La temporada navideña llega acompañada de reuniones, cenas abundantes y antojitos que se aparecen por todos lados. Desde los tradicionales romeritos y el pavo, hasta los inevitables postres, es fácil perder el control y ver reflejado el exceso en la báscula.
Sin embargo, mantener tu peso —o al menos evitar subir— es totalmente posible incluso en medio de la comida festiva. Especialistas en nutrición coinciden en que la clave está en planear, moderar y adoptar pequeñas estrategias antes, durante y después de cada evento.
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Contrario a lo que muchas personas creen, no se trata de eliminar la comida navideña o vivir con culpa cada que aparece un plato dulce o salado. El enfoque recomendado es el equilibrio: permitirte disfrutar lo que te gusta sin caer en excesos.
Es importante mantener horarios regulares de alimentación. Saltarte comidas “para compensar” suele ser contraproducente, porque provoca que termines comiendo más de lo necesario en la reunión. Otro consejo fundamental es hidratarte constantemente; tomar suficiente agua ayuda a regular el apetito y evita confundir sed con hambre.
Controla porciones sin dejar tus platillos favoritos
La moderación es la herramienta más efectiva. Puedes comer pavo, bacalao, ensaladas dulces o lo que se sirva en la mesa, pero en porciones pequeñas. Una estrategia útil es llenar al menos la mitad de tu plato con verduras, ensaladas o guarniciones ligeras, dejando el espacio restante para los platillos más calóricos.
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Evita los “extras invisibles”: bebidas y botanas
Las bebidas navideñas —ponche, refrescos, vino, sidra, rompope— pueden sumar más calorías de las que imaginas. Lo mismo ocurre con las botanas que se consumen antes de la cena. Una manera de reducir su impacto es limitarte a un solo vaso de bebida dulce y preferir agua simple o mineral durante el resto de la noche. En cuanto a las botanas, sirve una porción pequeña en un plato y evita comer directamente del centro de mesa.
Mantén movimiento durante diciembre
El ejercicio no tiene que desaparecer durante las fiestas. Bastan 20 a 30 minutos diarios de caminata rápida, estiramientos o una rutina ligera en casa para equilibrar los días más abundantes en comida. Incluso actividades como bailar, subir escaleras o limpiar la casa cuentan como actividad física moderada.
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No te castigues: retoma hábitos al día siguiente
Si un día comiste más de lo planeado, evita culpas o dietas extremas. Lo importante es retomar tus hábitos al día siguiente con alimentos frescos, mucha agua y actividad física ligera. La constancia pesa más que un solo exceso.
EONM
