MUNDIAL DE QATAR 2022

Medio León pegado al televisor

Media ciudad estuvo atenta al televisor por el partido de fútbol entre México y Polonia en el Mundial de Qatar 2022

Media ciudad pegada al televisor por el partido de debut de la selección mexicana
Media ciudad pegada al televisor por el partido de debut de la selección mexicanaCréditos: Eloy Japhet Esquivel Vázquez
Escrito en GUANAJUATO el

León.-Los leoneses se quedaron con las ganas de gritar el gol, esos gritos de furia incontenible, de felicidad, solo provocados por un balón clavado en la red contraria, que emergieran en cualquier momento en una llegada, en una anotación contra el equipo rival, sin embargo no dejó de haber emociones en cualquier parte de la ciudad que se detuvo para ver el debut de la Selección Mexicana de Fútbol en el Mundial de Qatar 2022.

Pareciera una mañana cotidiana en la ciudad: el partido se transmitió en horas laborales. En el sistema de transporte, en la oruga, una que otra persona estaba atenta de los primeros minutos de juego de México contra Polonia a través de un pequeña radio.

Así pasó un martes, como todos, pero este era distinto, había una cita mundialista con la selección de México, había que sentir la adrenalina de ver jugar al once azteca. En la Estación de Bomberos de Apolo, los elementos contra incendios se juntaron y en un ambiente de camaradería veían el primer tiempo del primer partido del tricolor en el Mundial de Qatar 2022.

  

El único fuego que los bomberos no podían contener ese martes era el de su pasión por la selección de México, que tenía llegadas amenazadoras al área polaca,  pero los balones tirados a la portería del guardameta polaco Wojciech Szczesny (quien días antes le dijo al portero mexicano Memo Ochoa que era un genio, el penal atajado a Lewandowski, hizo historia) terminaban en un: “¡Chin! O en un ¡No!” con los puños cerrados y las miradas serias puestas en la pantalla de plasma.

De una taquería a Catar

En un puesto de tacos en la calle Apolo, los taqueros tenían puestas las manos sobre el bistec, el suadero, el chorizo, y, mientras envolvían los guisados en la tortillas, sus oídos estaban atentos a lo que sucedía con el once mexicano a cientos de kilómetros, en el oeste de Asia, en Catar, en Doha a orillas del Golfo Pérsico, en el estadio 974 de Ras Abu Aboud.      

En el centro de la ciudad todo parecía estar en un ambiente apacible, pero dentro de los establecimientos, en las cafeterías, en los restaurantes, todo era jolgorio y unión, algunos se volvieron comentaristas de futbol de ocasión mundialista, fuera de las tiendas algunos curiosos se detenían para ver cómo iba el partido y echar un ojo al equipo comandado por Tata Martino.

En la zona peatonal los boleros se disponían a escuchar el juego narrado por los comentaristas, pero no había zapatos que pulir y solo su atención se contemplada en un partido, entre un México y Polonia,  sin goles. Una familia, sentada debajo de un árbol con su pequeño hijo, veía el partido de fútbol en una transmisión por Facebook que sugería la entrada a otro link, escuchaban la narración del “Perro” Bermúdez, su último mundial como comentarista.