PRODUCTORES

Pese a despojo silencioso, se aferran a preservar el maguey en San Agustín Tlaxiaca

Campesinos de San Agustín Tlaxiaca resisten saqueo clandestino del maguey, luchan por conciencia y preservación en medio de desafíos económicos

Alrededor de 800 plantas fueron depredadas.Créditos: Ilustrativa / LSR Hidalgo
Escrito en HIDALGO el

San Agustín Tlaxiaca.— “Nosotros estamos considerando la posibilidad de ya no sembrar más maguey por la constante depredación, ahora solo queremos hacer conciencia social y que las autoridades volteen a vernos”, es la solicitud de campesinos y productores de maguey de la comunidad de San Francisco Tecajique, en el municipio de San Agustín Tlaxiaca, quienes fueron afectados con la depredación de más de 800 magueyes la extracción ilegal de mixiote.

María del Jesús Pérez Ibarra, ejidataria afectada, narró que en los últimos 10 años su propiedad y la de más productores y campesinos de la región ha sido objeto de la depredación y daño de maguey, principalmente en el mes de octubre, por la recolección del chinicuil y esporádicamente durante el año para la extracción del mixiote y gualumbo, en el que se depreda alrededor de 100 a 200 plantas, no obstante, la afectación más severa se registró el mes pasado, dejando en pérdida total 800 magueyes.

“Esta actividad se hace en total clandestinidad por personas que se dedican a comercializar el conocido mixiote, cutícula o película que recubre la penca del maguey, que al retirarlo provoca la muerte de la planta. En nuestro caso depredaron alrededor de 400 magueyes de 10 a 12 años, que estaban casi listos para la raspa y producción de aguamiel, ahora son prácticamente pérdida total”.

De acuerdo con los afectados: María de Jesús Pérez, Humberto Cano y Dionisio Vera, la depredación de los más de 800 magueyes se suscitó la noche del 25 de marzo en cinco ejidos de San Francisco Tecajique, y al día siguiente en una parcela con 300 magueyes de San Juan Solís, localidad de San Agustín Tlaxiaca.

Imagen ilustrativa | Crédito: Especial

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“Ahora lo que uno quiere es hacer conciencia social, aunque sea, que la gente sepa que lo que está comprando es ilegal, ningún productor que se dedique a la siembra y cuidado del maguey lo va a vender porque significa matar a la planta, es como quitarle la piel a un animal”, expone la también catedrática Pérez Ibarra.

La amenaza del saqueo al maguey

El maguey es una planta endémica que se da principalmente en el Altiplano central, se caracteriza por ser resistente y de fácil adaptación, en el estado la mayor producción se da en El Cardonal y Singuilucan. El maguey se reproduce de forma sexual por semilla, a través del quiote o gualumbos, o también reproducción asexual por clones o hijuelos, que crecen en las raíces de la planta.

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El crecimiento de la planta depende de la especie y del clima; para ser trasplantados (a donde permanecerán hasta su madurez) debe alcanzar 50 o 70 centímetros de altura, y esto se da en 2 o 3 años, en este proceso se pela la raíz y se deja cicatrizar (secar) durante 20 días, posteriormente se siembra previo a la temporada de lluvias en luna llena o a la mitad de cuarto creciente, siguiendo las prácticas ancestrales.

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Cuando los magueyes se consideran listos para explotarlos es de los 12 a los 14 años y se trabaja por etapas, es decir, se mandan capar o quebrar, se le quita parte del corazón para hacer un orificio de unos 20 centímetros de diámetro y así extraer el aguamiel diario durante 3 o 4 meses, una vez que pasa este tiempo se pueden retirar las pencas para la barbacoa, del corazón se extrae, el mixiote y resto se destina al forraje.

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“En esta zona el clima es seco y con las alteraciones del clima ya no hay una fecha de siembra, pero los magueyes y los nopales son los principales productos de siembra porque difícilmente se da otra cosa. Son excelentes para retener humedad, la erosión del suelo y la generación extra de oxígeno, así que depredarlos así representa un daño al ambiente y no hay forma de sustituirlo, se deben explotar gradualmente”.

Testimonios de los afectados

Los ejidatarios explicaron que en Hidalgo no existen regulaciones en los precios como en Tlaxcala o Estado de México, donde asociaciones de maguey estipulan los requerimientos y costos del maguey y lo que se derive de él.

