Eran poco más de 5,000 metros cuadrados. Ahí se levantó una mansión y una biblioteca que José López Portillo donó en vida a su segunda esposa Sasha Montenegro. En realidad, ese terreno era solo una parte de lo que se conoció como la Colina del Perro, un extenso terreno por el rumbo de Cuajimalpa en el que López Portillo construyó cuatro mansiones y una biblioteca a principios de la década de los 80, cuando todavía era presidente de México.
El plan original era que las mansiones fueran para López Portillo y su primera esposa Carmen Romano, con quien tuvo tres hijos. Pero en 1984, el ex presidente se enamoró de Sasha Montenegro y los planes cambiaron. En 1991, Carmen Romano y López Portillo se divorcian y años después, Sasha Montenegro se casa con él por el civil y se muda a la Colina del Perro.
Te podría interesar
Aunque hubo muchas versiones sobre la majestuosidad y lujo de la mansión, Sasha Montenegro asegura que era falso. Por lo menos eso fue lo que ella vio al llegar a vivir en la mansión.
“Se decían muchas cosas, pero no era más que un cascarón enorme, una porquería de casa. Se decía que tenía llaves de oro, no es cierto, tenía unas llaves Helvex, horribles, viejas y feas, las cortinas estaban podridas”.
¿Cómo era por dentro la mansión de Sasha Montenegro?
López Portillo murió en 2004. Como se informó en La silla rota, se supo entonces que había donado en vida una parte de la Colina del Perro a Sasha Montenegro. En el funeral del ex presidente, sus hijos del primer matrimonio manifestaron su deseo de “arreglar la situación” con la actriz.
Para entonces, Sasha Montenegro ya había hecho arreglos sustanciales a la “porquería de casa” que le había donado José López Portillo. Invirtió dinero no solo en la decoración, sino que incluso remodeló algunos espacios.
En una entrevista con el programa “En compañía de…”, la actriz contó que a mucha gente no le gustaba el estilo que le dio a la mansión pero que ella estaba orgullosa de lo que había logrado.
“Esta casa, él me la había dado en donación. Yo llegué a arreglarla y construir porque tenía una sola recámara y una gran biblioteca. Cuando reconstruyó la casa… fue una casa odiada por mucha gente que entraba ahí, pero si no tienen ni idea de lo que es decoración y buen gusto pues no es mi culpa”.
Sasha Montenegro llegó a decir que después de la remodelación que le hizo, esa casa podía usarse incluso para cine. “Yo hice ahí un set cinematográfico, la verdad”.