COME LOCAL

Botana al gusto: las cantinas más tradicionales de León

Desde los de un definitivo "rompe y rasga" hasta los más discretos y familiares, en León hay una gran variedad de bares a los que se puede ir a comer y beber a gusto; hay para todas las preferencias

Don Pancho Rivas al frente de la bien surtida barra del Gato Negro. En el círculo, un plato del Cuatro Vientos.
Don Pancho Rivas al frente de la bien surtida barra del Gato Negro. En el círculo, un plato del Cuatro Vientos.Créditos: La Silla Rota
Escrito en GUANAJUATO el

León.- Tradicionalmente, las cantinas de la ciudad de León se caracterizan por la comida que sirven para acompañar las bebidas. Alimentos sabrosos, salados y picantes para animar al parroquiano a seguir extendiendo su estancia y su consumo. Unas más que otras se reconocen por generosas a la hora de servir la botana, y por eso son las favoritas del público.

Céntricas y antiguas, elegantes y modernas, exclusivas en zonas elegantes y “de rompe y rasga” en los barrios. Por lo general, con un ambiente familiar que hace décadas rompió el tabú de que eran lugares solamente para hombres, a las que hoy ingresan incluso niños aunque obviamente para ellos no hay bebidas alcohólicas, pero sí un menú que les encantará.

Calidad, cantidad, precio y atención son las condiciones que buscan los leoneses a la hora de ir a tomar un trago acompañado de comida o “botana”. ¿Cuáles son los mejores lugares para ir a la botana en León? Todos estos son los aspectos a tener en cuenta.

La Silla Rota recopiló las recomendaciones de los expertos, y la lista de lugares para ir a la botana es muy extensa y variada. Vale la pena visitar cada uno de estos bares leoneses, donde la tradición y el buen servicio están presentes.

 

El Gato Negro

 

No podría hablarse de historia de cantinas si se pasara por alto a esta casi centenaria del centro de la ciudad. Fundada por Benjamín Rivas y actualmente administrada por Francisco Rivas (de unos meses a la fecha en sociedad con los hermanos Víctor y Luis Ruiz). Su cercanía con el gran flujo comercial de la Miguel Alemán, Mercado Aldama y Zona Centro, le aporta una interesante variedad a la concurrencia, atraída por la nostalgia, por la botana y las pláticas que invitan a alargar la estancia en el mismo lugar donde llegaron a asistir Cantinflas, José Alfredo Jiménez, Resortes, Pedro Infante y otras personalidades. Don Pancho les servía sus bebidas en el Gato Negro.

La botana es sencilla pero rica: taquitos dorados, carne tártara, ensaladas, caldo de camarón, filete y pescado.

Se ubica en Reforma 223

 

Otro de ambiente: El Báltico

 

El viejo local de 5 de Febrero 601, también en el centro de León, es un espacio reducido pero suficiente para pasarlo bien, con una botana que diariamente sorprende a los parroquianos. Muchos de los clientes se mantienen fieles desde hace décadas al servicio comedido, con trato personal, que brindan el dueño y los colaboradores.

El ambiente en el Báltico.

Ahí se puede disfrutar, en medio de una pesada decoración marinera, de una sopa de almejas, espinazo, lomo en salsa verde, tacos dorados, según lo que haya planeado el cocinero para ese día, pero siempre será una comida vasta, precedida de las infaltables papas al horno con mantequilla, caldo de camarón, duro y carne tártara. Al final, una fruta picada o cacahuates.

El lugar se ve viejo, pero es parte de su encanto. Cierra los domingos.

 

Taberna el Movimiento: la modernización

 

En contraesquina del Templo Expiatorio está una cantina que comenzó a servir a los leoneses en 1935. Se caracterizaba, en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado, por lo bien servido de sus bebidas: casi el doble de licor de lo que daban en otros negocios del ramo. Sin embargo, la botana era escasa. “Te damos de tomar, no de comer”, decía el dueño, entre bromas y veras.

Con la modernización de la calle Madero, el ambiente se volvió más juvenil, se modernizó también El Movimiento. Sin embargo, se sigue distinguiendo porque la botana gratis es muy escasa. Con suerte algún taquito dorado y cacahuates si el mesero es generoso, pero tienen alimentos a la carta y trabaja ahí una excelente cocinera.

