Marchas: la narrativa del riesgo
No tantas como preveían los promotores -el término de organizador parece quedarle grande a todos-, pero tan poco tan disminuidas como hubieran querido en el obradorismo, las marchas del sábado no enarbolaron ninguna demanda identificada con la ultraderecha (el rancio anticomunismo, repudio a la migración o ataques a derechos conquistados por la diversidad sexual). El mensaje más claro fue el hartazgo ante la violencia y sus derivados, incluida la extorsión. El gobierno Sheinbaum debe estar aquilatando que una lectura equivocada puede ser políticamente costosa. Y sí, en esas multitudes no dominaban los jóvenes, pero sería difícil suponer que en ese segmento -el universitario, por ejemplo- la seguridad no prime también entre sus urgencias, que seguramente incluyen vivienda y salud.
¿Por qué el endurecimiento policial?
La presencia de grupos de choque durante las marchas sabatinas en diversas ciudades atrajeron una natural reacción de los cuerpos policiales, los que sin embargo cargaron a golpes y patadas contra periodistas y personas que sin intervenir en las agresiones, tomaban imágenes de los enfrentamientos. Los testimonios de brutalidad policiaca menudearon incluso en la capital del país, como telón de fondo al mensaje de respaldo y apoyo que el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, dirigió a sus subordinados. Nos aseguran que la distribución de vallas en la plancha del Zócalo correspondió a un esquema para desalentar la presencia de la multitud. Nos alertan ante la posibilidad de que el desprecio gubernamental ante estas manifestaciones haya sido un incentivo para jefes policiales, que decidieron saltarse los protocolos para golpear a personas ya dominadas en el piso o arrebatar teléfonos celulares o equipo periodístico de fotografía y video.
Michoacán: García Harfuch acompaña ajustes
José Antonio Cruz, hasta ayer segundo al mando en la fiscalía de Justicia estatal en Michoacán, fue enviado a dirigir la Secretaría de Seguridad de la entidad, por designación del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. Cruz Medina es un personaje cercano al secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, y la razón de que las investigaciones sobre el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, quedaran radicada en el fuero local y no fueran atraídas por la fiscalía federal. El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha encomendado a virtualmente todos los titulares de carteras en su gabinete formar parte del llamado “Plan Michoacán”. Habrá que estar atentos a sus logros concretos.
Las lecciones de Chile
En el breve periodo de cinco años, el presidente chileno, Gabriel Boric, formado en la izquierda más ideológica, logró lo imposible: construir la ruta para que una amplia gama de organizaciones de derecha y ultraderecha se dirijan a controlar la presidencia de su país el próximo año, según los resultados de las elecciones de este domingo. Su caso manda señales a toda Latinoamérica, para decir lo menos. Su legado está siendo demolido por el reclamo de acabar con la violencia, que grupos conservadores ligan con la inmigración de diferentes orígenes. Tras la muerte del dictador Pinochet, derechas e izquierdas lograron una concertación para conducir una de las naciones de la región con democracia más madura y un sistema de partidos robusto. En las elecciones de este domingo la candidata heredera de las izquierdas casi empató con el emisario de la ultraderecha, pero si se suman los votos de los grupos conservadores controlaron 70% de los sufragios. Los expertos deberán dilucidar si todo se debió a la novatez de Boric, que le impidió distanciarse de los radicales, pero también le impuso miopía sobre la que los ciudadanos realmente esperaban de él.
