"Yo no sabía que mi papá había sido luchador", dice Fátima Rojas, luchadora olimpica de 26 que nació en Ixtlahuaca, Estado de México y cuyo destino quedó marcado por ese oficio de su padre.
Fátima Rojas participó en la actual edición de Exatlón México, que va en su tercera semana de competencia. La luchadora fue parte del equipo azul y fue eliminada en la ronda de este 27 de octubre luego de haberse enfrentado a Sofía Arroyo.
Fátima se define como "un corazón inquebrantable" y fue gracias a ese espíritu que ha logrado tener éxito en su carrera como luchadora: su logro más importante fue en 2018, cuando logró la medalla de bronce para México en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla.
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Pero detrás de su historia de éxito hay una anécdota determinante en su carácter, ya que cuando era niña la lucha no estaba dentro de su panorama y por eso mismo ni siquiera sabía que su papá había sido luchador.
Para Fátima, la vida de niña se complicó cuando comenzó a sufrir bullying y ella no encontraba las herramientos para defenderse adecuadamente.
"Antes de empezar a luchar, yo sufría un poco de bullying y mis papás me quisieron iniciar en un deporte para que yo me supiera defender porque muchas veces yo tenía problemas de ese estilo".
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¿Cómo superó su tragedia Fátima Rojas?
El aprendizaje fue complicado ya que pese a la guía de su padre, sus entrenamientos no eran en un ámbito profesional.
"Íbamos al Bosque de Aragón y entrenaba una vez a la semana, luego ya fue cada tercer día; hasta que finalmente comencé a competir y entonces ya entrenaba diario".
Con el paso de los años, Fátima Rojas escaló posiciones en la lucha olímpica hasta llegar a la medalla de bronce en los Juegos Centroamericanos.
Ella siempre ha reconocido que parte de sus logros es gracias a su familia, que sigue apoyándola desde que era una pequeña. No sólo su padre en el rol de su entrenador, también su madre que cuida su alimentación, mientras que su hermana es su compañera en el gimnasio.
Sin emabrgo, Fátima tuvo otro bache en 2023, cuando perdió su estabilidad emocional hasta el punto de que rozó con el diagnositco de depresión.
"Quiero contarles qué hace un año era una Fátima completamente diferente , una Fátima qué estaba deprimida,me era muy difícil salir de la cama,comer, sonreír, siempre buscando una explicación razonable de porque me estaba sucediendo tanta cosa fea. aunque quizá parecía todo lo contrario, mi vida estaba llena de caos y cambios drásticos, dolor físico, mental y un corazón roto por más de una razón", publicó Fatima en junio de 2024.
En ese mismo mensaje publicado en su cuenta de Instagram, la luchadora olímpica explicó que fueron meses de trabajo arduo para superar esa condición. Y cuando finalmente sanó su espíritu, decidió celebrarlo con un viaje a Nueva York, ciudad que ella siempre había querido conocer.
"No me imaginaba qué al siguiente año estaría en Nueva York haciendo lo que más amo, visitando esta ciudad iconica la cual siempre había querido conocer desde que era niña y celebrando mi cumpleaños con un picnic en central park. Aunque aún estoy sembrando mi futuro , abrazo mi presente, lo vivo con entusiasmo trabajo en hacer realidad mis sueños, teniendo fé en el proceso, sin desistir, con el corazón inquebrantable".
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