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“Aquí se paga la penca en 10 pesos si bien nos va, el barbacoyero paga a como se dejen los campesinos, sabemos que les llegan a paga a adultos mayores a 3 pesos la penca, eso es ridículo. Si hacemos cuentas a lo mucho el maguey dará mil pesos en sus 12 años de vida, desde que se planta hasta que empieza a producir, y eso bien negociado. Por lo tanto, de esta actividad no se vive, para que sea costeable se necesita raspar y vender pulque en tandas de 20 magueyes cada 3 meses y hacer toda una economía circular”.

En este sentido, enfatizó que en la actualidad sembrar no es redituable y quienes lo hacen es para continuar la tradición y por necedad, “si hoy el campesino tiene que decidir entre trabajar o dedicarse a sembrar maguey, se va a ir a trabajar, porque la planta no le va a dar para comer en corto ni largo plazo, y quienes se dedican a esto necesariamente requiere de grandes extensiones de tierra y trabajo. Poderlo comercializar para el pulque que también es muy mal pagado para los tlachiqueros.

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La economía del maguey en San Agustín Tlaxiaca

Para María de Jesús el impulso del turismo gastronómico en Hidalgo no va de la mano con la demanda y la explotación paulatina de recursos naturales como el maguey y otras especies de flora y fauna, por lo que es necesario que desde el gobierno estatal se faciliten apoyos para el campo y que desde la sociedad se genere conciencia del consumo informado y responsable de la planta endémica.

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“Si se está fomentando el consumo a través del turismo gastronómico, se debe impulsar un cultivo sustentable, y cada año incentivar la siembra para atender a la demanda; se deben pensar en políticas públicas visionarias y a largo plazo que hagan equilibrio con la cantidad de eventos de este tipo que tanto ha proliferado y a la sociedad pedimos que haga conciencia, que para su consumo jamás se compre el mixiote porque representa lo que nos está pasando”.

Según datos de El Colegio del Estado de Hidalgo, la entidad está posicionada como el principal productor de pulque y aguamiel, aportando el 78.14 por ciento de la producción nacional de pulque y la producción del maguey consta de 6 mil 152 hectáreas sembradas con maguey pulquero, con un valor total de producción valuado en más de 980 millones de pesos.

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Retos en la protección del maguey

La investigadora y promotora de la cultura pulquera y magueyera en la entidad, Miriam Jaramillo, explicó que en el Congreso del Estado se presentó la iniciativa para declarar al maguey como patrimonio biocultural de Hidalgo para efecto de salvaguardar su preservación en materia de conservación ambiental, aprovechamiento sustentable, protección biológica y cultural, a la par de generar instrumentos de apoyo y coadyuvar en el ámbito de la protección a los saberes tradicionales y culturales del mismo.

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“Buscamos que exista una salvaguarda integral entorno al maguey y de los saberes ancestrales que de él provienen como la producción del pulque, el ixtle y el ximbote, además de que se regulen todas las formas de uso, si bien en la legislación se indica sobre la depredación, usos y aprovechamiento, el problema es que no se cumple porque no hay una autoridad que realmente se encargue de velar y sancionar las malas prácticas, por ello queda en un catálogo de buenos deseos”.

Puntualmente en el ayuntamiento de San Agustín Tlaxiaca se expiden las guías de movilización de maguey, productos y subproductos, documento normativo que permite a productores del municipio transportar y vender el maguey y cualquier insumo derivado este dentro de la región de manera controlada y para evitar sanciones, no obstante, en la práctica no se exige.

“Es sabido por la comunidad de productores que difícilmente se da seguimiento a las denuncias, porque no hay responsables, simplemente los magueyes amanecen dañados. Hay dueños que tienen los espacios cercados y vigilados, pero la mayoría no cuenta con esa posibilidad”.

Resistencia y conciencia social

Con la denuncia ante autoridades y medios, integrantes del comisariado de San Francisco Tecajique, Dionisio Vera; Humberto Cano Cruz y María de Jesús Pérez, buscan la conciencia social, que las personas conozca la cadena de producción del maguey y que al consumir el mixiote se rompe el ciclo de explotación de la planta.

María y Humberto mencionaron que en algún punto han considerado la posibilidad de ya no sembrar más, porque por la constante depredación podrían desarrollar afectaciones a la salud, por la impresión, coraje e impotencia, “a veces decimos que nos gustaría atrapar a los delincuentes, pero ya es un riesgo defender nuestra propiedad”.

“Lo que queremos es que nos hagan caso, que las autoridades vean que esto está creciendo y se está volviendo descarado, necesitamos legislaciones que prevengan y desincentive que la gente venga a depredar y que se haga valer la guía”, expresó Humberto Cano.

sjl