FÚTBOL MEXICANO

La casa del Cruz Azul: hasta dónde llega el amor que hombre pintó su casa de azul

En el número 325 de la calle Hermanos Aldama, cerca del centro, en Barrio Arriba, una casona refleja la pasión que dos hermanos leoneses sienten por La Máquina

Escrito en GUANAJUATO el

León-. Toda la fachada es celeste: el pórtico, la herrería, la puerta y las ventanas, todo, no queda nada, ni un solo recoveco, ni un solo espacio que no hayan sido pintados por la pasión que sienten los hermánanos Liborio y Rubén Valdés López por el Cruz Azul.

En el número 325 de la calle Hermanos Aldama, Goyo y Rubén han hecho de su casa un monumento, un memorial dedicado a su equipo de fútbol que llama la atención y acapara las miradas de los que pasan por allí, pues en su casona reflejan el símbolo de la Cruz Azul y los 9 títulos de los cementeros: “¡Vamos por la décima”!

Su amor por La Máquina nació en los setentas cuando Goyo y Rubén eran niños veían los partidos en los que jugaba Eladio Vera y desde entonces pronuncian con orgullo al equipo al que siempre han sido leales, pese a las grandes decepciones que han tenido que vivir con el equipo de la Ciudad de México: “Desde los 8 o 9 años, desde que me acuerdo, desde morro. De ahí en adelante, la máquina es la máquina” expresó Rubén.

Fue idea de Rubén el haber pintado la fachada del azul celeste, aunque no viven ahí, porque la utilizan como bodega de vísceras, así representan su pasión más ferviente y, todo lo tenga que ver con La Maquinita, se vuelve un objeto de amor que se colecciona, y se guarda: “A mí me encanta este equipo, desde chiquillo, yo le voy al Cruz Azul, ¿Qué será? ¿10 años? ¿11 años? Tengo accesorios para echar al bolo, llaveros, cobertores, balones.” Explicó Liborio, pero le dicen Goyo.

Gane o pierda la fachada así seguirá

Ambos han vivido grandes decepciones con el Cruz Azul, finales perdidas, campeonatos que se esfuman como arena en las manos, hasta que en la clausura 2021 el suplicio de 20 años sin un campeonato terminó para los cementeros.

Pese a esos 20 años sin la celebración de un título, ellos le serán siempre fieles al Cruz Azul, expresó Rubén que observaba hacía el escudo que él pinto en la parte de arriba de su bodega: “Es el mejor equipo, ya te dije, aunque a muchos les duela, y más a los americanistas, nosotros no compramos los partidos, jugamos con lo que tenemos, aunque pues sí la hemos regado gacho y vamos sobre la décima, la mantengo, pierda, gane, la fachada del Cruz Azul”.

“Es el mejor equipo, ya te dije, aunque a muchos les duela, y más a los americanistas, nosotros no compramos los partidos, jugamos con lo que tenemos, aunque pues sí la hemos regado gacho y vamos sobre la décima, la mantengo, pierda, gane, la fachada del Cruz Azul”.

Dentro de la casa, en uno de los muros, una lona con el retrato del nieto de Goyo, refleja el amor que sienten por los cementeros y se transmite a sus nietos y sus sobrinos; una foto de Leonel Alexander, nieto de Goyo viste de un overol con el símbolo de la cruz azul, lo rodean los jugadores de leyenda de La Máquina, como el jugador argentino Chelito Delgado.

Sin importar que su ciudad natal es Ciudad Esmeralda por el Club León, la sangre azul corre por sus venas, no solo los une el amor de haber nacido de la misma madre, sino la misma pasión, y siguen a “La Máquina” a los estadios de las ciudades más cercanas: “Es un equipo que en realidad para nosotros sí vale, a Guadalajara, Querétaro, cuando está cerquita de nosotros sí los vemos, y a lo mejor es campeón si no hay robos, siempre ha habido robos hasta se ve mal, en lo descarado” dijo Goyo.