TRAGEDIA DEL COSMOS

La tragedia del Cosmos; el cine que se incendió, destruyó y casi se convierte en funeraria en la CDMX

El edificio art decó ubicado en la esquina de México-Tacuba y Circuito Interior acumula varios dramas a lo largo de su historia

Mala suerte
Cine Cosmos.Mala suerteCréditos: Procine
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El cine Cosmos estaba en una esquina privilegiada: calzada México-Tacuba y Circuito Interior. A dos calles de la escuela Normal, cerca de dos estaciones del metro y en medio de una populosa zona habitacional, parecía destinado al éxito.

Pero el azar tenia otros planes: apenas un día después de su inauguración en 1946, un incendio acabó con la construcción. Se tardaron dos años en levantarlo nuevamente, con una fachada espectacular, con un marcado estilo art decó y por con una marquesina espectacular: “Cosmos” se leía en la parte más alta del edificio.

Las líneas precisas de sus columnas en la entrada se fusionaban con las formas sencillas del resto de la fachada: ventanales rectangulares y un cuerpo de construcción de dos pisos.

Funcionó como un cine de segunda categoría durante casi medio siglo. Su éxito radicó en aprovechar las condiciones de su ubicación ya que ofreció funciones dobles, matinés y en general películas con boletos a precios bajos.

En 1995, el Cosmos estaba a punto del abandono: sus butacas estaban maltrechas, su fachada descuidada y su enorme lobby se había convertido en una especie de bodega lúgubre con una raquítica dulcería. Para entonces ya había dejado de funcionar como una mega sala y estaba fraccionado en pequeñas salas que poco conservaban de la magia de los grandes cines.

Finalmente dejó de funcionar como cine un año después y su destino fue el mismo que el de todos los cines de la época: el abandono.

¿Que pasó con el cine Cosmos después de ser abandonado?

El edificio fue vendido y estuvo a punto de convertirse en una funeraria. Convertido ya en un terreno baldío, la delegación Cuauhtémoc y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México lo recuperaron.

Los vecinos siempre se opusieron a que se convirtiera en una funeraria y finalmente fueron escuchados por José Alonso Suárez del Real quien hizo realidad el lema que los vecinos repetían como mantra cada vez que protestaban para conseguir el rescate del Cosmos: “Sobre mi cadáver, no a la funeraria”.

El rescate llegó a tiempo, en 2013, para salvar al menos una parte de la fachada art deco del Cosmos con su enorme letrero en la parte más alta.

Hoy se ha convertido en un FARO, Fábrica de Artes y Oficios, que es un proyecto del gobierno de la Ciudad de México.

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