COLUMNA

Lenguas Viperinas

Créditos: La Silla Rota
Escrito en OPINIÓN el

Claudia ante Trump (por fin)

Fue rota, quizá con buenos motivos, la tradición de encuentros entre los presidentes de México y Estados Unidos apenas alguno de ellos fuera electo. Por primera vez en 12 años, Claudia Sheinbaum y Donald Trump asumieron el poder casi al mismo tiempo, pero tardaron más de un año en encontrarse personalmente. Ha funcionado bien el modelo de enlaces telefónicos, al grado de que en la Casa Blanca están incómodos con la percepción de que la mandataria mexicana cautiva de alguna manera a su homólogo y magnate. Algo debe haberse negociado para convencer a la Presidenta de viajar a la capital estadounidense con el futbol como motivo oficial, aunque el real sea la reunión bilateral, trilateral (o ambas). Con una agenda enorme, pero sin duda con poco tiempo disponible. Las lenguas viperinas nos aseguran que sólo habrá dos temas: seguridad y TMEC.  Ya nos enteraremos sobre el éxito o no del “encanto Claudia”.  

¿Qué hacemos con la OEA?

Alejandro Encinas, nuestro nuevo embajador ante la Organización de Estados Americanos, se presentó hace días con el personal de la representación, en Washington. Su mensaje levantó muchas cejas porque encomió el trabajo de la titular saliente, Luz Elena Baños, quien se dedicó a derruir todo puente de la diplomacia mexicana con ese organismo continental.  El nuevo secretario general, Albert Ramdin, de Surinam, luce particularmente débil, en especial ante el gobierno Trump, que intenta el derrocamiento de la dictadura chavista en Venezuela, para luego intentarlo con la mafia de Daniel Ortega y su esposa en Nicaragua. Y si le da tiempo, con la tercera dictadura de la región, Cuba. Sus métodos pueden parecer brutales, pero no está a la vista ninguna coalición de países amigos poniendo alternativas sobre la mesa, como no sea que las cosas se sigan pudriendo. Las lenguas viperinas se preguntan: ¿Cuál será la estrategia de México en este escenario, y cuál el rol que le tocará jugar a Encinas?

Altagracia y la incómoda IP

La acaudalada heredera de dos emporios empresariales fue la relatora del encuentro privado sostenido por la presidenta Claudia Sheinbaum con los hombres más ricos del país agrupados en el Consejo Mexicano de Negocios. Ello, en plena crisis de inversiones, y de la percepción de que el gobierno abrirá espacio para dineros privados en áreas hasta ahora vedadas, o que permitirá nuevas versiones de las llamadas asociaciones público-privadas, las APP tan satanizadas en el sexenio López Obrador. Según Altagracia Gómez, los señores del capital ofrecieron casi una cuarentena de proyectos de inversión, para los que habrían solicitado menos trámites y más seguridad pública. Empresarios asistentes, entrevistados a paso veloz tras la reunión de dos horas, hablaron del “potencial” de México para crecer. No se dieron detalles de los proyectos a invertir, tampoco de fechas ni, mucho menos, de montos.

¿Nuevo ciclo de cancelación de visas?

En lo que parece una rifa de castigos desde Washington al cinismo, Alejandro Tonatiuh Márquez se convirtió en el primer funcionario del gobierno Sheinbaum en ser sancionado por Estados Unidos con la cancelación de su visa, y poco después se supo que lo mismo ocurrió con José Luis Dagnino, alcalde del pequeño municipio bajacaliforniano de San Felipe -en los límites con Sonora. En el primer caso se trata del responsable de investigaciones para evitar el huachicol fiscal en las aduanas mexicanas. Sabemos que fracasó escandalosamente en su labor, a lo que sumó el desplante de acumular millones de pesos en una colección de relojes de lujo. ¿Quién sigue?