Van contra el “Bloque negro”
Una estrategia de inteligencia diseñada por el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, identificó al liderazgo del grupo de choque denominado “Bloque negro”, en la ciudad de México, cuya conducción es atribuida a 19 personas, 10 ellas ligadas a escuelas y facultades de la UNAM, y el resto a otras instituciones educativas y a grupos de “mercenarios” que son contratados “a la carta”. Fuentes ligadas a este tema nos aseguran que está en proceso un acuerdo entre instituciones para la aprehensión paulatina y procesamiento judicial de las cabezas de esa organización que hasta ahora ha permanecido impune bajo el fantasma de la “no represión”.
Ven ”mano negra” de Batres el IPN
Integrantes del equipo del director del Instituto Politécnico Nacional, Arturo Reyes Sandoval, han sostenido encuentros con funcionarios del gobierno Sheinbaum para ponerlos en antecedentes de que están detectando agentes desestabilizadores en escuelas de la institución a los que se atribuyen ligas con Martí Batres, líder de una facción “dura” de Morena y en sus ratos libres director general del ISSSTE. Batres ha sido señalado también de estar atrás de pequeñas células que están “tomando” diferentes facultades y otros planteles de la UNAM en forma itinerante, pues acaban siendo expulsados por verdaderos estudiantes y profesores, lo que los lleva a tener una acción “cucaracha” hacia otras sedes.
Las ocurrencias del diputado Arturo Ávila
En aparente búsqueda de con quién más pelearse por causas absurdas, una facción de Morena representada en la Cámara de Diputados preparó una propuesta tóxica de iniciativa de reforma legal que ya ostenta la firma del diputado Arturo Ávila, el próspero proveedor de avituallamientos militares de baja calidad en México y países vecinos. La intención de Ávila es imponer restricciones a la libertad de expresión de los ministros de las diferentes Iglesias en México, mediante un eventual reglamento que, como papa caliente, le sería requerido elaborar a la Secretaría de Gobernación, que encabeza Rosa Icela Rodríguez.
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Las derechas indignadas de la madre patria
Un discreto gesto diplomático surgido en Madrid con el que se reconoció el sufrimiento de pueblos originarios a causa de la conquista en amplias regiones del llamado Nuevo Mundo, del que surgiría lo que hoy conocemos como México, atizó la polarización política en el país que gobierna con muchas dificultades el socialista Pedro Sánchez. La centro-derecha del Partido Popular en la península ibérica se alía cada vez más a la ultraderecha de Vox para pedir el cese de funcionarios bajo el cargo de “entreguismo” hacia el gobierno mexicano por hacerse eco de reclamos en aquel sentido. Esas expresiones están despertando simpatías entre grupos conservadores mexicanos -a los que debe atosigar tener algo de sangre indígena-, tan indignados como en la madre patria. ¡Joder!