Main logo

“Llevo 35 años vendiendo cebadina, si no vendo un lado me voy a otro"

El señor Fernando guarda una historia resumida en 60 sabores de cebadina. Hoy, su negocio resiste a la pandemia, asegura que si no vende en un lado se va a otro

Escrito en GUANAJUATO el

“Llevo 35 años vendiendo cebadinas, si no vendo en un lado me voy a otro”, dice don Fernando del otro lado del teléfono. Quien comenzó como ayudante de un señor que preparaba cebadinas en el descargue, fue testigo de una receta secreta que el transformaría a su manera. Y hoy lleva tres décadas vendiendo cebadinas en León.

Hoy, el señor Fernando enfrenta la crisis de ver cómo la gente llega a las bancas del centro y los policías les piden irse. La crisis de vivir la pandemia del covid-19. La crisis de ver pocas persona en la plaza. La crisis de los fines de semana sin niños corriendo en la plaza y sin filas de clientes que compren cebadinas.

Fernando dice que su "boom" es reinventar los sabores de la cebadina, como pica fresa o una jugosa mora azul (Foto: redes sociales)

BOLEROS ABANDONAN LA PLAZA Y ANOTAN SU TELÉFONO EN UN PAPEL 

Ahora tiene que usar un cubrebocas para vender, se adapta a una nueva realidad. 

“Fuimos de los que duramos 60 días cerrados, abrimos el 1 de junio cuando según abrieron la zona peatonal. Las ventas ya no fueron las mismas, ahorita estamos como a un 60% porque tienen cerradas las banquitas, no es la misma gente”.

Pero la crisis significa para él buscar otro punto de clientela. Como dice: “si no vendo en un lado me voy a otro”. A veces, Fernando deja su negocio de la calle Juárez -en el centro- y se va al Descargue Estrella o al Mercado Aldama, con tal de vender sus cebadinas.

“Soy ambulante en el Mercado Aldama y el Descargue Estrella. Ahí ha estado muy solo, lo bueno es que no han limitado el acceso a la gente”.

Su negocio se ubica en la calle Juárez del centro de León, a lado de Sport Palace 

AGONIZA LA ECONOMÍA DE VENDEDORES DE BANDERAS EN PANDEMIA 

Por esto, Fernando se mueve de un punto a otro con la intención de vender. Toma su carrito y se va, mientras deja a una persona encargada en el local de la Juárez, a lado del Sport Palace, dice él.

El hombre de las cebadinas –como se autodenomina- habla de su negocio con una voz enérgica, así se escucha en el teléfono. Su historia con esta bebida típica de León comenzó a los 15 años, cuando vio el secreto para preparar un vaso de cebadina.

“Yo le ayudaba a un señor adentro del Descargue Estrella a los 15 años, a los pocos meses me fije como la hacía y luego lo hice de forma independiente. Tengo 35 años vendiendo, le entré a los sabores, ya son 60 sabores los que preparo. De pica fresa, mora azul, jengibre, que esa me la piden mucho”.

Don Fernando dice que no es pretencioso como otros señores que venden cebadina y no comparten la receta. Confiesa que la cebadina se ha manejado como secreto.

“Como otros que según no dicen la receta, no, yo sí digo. Hasta la hago de sabores, combino la cebadina con jugo de frutas o jugo de verduras, tengo 60 sabores en existencia. Ese ha sido el boom, la novedad entre los jóvenes de una tradición que estaba muy apagada, ahorita con lo de los sabores los jóvenes compran. Por ejemplo a la cebadina roja, en realidad es puro cítrico lo único que hice es conservar la base y ponerle un sabor en lugar del color vegetal”.

Su historia se traduce en la creatividad de combinar sabores. Servir un vaso de cebadina fría ha sido lo que le da para comer. Y es ahora el negocio que resiste a la crisis causada por el covid.