Todo el mundo conoce Benny Ibarra, uno de los cantantes y actores más importantes del espectáculo en México, proveniente de una gran dinastía de artistas, desde su madre Julissa, su papá Benny Ibarra Sr., hasta incluso su tío Luis de Llano, sin embargo, solo un puñado de gente reconoce la existencia de su hermano, Alejandro Ibarra, quien a lo largo de su vida tuvo que enfrentar grandes desafíos en su carrera privada y profesional.
Nacido en el entonces Distrito Federal, su carrera artística empezó a una muy corta edad, viendo a sus padres y abuelos arriba de un escenario o frente a una cámara, interpretando una gran variedad de personajes, motivo por el cual tuvo participaciones en programas infantiles, uno de los más recordados fue Plaza Sésamo.
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A los 10 años, Alejandro formó parte de la exitosa obra de teatro, Vaselina, proyecto el cual era producido por su madre, Julissa y que fue albergado en los famosos televiteatros (edificios que desaparecieron en el terremoto de 1985). Posteriormente, construyó una sólida carrera en el teatro, la televisión y el cine.
Algunos de los proyectos artísticos más importantes de su vida son: Godspell, Sin feromonas no hay monte a Venus y Vaselina en los escenarios; en la pantalla chica: Alcanzar una estrella, Agujetas de color de rosa, Big Brother VIP, Atrévete a soñar, La vecina, Educando a Nina y S.O.S. me estoy enamorando, por mencionar algunos.
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Sin embargo, aunque su vida profesional era todo un éxito, pronto se descubrió que el poder incursionar en la música era algo inverosímil, ya que, tras hacerse estudios, Alejandro Ibarra sería portador de disfonía espasmódica, enfermedad que actualmente padece. Esta condición significa que le es difícil hablar, debido a que constantemente sufre de los espasmos de los músculos que controlan las cuerdas vocales.
"Todos piensan que es la voz, pero la cosa es neurológica: es un 'cable' que conecta el cerebro con las cuerdas, ese cable está mal, manda una señal equivocada a mis cuerdas que hace que tenga espasmos involuntarios, disfonía espasmódica, me inyectan bótox en las cuerdas vocales, se paralizan y no chocan entre sí, puedo emitir sonido normal pero no estoy enfermo", señaló el actor durante una entrevista que concedió a Adela Micha
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