RELIGIÓN

Cuerpo incorrupto en León: Es probable que a Jaimito se le abra proceso de canonización

Una experta en Teología ha entregado ya a la Diócesis de León documentos de escritos de José de Jesús Jaime, cuyo cuerpo permanece incorrupto desde 1971, testimonios de familiares y compañeros de seminario, y de "milagros”

La teóloga Margarita de la Torre (En el círculo), dijo que el Padre Vicente Echarri catalogó a Jaimito como 'un santo'.
La teóloga Margarita de la Torre (En el círculo), dijo que el Padre Vicente Echarri catalogó a Jaimito como "un santo".Créditos: Cortesía
Escrito en GUANAJUATO el

León.- A mediados de octubre de 1971, cuando tenía 18 años de edad, el seminarista leonés José de Jesús Jaime García, perteneciente a la congregación religiosa de los Misioneros de la Natividad de María (MNM), falleció en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, y su cuerpo fue traído a su ciudad natal para ser sepultado en la gaveta 26 del panteón San Sebastián.

De acuerdo a lo que publicamos en La Silla Rota Guanajuato en un reportaje anterior, el cuerpo de “Jaimito” o “Pepe”, como se le conocía, después de dos exhumaciones, la primera en 1981 y la segunda en 1991, permanecía intacto.

Desde 1991 se encuentra en un féretro, con su nombre impreso, en la Capilla del Carmen, abajo del área del coro, en un lugar acondicionado en donde estaban 6 espacios de las criptas subterráneas del Templo Expiatorio, ubicado por la calle Madero y a unos 200 metros del simbólico Arco de la Calzada.

El ataúd no está oculto, cualquiera que visite el Expiatorio puede pedirle a la secretaria encargada de las Catacumbas que les diga dónde se encuentra el féretro con el cuerpo de Jaimito y pasar a verlo.

Cabe señalar que el ataúd se mantiene cerrado, en espera de que alguna autoridad eclesiástica ordene se abra de nuevo, donde no sería ya sorpresa que el cuerpo de José de Jesús continuara incorrupto.

José de Jesús Jaime García. (Foto: Familia Jaime García)

¿Proceso de canonización?

Familiares de “Pepe”, desde hace varios años se han encargado de recoger todo tipo de testimonios sobre su vida e incluso han entregado ya documentos a la Diócesis de León donde se encuentran cartas que les envió, testimonios de vida de quienes lo conocieron, entre los que destacan los de sus compañeros y sacerdotes que convivieron con él en el seminario de los Misioneros de la Natividad de María, ubicado en la comunidad  de Santa Anta del Conde, y donde se incluyen además pruebas de milagros realizados mediante la intercesión de Jaimito.

Lo anterior fue manifestado en entrevista por Margarita de la Torre, quien estudió Teología en Roma y se ha encargado de asesorar a la familia Jaime García para el inicio de un probable proceso de canonización, quien aseguró que toda la documentación recopilada a través de varios años, fue entregada a la Congregación para las Causas de los Santos de  la Diócesis de León para que sean analizados y pueda darse el primer paso de canonización que es el que se considere a Jaimito como Siervo de Dios.

El féretro de Jaimito en las Catacumbas del Templo Expiatorio. (Foto: Especial)

Margarita de la Torre, enfatizó que entre los documentos entregados se encuentran las muchas cartas que José de Jesús Jaime envió a su familia, un diario espiritual que llevaba siempre consigo, los testimonios de vida de familiares, amigos y compañeros seminaristas e “incluso algunas pruebas de milagros de personas que en momentos críticos de su vida se han encomendado a Jaimito”.

Añadió que el proceso se encuentra detenido, debido a que el Derecho Canónico para la Causa de los Santos tiene la normatividad de que este tipo casos de posible canonización se deben realizar en la ciudad donde murió Jaimito, en este caso sería en Monterrey, por lo que se espera que la Diócesis de León dé el apoyo para que se inicie allá este proceso, aunque “ya estamos buscando la forma de llevar los documentos recopilados a Monterrey”.

Sobre el tema de los milagros, dijo que hay varios que están “confirmados”, donde destaca el caso de un hombre que sabía que el cuerpo de Jaimito estaba incorrupto y “sufrió un infarto, se le bloqueó el corazón y no le daban esperanzas de vida, se encomendó a Pepe y despertó completamente sano”.

