OPINIÓN

César tenía 14 años y Adrián podía moverse

Entre 2022 y 2023 se dejaron de surtir 21 millones de recetas. Por esta razón los mexicanos gastaron 29% más de lo que se gastaron en el sexenio pasado, aunque se compran menos medicinas porque son más caras

Escrito en GUANAJUATO el

Hace algunas semanas recibí un mensaje de un buen lector sobre un artículo de “cuentos chinos”. Sin ser literal, decía: “seguramente los de Morena son muy malos para gobernar, pero aun así van a ganar”. Ignoro si estas palabras eran motivadas por la desilusión de un mal gobierno o por el orgullo de defender esta supuesta transformación del país.

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Siempre he defendido que “quien gane unas elecciones tiene todo el derecho de gobernar de acuerdo con su doctrina”. Pero por otra parte he señalado que un gobierno electo debe cumplir las promesas y compromisos que fueron los pilares para que los ciudadanos lo eligieran.

Cuento dos historias.

Él es César, en enero del año pasado él tenía 14 años, es un niño que tiene una discapacidad que en palabras comunes hace que tenga un desarrollo de su cerebro de un bebe de dos años. En el IMSS le prescribieron hacerle un estudio para valorar su condición actual.

Hoy el pequeño bebe adolescente tiene 16 años y ese estudio no ha podido realizarse. Hace unas semanas cuando por fin le notificaron a su mamá que todo estaba listo para que el citado estudio se realizara. La cita fue al día siguiente, a las 2 pm. Después de tres horas de espera (en una sala donde no hay aire acondicionado, los baños no sirven, no hay suficientes sillas para todos los derecho habientes y acompañantes que esperan, con gran paciencia, ser atendidos), a las 5 pm le informaron a su mamá que el estudio no se podría realizar porque los aparatos necesarios no servían y que volviera otro día para reprogramarlo.

La otra historia tiene como protagonista a Adrián. Él tiene una lesión en la espalda y cuello que le inhibe su capacidad de movimiento y reflejos. Hace 17 meses los médicos del IMSS le comunicaron que era urgente una operación porque existía el riesgo de perder su capacidad de movimiento total.

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Después de medio año, le programaron su cirugía para ¡seis meses después! En diciembre del año anterior ingresó al hospital y a punto de entrar al quirófano le informan que no podría ser operado porque los cirujanos estaban de vacaciones. Con paciencia y con paso lento, Adrián se retiró y volvió a ser programado para el mes de mayo de este año. Acudió y después de un par de días lo pasaron al quirófano para su operación urgente. ¿Qué más podría pasar?, pues pasó, se canceló la operación porque no había los aparatos necesarios para la intervención. Hoy Adrián se mueve con ayuda de andador para poder caminar; en esa condición tendrá que trasladarse para volver a tramitar su intervención.

Esta es la realidad de César y de Adrián. Similar a la de millones de mexicanos. Comenté en un inicio de que un gobierno electo debe medirse por el cumplimiento de sus promesas; aquí el compromiso 13 de AMLO en materia de salud: “… El propósito es garantizar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos; …, a mediados del sexenio, establecer un sistema de salud de primera, como en Canadá o en los países nórdicos.”

Colofón. México: la realidad de la antítesis de Dinamarca en salud pública:

Se eliminó el seguro popular y se creó el INSABI que fracasó y luego el IMSS Bienestar que tampoco funciona.

La mega farmacia de AMLO surte menos del 10% de medicamentos solicitados y tarda hasta 65 días en responder.

Entre 2022 y 2023 se dejaron de surtir 21 millones de recetas. Por esta razón los mexicanos gastaron 29% más de lo que se gastaron en el sexenio pasado, aunque se compran menos medicinas porque son más caras.

La población que enfrentó carencia de servicios de salud pasó de 20.1 millones en 2018 a 50.4 millones en 2022.

AMLO dejó sin consultas médicas a la mitad de los enfermos más pobres del país y de realizar 20 millones de estudios de laboratorio, además, medio millón de personas no han sido atendidas de las cirugías que necesitan.

Defender o no una doctrina no provocará que el sistema de salud mejore, tampoco aplaudir o criticar al gobierno actual, pero sería sensato que todos los mexicanos reconozcan logros y critiquen fallas para promover gobiernos menos insensibles y, por supuesto, menos casos como el de César y Adrián.

Dejar de ver estos hechos como una realidad es creerse los cuentos chinos del México que no existe, pero que todos los días describe el presidente en sus informes del estado que guarda su nación imaginaria.