El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, mantuvieron una llamada telefónica la semana pasada, según informó The New York Times con base en fuentes cercanas al proceso.
En la conversación Trump advirtió a Maduro que Estados Unidos podría “multiplicará las acciones militares” si no abandona Caracas en el corto plazo, informó una persona al tanto de la conversación. De acuerdo con la misma versión, en la comunicación participaron también el secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, Marco Rubio.
La información circuló en un momento en el que las relaciones bilaterales se encontraban bajo una tensión significativa. La llamada ocurrió días antes de la entrada en vigor de la designación del Cártel de Los Soles como organización terrorista extranjera por parte del Departamento de Estado.
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Tensión en el entorno bilateral
La clasificación del grupo delictivo formó parte de una serie de medidas que Washington impulsó contra figuras del círculo gobernante en Caracas. Estados Unidos señaló reiteradamente a Maduro por su presunta relación con actividades de narcotráfico, un señalamiento que el gobierno venezolano rechazó en múltiples ocasiones.
Fuentes consultadas confirmaron que Marco Rubio, secretario de Estado estadounidense, también participó en la comunicación. Rubio desempeñó un papel central en el diseño de la estrategia de presión aplicada sobre el gobierno venezolano desde el inicio de la administración Trump.
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Mientras surgían detalles de la llamada, la postura pública de Washington continuaba enfocada en operaciones militares en la región. El gobierno estadounidense incrementó la presencia de activos en el Caribe y fortaleció despliegues vinculados a acciones contra redes vinculadas al tráfico de drogas.
Movimientos paralelos en Washington
En días recientes, Trump anunció que operativos dirigidos a estructuras venezolanas vinculadas al narcotráfico entrarían en una fase terrestre "muy pronto". Esas acciones seguirían a intervenciones marítimas previas en las que ocurrieron enfrentamientos contra embarcaciones señaladas por Estados Unidos como parte de rutas ilícitas.
El mensaje presidencial coincidió con evaluaciones internas en Washington sobre posibles alternativas diplomáticas. Según fuentes citadas por el diario estadounidense, la conversación con Maduro formó parte de un esfuerzo para sostener un canal de contacto abierto en medio de las tensiones.
Hasta ahora, ni el Ministerio de Comunicaciones de Venezuela ni la Casa Blanca emitieron comentarios sobre los detalles de la llamada ni sobre la posibilidad de un encuentro posterior entre los dos gobiernos.
Una estrategia de doble vía
El acercamiento telefónico ocurrió en paralelo a un marco de presión sostenida sobre Caracas. Funcionarios y asesores en Washington señalaron que la combinación de acciones militares y gestos diplomáticos buscó mantener opciones abiertas ante la situación política y de seguridad en Venezuela.
La dualidad entre presión y comunicación directa se presentó como un recurso para explorar escenarios de resolución sin abandonar medidas ya anunciadas. No se ofrecieron más precisiones sobre los pasos siguientes en ese esquema.
VGB