Margarita de la Torre agregó que hay otros casos de milagros que se encuentran dentro de los documentos entregados a la Diócesis de León y muchos testimonios, entre los que destaca lo afirmado por el padre Vicente Echarri Gil, fundador de la congregación de los Misioneros de la Natividad de María, quien mencionó al tener una fotografía de Jaimito en las manos: “Haya sido como haya sido, Jaimito es un santo”.

El padre Echarri, besa una fotografía de Jaimito. Observa Margarita Jaime. (Foto: Cortesía)

Es de señalar que el padre Echarri, como se le conocía, quien falleció el 26 de Julio del 2005 a menos de 3 meses de cumplir 102 años de edad, supo de las dos exhumaciones de Jaimito y frecuentaba mucho a la familia Jaime García, incluso fue quien llevó la triste noticia a los familiares el 17 de octubre de 1971 sobre la muerte de José de Jesús.

El proceso para llegar a la santidad

Antes que nada, se debe saber que hay varias etapas en un proceso de canonización, que suele durar muchos años o siglos y que culmina con la declaración de un fallecido como santo, puesto como ejemplo para todos los cristianos.

Siervo de Dios

Al fallecer una persona "con fama de santidad", el obispo local y el postulador de la Causa piden iniciar el proceso, presentando ante la Santa Sede un informe sobre la vida y virtudes de la persona. La Congregación para las Causas de los Santos examina el informe y dicta el decreto "Nihil obstat", es decir, que no hay impedimento para iniciar los estudios en profundidad. El candidato es llamado Siervo de Dios.

Una vez que se tiene el "Nihil obstat", el obispo diocesano, dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo de Dios.

A nivel diocesano se estudia la vida del siervo de Dios y se prepara un informe con testimonios y pruebas documentales que afirmen que efectivamente vivió como un santo, identificado con Jesús. Este informe, que requiere de años de trabajo, se envía luego al Vaticano para su análisis. Entretanto, el postulador de la causa difunde su devoción privada, de modo que se haga más conocida su figura.

La Santa Sede analiza los documentos presentados por el tribunal local y, si es el caso, declara que el candidato es venerable. Es decir, que vivió y practicó las virtudes cristianas en grado heroico: las cuatro virtudes cardinales (justicia, templanza, fortaleza y prudencia) y las tres teologales (caridad, fe y esperanza).

Para la beatificación de una persona cristiana, además de las virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de su intercesión y verificado después de su muerte. El milagro no es requerido si la persona ha sido reconocida como mártir.

Templo Expiatorio de León. (Foto: Especial)

Los beatos

Los beatos son venerados de forma pública en la Iglesia local.

Las beatificaciones las realizaba generalmente el Papa, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Pero desde octubre del año 2005, bajo el papado de Benedicto XVI, la Congregación para las Causas de los Santos dispuso para las ceremonias de beatificación se celebren en la diócesis que haya promovido la causa y, eventualmente, la realización en Roma.

La santidad

Con la canonización, al beato le corresponde el título de santo. Para llegar a esto, hace falta otro milagro, ocurrido después de su beatificación. Al igual que ocurre en el proceso de beatificación, el martirio no requiere habitualmente un milagro.

Esta canonización la hace el Papa en la basílica de San Pedro o en la plaza de San Pedro del Vaticano, aunque el papa Juan Pablo II realizaba las canonizaciones len el país de origen del beato a canonizar durante sus viajes pontificios por el mundo. Mediante la canonización se concede el culto público en la Iglesia Católica. Se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar iglesias y santuarios.

Las Catacumbas del Expiatorio. (Foto: Especial)

Los testimonios

Para la continuación de esta información, publicaremos en breve los testimonios de vida de los integrantes de la familia Jaime García y los de algunos compañeros de Jaimito en su paso por el seminario de los Misioneros de la Natividad de María.

Algunos de estos testimonios ya las han ofrecido en entrevistas para La Silla Rota Guanajuato, aunque faltan algunos otros más que reseñen de manera amplia la vida alegre y espiritual de José de Jesús Jaime.