DÍA DE MUERTOS

El panteón fantasma de La Merced

En la avenida La Merced antes del Bulevar Torres Landa todavía es posible ver la entrada de lo que sería un panteón de 1892

El pórtico  de lo que sería un cementerio del siglo XIX en Los Limones sigue en pie en Avenida La Merced
El pórtico de lo que sería un cementerio del siglo XIX en Los Limones sigue en pie en Avenida La MercedCréditos: Eloy Japhet Esquivel Vázquez
Escrito en GUANAJUATO el

León-. En el año 1892 se manifestó un brote de tifus en León, lo que provocó que un gran número de leoneses perecieran por la enfermedad. Ante la contingencia, las autoridades estatales y municipales de aquel tiempo se vieron en la necesidad de construir un nuevo cementerio: El Panteón de los Limones.

Un cementerio sin entierros

La revista Tiempos, editada por el Archivo Histórico Municipal de León (AHML) documentó que: “Surgió en 1892 como una necesidad urgente, porque surgió en León y en otras localidades una epidemia de tifo que arrojó numerosos fallecimientos. Este panteón remplazaría al de San Miguel, pero en el de Los Limones jamás hubo entierros”.

Esa epidemia se acentuó debido a que, para entonces, los leoneses apenas se recuperaban de la inundación que arrasó gran parte de la ciudad en 1888, dejando contaminación y enfermedades por doquier.

El cementerio de Los Limones estaba destinado a recibir centenares de cuerpos, la mayoría arrojados por la enfermedad, y se le veía como un alivio para desfogar la saturación del panteón de San Nicolás

Sin embargo no hubo inhumaciones en este nuevo predio, pese a que el brote de tifo en la ciudad tomaba fuerza, la finca que ofreció el señor Florencio Cabrera se utilizaría entonces como “lazareto”: recinto sanitario dedicado a la observación y tratamiento de personas portadoras de alguna enfermedad infecciosa.

El Gobierno del Estado de Guanajuato y el Municipio de León realizaron diferentes dictámenes, pero a la finca no se le daba uso. Luis Long, comisionado por el Ayuntamiento de León, realizó excavaciones en el terreno. 

Los doctores Gutiérrez de Velasco y García Saavedra y el arquitecto Luis Long determinaron que el predio no era apto para que ahí se realizaran entierros, ni con la construcción de gavetas serviría para la finalidad que se le daría. La elevada humedad de la tierra no permitiría una adecuada descomposición de los cadáveres que ahí se depositaran.

De hecho, en la actualidad la zona mantiene todavía mantos freáticos, aunque cada vez más profundos. A 200 metros del lugar, todavía opera un pozo público del que diariamente se extraen centenares de metros cúblicos para surtir decenas de pipas que entran y salen del inmueble ubicado en Torres Landa y Prolongación Juárez.

Un pórtico del siglo XIX que sigue en pie

La puerta de entrada del cementerio del siglo XIX sigue en pie en la Avenida La Merced antes del bulevar Torres Landa: es un pórtico de arquitectura neoclásica, un arco y dos pilares de cantera rosada; la arquería ha sido cubierta por un muro de ladrillos sostenido por un castillo de cemento que se despedaza, estropeando la vista de lo que alguna vez fue una construcción con belleza arquitectónica.

130 años después el pórtico del cementerio de Los Limones sigue en pie y lo que sería un panteón en la última década del XIX hoy es una carpintería, la barda de piedra es utilizada para publicidad de autopartes.

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