“Aquí están todos los ahorros de mi jubilación, de mi vida”, dice Lidia Laredo Domínguez. Hace tres años llegó a vivir al fraccionamiento Residencial Costa Diamante, ubicado en la zona de la Riviera Veracruzana, sin imaginar que terminaría envuelta en un fraude inmobiliario.
Lidia narra que desde que llegó a vivir a la zona no cuentan con los servicios básicos como agua potable, energía eléctrica, recolección de basura, alumbrado público y seguridad.
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Para comprar la propiedad ubicada en el municipio de Alvarado, la mujer de 69 años vendió su casa en la Ciudad de México y tomó el dinero de su jubilación.
Una maqueta que vio en un centro comercial la terminó de convencer de que ese sería su plan para tener un retiro tranquilo.
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“Mi plan era salir de la Ciudad de México para radicar en Veracruz, me gustó el fraccionamiento. Hace tres años que vine no estaba tan descuidado y se veía muy bien el proyecto, pero ahorita lo han descuidado; no hay las áreas verdes que nos prometieron, ni la casa club, se carece de servicios, cada día estamos peor”, se lamenta
Los problemas en el fraccionamiento Residencial Costa Diamante se deben a que no está municipalizado y la constructora tiene una deuda millonaria con la CFE, que impide instalar el servicio, explica Lidia.
Los vecinos a diario sufren de apagones constantes, lo que provoca que varios electrodomésticos se descompongan, se le suman los robos en las casas que en los últimos meses aumentaron, debido a la falta de alumbrado en las calles.
“Los directivos de la constructora nos prometen cada tres meses que va a quedar lo de la luz, que ya liberaron lo de los oficios y no es así. Por eso optamos en tomar otras medidas”.
El jueves 21 de julio del 2022, los vecinos se manifestaron debido a que tenían 48 horas sin el servicio de luz. La CFE les cortó el suministro de energía por el adeudo que tiene con la constructora PROYECTOS AFS, S.A. DE C.V.
Por el bajo voltaje que hay en la zona, tuvieron que desconectar el alumbrado público de las calles principales, pues no alcanzaba a cubrir la demanda de las 14 casas que se encuentran en el residencial.
El agua potable también es un problema, el pozo que tienen no funciona, por lo que la constructora llegó a un convenio con los fraccionamientos cercanos para abastecer a los residentes; sin embargo, este abasto se realiza por tandeos programados en ciertos horarios.
De la residencia con plusvalía al olvido
La Riviera Veracruzana es considerada por el sector inmobiliario como uno de los lugares con mayor plusvalía en la zona conurbada Veracruz, Boca del Río, Medellín y Alvarado.
El corredor inmobiliario se extiende desde la carretera de Boca del Río-Antón Lizardo, en la porción norte del municipio de Alvarado.
El precio de las casas rondan entre un millón de pesos hasta 17 millones de pesos, de acuerdo con información de agentes inmobiliarios.
En el caso de Costa Diamante, la página oficial de la constructora menciona que es un área que alberga 816 lotes. En los vídeos que muestra la página se puede ver la cercanía que el sitio tiene con la playa, áreas verdes podadas, fuentes y lagos de agua que adornan los espacios públicos, hasta un puente que conecta con las demás casas.
Está dividido en cuatro áreas privadas: Zafiro, Esmeralda, Rubí y Magenta, en los cuales solo hay 14 casas construidas y habitadas.
También cuenta con varias hectáreas de terreno sin construir, así como obras negras que no fueron terminadas por los adeudos que mantiene la empresa constructora. Los terrenos en el fraccionamiento tienen un costo de un millón hasta 4 millones de pesos.
Todo lo que se ve en el vídeo dista mucho de la realidad en la que viven sus habitantes, las áreas verdes se llenaron de maleza, el arco de la entrada se cae a pedazos, las fuentes y lagos solo acumulan agua sucia y estancada.
Los jardineros se convirtieron en vigilantes para resguardar la seguridad de los habitantes, mientras que los encargados de la constructora no dan la cara, asegura Lidia.
Ante esto conformaron una la asociación civil Colonos Costa Diamante, para exigir a las autoridades y sobre todo a los dueños de la constructora, que cumplan con brindar los servicios básicos para vivir.
“La gente piensa que porque vivimos aquí tenemos mucho dinero, pero la verdad es que muchos de los que adquirimos estos terrenos fue gracias al esfuerzo y trabajo de muchos años, porque uno empieza desde abajo y poco a poco te haces de tus cosas”, añade Lidia.
Por el momento, los habitantes siguen en la lucha para que se arreglen los problemas con CFE; además, exigen a la constructora mayor seguridad para que su patrimonio no se devalúe.
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