 

Lléguele al Salón Rojo

 

El Salón Rojo fue fundado en 1946 y tiene alma 100 % coecillense.

La especialidad es la sopa de médula y el chamorro, servidos generosamente para acompañar las frescas bebidas espirituosas que ofrecen don Aurelio y compañía. Los propios comensales dicen que el lugar “no es el más bonito ni el más amplio”, pero se va a comer y beber bien y pasar un rato agradable en un sitio cómodo, limpio y con un trato distinguido. Ahí hay que probar los mojitos.

Está en Héroes de la Independencia 504

Aurelio, anfitrión en el Salón Rojo.

 

El 4 Vientos: antes sí daban

 

Otro vecino del Coecillo es el tradicional 4 Vientos. Recientemente remodelado, cambió su esquema de negocio y su modo de servir los alimentos y ahora son vendidos a la carta. Sus modernas instalaciones en la Héroes de la Independencia son ahora más cómodas. La cecina es su especialidad más sabrosa.

Botana en el 4 Vientos.

Cuatro Caminos hay en mi vida

 

En López Mateos 2335 casi esquina con Bulevar Campestre está el bar Cuatro Caminos. De entre los bares “recientes” es uno de los más recomendados por la clientela. Las botanas favoritas en el lugar son las patitas de cerdo en vinagre.

Unos tragos en el Cuatro Caminos.

Para el barrio: Tío Pepe

 

En la calle Guatemala 635, colonia Obrera, está la cantina Tío Pepe, un lugar rústico, con cómodos equipales, una rockola con muy buen repertorio, lo mismo que el cantinero. Los jueves hay chamorro y los viernes hay filete de pescado, pero definitivamente cualquier día es bueno para ir a botanear, excepto los domingos que es cuando cierra. Los tragos están bastante bien servidos y los precios son moderados.

Botana variada en Tío Pepe.

Toreo-Casta Brava

 

En en mero Barrio Arriba está El Toreo. Así se le sigue conociendo, aunque su razón social actual es “Casta Brava”, que sigue administrado por los hermanos Oliva. Pasó de ser una cantina para curtidores y gente del barrio bravo, a uno de los lugares preferidos por las familias leonesas.

La botana siempre es generosa, pero con un menú invariable. Si va mañana, adivine que le van a servir: caldo de camarón, carne tártara, guacamole, duro con salsa, requesón (delicioso), cochinita pibil y el plato estrella, su majestad el molcajete.

Siempre sale uno satisfecho.

Se ubica en 27 de septiembre 415, esquina con Cuauhtémoc.

Dígale que no a este molcajete en el bar Casta Brava.

 

 

El Nuevo Rey

 

En el bulevar Hermanos Aldama esquina con Río Conchos, colonia Las Margaritas, está otra de las cantinas antiguas de la ciudad. Cero elegancia, pero muy buen servicio a cargo de Chuy el cantinero. Es de las que tienen ese sabor a barrio bravo, y aquellos tiempos en que se distinguía con “amenidades femeninas” ya quedaron atrás. Tiene los precios más accesibles de la zona, y la botana es modesta, pero bastante decente. Cumplidor, pero definitivamente no es recomendado para familias.

Amigos y alegría en el Nuevo Rey.

 

Chemita

 

Ubicado en Julián de Obregón esquina Bolívar, a 1 cuadra del parque Hidalgo, el bar Chemita es una cantina acogedora, para ir con la familia o con amigos, y es otro de los bares tradicionales preferidos por los leoneses. Lamentablemente a don Manuel Castro, su dueño original, se lo llevó el covid, pero su hijo sigue al frente y mantiene a la plantilla original.

La costumbre es ofrecer diariamente un menú diferente, basado en guisos caseros, pero sin faltar los duritos, caldo de camarón, papa y tostadas, seguidos por 3 guisados que pueden ser el “filete a la gabardina” diseñado por don Manuel, unos camarones a la diabla, chamorro o milanesa.

Recientemente entró a la modalidad de “consumo mínimo”, por lo que hay que calcular primero cuánto habrá uno de tomar, pues de todos modos pagará la tarifa completa. Si va con la familia pida la planta alta.

Un chamorro en el Chemita.

cv