A lo largo de la historia gastronómica en México hemos podido encontrar una gran variedad de productos que hasta la fecha siguen vigentes, que con el pasar de los años han logrado conquistar el paladar de diversas generaciones y se convirtieron en emblemas de la cocina nacional, siendo incluso exportados a otros países.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
Con anterioridad te hemos platicado de la industria refresquera en México, misma que comenzó a finales del siglo XIX, cuando en el norte del país nació El Manantial, líder de las bebidas gaseosas y dueño del primer refresco del que se tiene registro en documentos: El Toni Col.
Te podría interesar
De igual manera, también hemos sido testigos de la evolución de estas bebidas, quienes hicieron todo lo posible para competir con las empresas extranjeras que llegaron y cambiaron la forma en que se consumen sus productos. Dentro de esta fascinante historia, encontramos un refresco que no solamente logró convertirse en el favorito del país, sino que incluso llegó a ser recomendado por médicos y especialistas de la salud.
TE PUEDE INTERESAR: Carlos Slim lanza su "regalo de Navidad": Así es su nuevo curso GRATIS
TE PUEDE INTERESAR: Tarjeta INAPAM: Lanzan advertencia a adultos mayores
¿Cuál es la historia detrás del refresco mexicano recomendado por los doctores?
Ubicado al sur de México, específicamente en Yucatán, fue donde nació Embotelladora de Refrescos Pinos, una de las empresas refresqueras más antiguas del país. Su fundación data del siglo XIX y entre sus primeros productos se encuentra el Pino Negra, una bebida sabor vainilla y plátano que también fue conocida como “champán de Yucatán”.
La historia detrás de esta compañía, así como su reconocimiento, fue gracias a un joven capitán de barco, el español José María Pino Rusconni, quien durante su trayecto a tierras aztecas comenzó a preparar una bebida compuesta principalmente de vainilla, cáscaras de plátano y algunas frutas tropicales.
El resultado fue tan exitoso que, tras conocer a una joven de apellido Domínguez y comprometerse con ella, empezaron a preparar este refresco de color negro para ocasiones especiales, un año antes de que John Stith Pemberton creara la mundialmente conocida Coca-Cola.
Para 1885, el hijo de José María (el cual llevaba su mismo nombre), le propuso la idea de industrializar este producto y venderlo a familiares y amigos, naciendo así Sidra Pino, un refresco que podía ser encontrado en varias tiendas de Yucatán y Campeche. Con el pasar de los años, comenzaron a incorporar más sabores a la bebida (agua mineral, toronja, limón, uva, etc.), además de crear otros productos, entre ellos el Soldado de Chocolate.
Fue justamente el Soldado de Chocolate lo que hizo que la empresa fuera reconocida a nivel nacional, haciendo que la pequeña idea que surgió en Yucatán comenzara a tener notoriedad en otros estados del país. La bebida fue creada en 1950, tras la muerte de José María Pino Rusconni, quien a modo de herencia dejó su compañía a sus tres hijos: Raúl, Víctor y Luis Alfonso.
Ninguno de ellos sabría el impacto que tendría el Soldado de Chocolate en México. Gracias a los comerciales y la popularidad que tenía, fue como este refresco comenzó a ser comercializado como el complemento ideal para los desayunos e incluso como un remedio recomendado por los médicos para combatir el empacho y tener fuerzas. Sus ingredientes incluyen leche en polvo, cocoa, malta, azúcar y chocolate.
“Yo no tengo frío, pues mi mamá me da Soldado de Chocolate en mi desayuno y merienda; Soldado de Chocolate es la bebida que a chicos y grandes mejor deleita”, se puede escuchar a una niña durante un comercial transmitido en 1953 por Telesistema mexicano (hoy Televisa).
Lamentablemente, toda historia tiene un fin y el Soldado de Chocolate la encontró con la llegada de Coca-Cola y Pepsi al mercado mexicano; eso y una deuda que tenían los nuevos dueños libaneses provocaron que la empresa cerrara su fábrica en 2011, marcando así el final de una era de refrescos en nuestro país.