Celaya.- Dos jóvenes sacerdotes celayenses estuvieron este jueves en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, para despedirse del Papa Francisco como parte de los funerales que se llevan a cabo esta semana tras su muerte el pasado lunes.
A través de la Diócesis de Celaya se informó que el presbítero y estudiante de derecho canónico en Roma, José Natanael Torres, y "el padre David", fueron parte de la comitiva este jueves para despedirse del sucesor de Pedro.
"El padre David y un servidor, acudimos el jueves 24 de abril a presentar nuestras oraciones y las de nuestra diócesis de Celaya, en medio de un ambiente en el que se mezclaban muchos sentimientos: tristeza, agradecimiento, esperanza...Han sido miles y miles los que pasan delante del ataúd que contiene su cuerpo amortajado y honrado conforme a las mismas modificaciones que él mismo hizo del Orden de las exequias de los Romanos Pontífices, en cuya esencia se encuentra, la de mostrar y exponer, no a un hombre poderoso cual si fuere un monarca absoluto o intocable, sino más bien, al pastor de la Iglesia, con toda la sencillez posible, despojado de cualquier símbolo de poder, no más que con un rosario entre sus manos, y a ras del piso, metido en su ataúd.
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"Así como Cristo murió despojado incluso de su forma humana, así el Papa en adelante estará llamado, como el mismo Señor, a acentuar este propio despojamiento de sí, entregado por completo al servicio de sus hermanos hasta el desgaste completo, sin sentir pena de mostrar su debilidad, enfermedad y dolor".
"Un Papa cada vez más humano como sólo Cristo lo pudo ser, y como lo necesitamos en este tiempo. Es así como la esencia de las modificaciones que el Papa Francisco hizo a las exequias pontificales tienen todo este trasfondo, que pudimos constatar muy bien en su vida a lo largo de su batalla espiritual, intercediendo incansablemente por la paz en el mundo, y contra esos males que aquejan a nuestra comunidad eclesial como lo es la acedia, el clericalismo y el funcionalismo; pero también, en sus batallas físicas contra la propia debilidad, la enfermedad, los distintos obstáculos que le impedían caminar y hasta hablar, pero que nunca le frenaron en el estar siempre con todos y para todos hasta el último momento".
"Grandes ejemplos nos deja el Papa Francisco que incluso, en el silencio de sus restos, mortaja y sepulcro, nos sigue hablando y enseñando sobre la humildad y la entera libertad con las que debemos servir a Dios hasta el final de nuestros días", escribió el padre José Natanael.
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