Tulancingo.— A los pies de la estatua de Roberto Guzmán Huerta, conocido mundialmente como El Santo Enmascarado de Plata, se llevó a cabo la ceremonia de conmemoración de los 107 años de su natalicio y el 15 aniversario del Museo del Santo, recordaron su legado en la historia del país luchadores de la Escuela Municipal DTU y autoridades del ayuntamiento de Tulancingo.
Durante el acto conmemorativo, se recordó que Guzmán Huerta fue producto de la hibridez cultural vivida a inicios del siglo, fue aficionado a la lucha libre e inició su carrera el 28 de junio de 1934 en la arena Peralvillo, Cozumel; peleó bajo múltiples máscaras, pero fue hasta el 26 de julio 1942 cuando debutó como El Santo en una pelea contra el Lobo Negro. Tuvo una trayectoria de 44 años de carrera que además se expandió al cine.
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A través de su trabajo deportivo y cinematográfico, el Enmascarado de Plata abordó temas que lo posicionaron como el salvador de las multitudes, al enfrentar el miedo social, tabúes e ideas socialmente rechazadas simbolizados en las luchas. Desde sus inicios El Santo fue vínculo con las raíces sociales mexicanas se definió y consagró en función a la cultura mexicana, a la que integró la historia, folklor, tradición, religión, migración y modernización.
Honor y justicia, los valores que promovía El Santo
La alcaldesa Lorena García celebró el reconocimiento al destacado personaje nacido en Tulancingo, luchador que encarnó los valores de valentía, honor y justicia; vida que es testimonio de esfuerzo, dedicación y una invitación a la lucha por un futuro mejor.
“Hoy nos congregamos en un significativo día para celebrar el natalicio de uno de los más grandes héroes, El Santo Enmascarado de Plata. Es un honor rendir homenaje a un ícono que no sólo nació en esta tierra, sino que ha dejado una huella imborrable en la lucha libre y en nuestros corazones. El Santo fue más que un luchador, la figura enmascarada enseñó que todos podemos ser héroes en nuestra propia historia, que toda lucha por los sueños es digna y que a pesar de las adversidades siempre se puede continuar”.
Tomando como inspiración al Santo, García Cázares exhortó a la unión como comunidad y a trabajar por el bienestar de la ciudad, asimismo, al culminar la ceremonia se hizo una guardia de honor y la colocación de una ofrenda floral en el monumento al Santo con luchadores, síndicos, secretarios y regidores.
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