La celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas surge como una oportunidad para reconocer a las comunidades indígenas -sus tradiciones, valores, idiomas y costumbres- y el aporte que estas han brindado en el fortalecimiento de las culturas nacionales; un ejemplo de ello podría se la Guelaguetza, pero ¿realmente se reconoce a las personas indígenas y se respeta su cultura?

El regreso de la Guelaguetza a las calles y al Cerro del Fortín, estuvo marcado por una ola de críticas al gobierno y al espectáculo montado en la capital del estado de Oaxaca. Este evento, que pretende la celebración de la diversidad de los pueblos indígenas, dejó diversas lecciones que son importantes reflexionar en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas

¿Celebración de los pueblos indígenas?

En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, las reflexiones principales sobre la Guelaguetza, que es descrita como la “fiesta étnica y racial más importante de Latinoamérica”, es sobre la discriminación y racismo hacia las propias comunidades indígenas. Además, denunciaron que no hay un verdadero reconocimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas, dejándolos de nuevo en la marginación. 

Para poder formar parte de la Guelaguetza, las delegaciones representantes de las ocho regiones del Estado de Oaxaca tienen que recibir la visita del Comité de Autenticidad y pasar los filtros que la organización dicta para poder mostrar sus tradiciones.  

En ese sentido, la representante de la Diosa Centeótl, Yeimi Impala participó en uno de los eventos finales de la gran fiesta con un discurso donde denunció estas prácticas. Yeimi Impala es “hija afromexicana, nieta de una mujer zapoteca y bisnieta de una mujer zapoteca”, quien también es  la activista y creadora de contenido en TikTok. 

“Tengo el honor de ser la Diosa Centeótl de esta Guelaguetza popular. Gracias a mis raíces, soy el fruto joven de una mujer que, recuerda y reconoce la lucha indígena que vive día a día, llena de discriminación, racismo y expulsión, así como violaciones directas a sus derechos humanos al que se le negó el derecho a participar en el Lunes del Cerro”, señaló. 

Esta práctica ha provocado inconformidad en varias comunidades indígenas que tradicionalmente participan en el espectáculo y que fueron rechazadas por dicho comité, como Santa María Huatulco y Santa Catarina Juquila. Hasta 2015 se aceptó la entrada de pueblos afromexicanos como Santiago Llano Grande, con la danza de los diablos.

El festejo escenificado en la capital de Oaxaca ha sido criticado por parecer más un espectáculo para extranjeros. En este 2022, Oaxaca de Juárez se atiborró de turistas, lo que dejó una derrama económica de 500 millones de pesos, según datos oficiales. Las terrazas lujosas de Santo Domingo lucieron llenas de espectadores listos para observar las calendas y convites que se organizan en las calles de la ciudad. 

“El Lunes del Cerro se ha convertido en una manifestación mercantilizada y fetichizada de la identidad cultural que, romantiza y disfraza la verdadera vida a la que se enfrentan nuestros pueblos indígenas. La identidad de nuestros pueblos no es mercancía”, denunció Yeimi Impala. 

De acuerdo con usuarios de redes sociales, los boletos para el Auditorio Guelaguetza alcanzaron precios superiores a 300 dólares (unos 6 mil pesos mexicanos) y las secciones designadas para la entrada gratuita rebasaron su capacidad.

“El Lunes el Cerro no es sólo una fiesta de un mes, es nuestra forma de vida. Recordad que, no solo en este mes se tienen que respetar los derechos indígenas, sino se defienden y se lucha por ellos toda la vida. Larga vida a la Guelaguetza popular del pueblo y para el pueblo”, destacó la activista. 

Oaxaca linda, querida y feminicida 

El gobernador Alejandro Murat aseguró que “Oaxaca lo tiene todo” y que es “un pueblo único, que tiene todo que ofrecer”. Mientras tanto, la gran fiesta de la Guelaguetza fue acompañada por distintos recordatorios sobre la violecia feminicida que, de acuerdo datos oficiales, mantienen a Oaxaca como el quinto estado más peligroso para ser mujer. 

Aquí las lecciones que nos dejaron las mujeres oaxaqueñas: 

  • La justicia es selectiva en Oaxaca feminicida

La saxofonista María Elena Ríos, fue expulsada del Auditorio Guelaguetza después de protestar con una manta en la que se leía “Oaxaca feminicida”. Elena Ríos fue atacada con ácido en 2019 por el empresario y exdiputado local del PRI Juan Antonio Vera Carrizal, autor intelectual del ataque. Mientras que, su hijo, Juan Antonio Vera Hernández, sigue prófugo de la justicia tras ser acusado por tentativa de feminicidio.

En videos de redes sociales se muestra el rechazo de la gente a la exigencia de la mujer, además de ser escoltada por casi una decena de policías. Unos días más tarde, el 29 de julio, la saxofonista fue aplaudida por la audiencia en el mismo auditorio, después de su participación en el concierto de la oaxaqueña Lila Downs. 

  • Mujer, calladita te ves más bonita 

La colectiva artística “Oaxaperras” quienes entonaron en el atrio de Santo Domingo de Guzmán una versión adaptada a protesta de la canción “Mujer Oaxaqueña” del compositor Rodolfo Villegas Bolaños en la cual se exalta la belleza como adorno de las mujeres de las ocho regiones de Oaxaca.

De manera disruptiva las activistas cantaron: “Oaxaca capital del arte, que exorciza para poder lucrar. Hoy les digo que la Guelaguetza no es una fiesta, es un vil pretexto pa' poder vender nuestra identidad… Es Aidé, Jesica y Soledad, son las madres que lloran por sus muertas, son las memorias de todas mis compas que no volverán, es el grito que por más que quieran no podrán callar. Oaxaca la tierra del encanto, donde habita la impunida, donde con orgullo hablan siempre de la mujer hermosa, siempre y cuando se encuentre callada para no incomodar”.

En ese sentido, activistas y familiares de víctimas de feminicidio levantaron su voz para exigir justicia por la fotoperiodista Sol Cruz Jarquín asesinada en 2018 en Juchitán de Zaragoza, delito por el cual no hay ni una sola persona detenida. Asimismo, demandaron justicia para Estela Rojas Peña, asesinada en noviembre de 2019 cuyo caso está por entrar en la etapa de la audiencia de juicio.

  • Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio 

Una mujer se acercó al gobernador Alejandro Murat y le pidió una foto con un letrero que decía: “Oaxaca lo tiene todo”. Se puso a su lado y dejó ver el mensaje real: “666 feminicidios feminicides 2016-2022”; hombres cercanos intentaron reprimir la protesta al jalonear a la mujer, pero no pudieron evitar que el letrero fuera exhibido. El gobernador y su esposa la ignoraron y siguieron caminando.