ciudad de México. En casi cualquier esquina, se pueden encontrar puestos que ofrecen una gran variedad de antojitos tradicionales como tacos al pastor, quesadillas, tamales, huaraches, gorditas o esquites, cada uno elaborado con ingredientes frescos y sabores intensos.
Los puestos callejeros no solamente cumplen una función culinaria, sino también social y económica. Para muchos ciudadanos, estos negocios representan una fuente accesible de empleo y sustento diario, mientras que para los comensales es una buena forma de tener comida sabrosa, económica y rápida.
Comer en la calle es una experiencia cultural: compartir una mesa improvisada, observar cómo se cocinan los alimentos al momento y conversar con el taquero o la señora de los pambazos forma parte del ritual urbano. Algunos locales han ganado bastante popularidad, como ocurrió con este que se caracteriza por vender los huaraches más grandes de la Ciudad de México.
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¿Cuál es la historia del local donde se preparan los huaraches más grandes de la CDMX?
Contexto: Se trata de Las Pisadas de King Kong, un establecimiento ubicado en el Mercado Río Blanco, cerca del Metro Bondojito que se ha convertido en un ícono de la comida callejera de la capital mexicana. Su fama no solo radica en la antigüedad del negocio, sino en la originalidad y el tamaño de sus huaraches gigantes, que conmemoran el nombre del mítico gorila King Kong.
Su platillo estrella consiste en una base de tortilla patentada en forma de huella de gorila: mide alrededor de 38 cm y puede pesar entre los 1.5 y hasta 3 kg (dependiendo de sus ingredientes). La tortillera encargada de cortar esa masa tan singular es una herramienta creada por doña Margarita Tepale, fundadora de este local.
Además de la tortilla, los ingredientes tradicionales que se pueden encontrar en Las Pisadas de King Kong van desde frijoles, queso, cebolla hasta los complementos como la arrachera, pierna, cecina, bistec o chorizo argentino.
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Los huaraches más grandes de la Ciudad de México
El menú de Las Pisadas de King Kong no solamente tiene comida deliciosa, sino también creatividad. Los nombres de sus creaciones juegan con la cultura popular mexicana y su propia temática de monstruos. Algunos van desde el “Estudiante” hasta los clásicos “Master” o “Atascón”, cada uno con un toque único y diferente.
De igual manera, el negocio ha organizado retos de comida: en algunas ocasiones han retado a sus comensales a devorar una pisada completa en cierto tiempo. Si logran la hazaña, no solamente se ahorran el pago (que equivale entre los $200 a $600 pesos), sino que también se gana la admiración del público y los trabajadores del lugar.
Además de los frijoles, queso y carne, el sabor de sus huaraches se construye con sus salsas: tienen desde opciones más suaves y delicadas (chile morita) hasta versiones fuertes (chile cascabel y habanero) que provocan ardor en los labios.
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Las Pisadas de King Kong no son solo un platillo monumental; son un símbolo de creatividad, esfuerzo familiar y tradición callejera mexicana. En un país donde la comida es parte de la identidad cultural, este negocio demuestra que el ingenio puede convertir algo tan cotidiano como un huarache en una experiencia inolvidable. Cada huella servida no solo sacia el hambre: también deja una marca en la memoria de quien se atreve a probarla.
EONM
