Desde la parte más alta de la colonia Las Huertas, dos hermanos, con mucho frío, se toman una de las fotos más asombrosas de su vida, aunque en ese momento no lo sabían.
Era sábado 13 de diciembre de 1997 y, de no conocer en donde se tomó la fotografía, el paisaje podría ocurrir en cualquier lugar de Europa. Pero se trataba de León, Guanajuato, México, hace 23 años, y era el insólito día que nevó y la ciudad se convirtió, durante una mañana, en el escenario de cuento de navidad.
Los informativos del momento relataron que un día antes, el 12 de diciembre, la temperatura comenzó a descender por la noche. Llegó a los cuarto grados y a la mañana siguiente la nieve cubrió la ciudad.
Los adolescentes en la imagen tenían 13 y 14 años y fue la primera vez que vieron nevar como cientos de leoneses que no daban crédito de lo que ocurría. Los medios de la época reportaron que un siglo atrás en la ciudad ya había ocurrido una nevada y que el termómetro no marcaba ningún grado centígrado ese día.
"Nos despertó mi papá; eran como las 8 de la mañana o un poco más tarde y salimos por la ciudad a tomarnos fotos (...) recuerdo que duró algunas horas y luego, aunque siguió frío, volvió el clima a la normalidad", cuenta Oscar, que hoy tiene 36 años y aún no olvida ese momento.
La histórica foto del centro y sus árboles llenos de nieve es parte invaluable de la memoria colectiva de León.
Miguel recuerda que los entonces pequeños árboles del jardín de la casa de sus padres se llenaron de copos de nieve y que la impresión lo hizo llorar. Su papá, recuerda, tuvo que cambiar la tubería de su casa que se averiaron por el atípico clima.
"Era como estar en una película gringa porque además era diciembre y ya se vivía el ambiente navideño", evoca Miguel que hoy tienen 37 años.
Pasarían 13 años para que el fenómeno se repitiera en León cuando el 15 de enero de 2010 volvió a nevar, aunque en la nevada de hace una década la nieve no llegó a la ciudad y solo pudo disfrutarse en el Cerro del Gigante y Sierra de Lobos, así como en algunas comunidades aledañas.
Han pasado 23 años desde el insólito día que nevó en León. Todo ha cambiado y su gente también, sin embargo aquel día quedó tatuado en la memoria colectiva de quienes vivieron el irreal evento, muertos de frío como los hermanos en la foto principal, pero felices por la sorpresa de Navidad que la naturaleza les regaló.