Carmen Curlers, ha llegado para convertirse en una divertida y arriesgada serie inspirada en hechos reales que gira en torno a un simple rizador de cabello y que, al más puro estilo del efecto mariposa, desencadenará un conjunto de eventos que emanciparán a las mujeres de un pequeño pueblo a luchar por sus derechos, rebelarse en contra de la violencia económica y el rol de género forzado que desempeñaban en sus hogares. 

Comenzando a deshilar esto que parece un enredo, podemos situarnos en este aparatejo que sale en los años sesentas y que prometía, mantener a las amas de casa con unos rulos impecables, es decir, que cumplía con la función de otorgarle a las mujeres de un pueblo la promesa de lucir arregladas para poder recibir a sus esposos con la mejor presentación posible, una enorme cena y una casa limpia o al menos, eso es lo que la familia patriarcal dicta. Cansadas de este escenario, las mujeres decidirán cambiar su vida para siempre. 

La tensión de la historia comenzará cuando salen del molde de género, por supuesto, un acto que no agradará a los esposos en lo absoluto; una mujer económicamente activa e independiente en los sesentas era motivo suficiente para ser juzgada y recriminada por la sociedad conservadora por no desempeñarse como madre, esposa y ama de casa. 

Axel Byvang, será el nombre de un aventurado inventor que llegará a la vida de estas mujeres, entonces, ¿cuál es la relación con el rizador?, bueno, todo se liga cuando este empresario en bancarrota compra todas las patentes de este aparato eléctrico y sin recursos para difundirlo,  Byvang quedará en bancarrota, hasta que una de las mujeres de la comunidad escucha su historia y en compañía de más mujeres que desean trabajar, se convierten en el equipo que llevará al rizador de pelo a la cima. 

Una historia donde existe la sororidad, la compañía, la resistencia por la libertad, el amor y demuestra la gran valía que tiene la red de apoyo entre mujeres, especialmente, en un contexto donde la misoginia y el machismo, les intenta jugar en contra cerrándoles las puertas, acosandolas y tratando de que renuncien a sus sueños de convertirse en empresarias, sin embargo, con furia esta historia demostrará que las mujeres también saben jugar en las esferas de los negocios

Inspirada en hechos reales, “Carmen Curlers” se convirtió en una oportunidad para que miles de mujeres pudieran preguntarse qué era lo que realmente deseaban y si, verdaderamente, toda su vida habían anhelado con dedicarse al cuidado de su esposo o si, tal vez, había sido un deseo impuesto donde no existió espacio alguno para que pudieran elegir qué las hacía realmente felices. 

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La historia real de Carmen Curlers

Arne Bybjerg, un hombre que se dedicaba a la reparación de aparatos eléctricos y a la colección de piezas daría un vuelco total a su vida luego de crear el primer rizador eléctrico que atendía a las necesidades de las mujeres que tardaban horas en el salón de belleza, sin embargo, no contaba con el recurso suficiente para que se pudiera difundir su creación. Es así, que las mujeres de un pueblo danés decidieron comenzar a difundir la maravilla del aparato que les ahorraba horas y de manera escalada, se construiría una enorme red de mujeres (un aproximado de 3,500), muchas de ellas, amas de casa o granjeras de la periferia del pueblo. 

Estas mujeres de los años sesentas se convertirían en grandes empresarias, compartirían sus saberes con otras mujeres y lo más importante, por fin podrían comenzar a decidir qué hacer con su dinero, un acto que aunque en un contexto actual pueda parecer común, ese espacio donde el conservadurismo era imperante, un rizador de pelo sería bandera de rebeldía y revolución.