Las panaderías del Centro Histórico de la Ciudad de México son auténticos testigos del paso del tiempo. Muchas fueron fundadas desde finales del siglo XIX y principios del XX, y conservan recetas tradicionales. Ofrecen una gran variedad de panes típicos como conchas, orejas, polvorones y panqués que evocan la nostalgia.
Además de su valor gastronómico, estos establecimientos son parte del patrimonio cultural de la ciudad. Sus fachadas antiguas, hornos centenarios y mobiliario clásico atraen tanto a locales como a turistas. Visitar panaderías como Ideal, La Vasconia o Pastelería Madrid es una experiencia que mezcla historia, sabor y tradición mexicana.
Ahora, te contaremos de una panadería ubicada en el corazón de la capital mexicana que ha logrado conquistar el paladar de los chilangos durante casi un siglo. Aquí están todos los detalles.
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¿Cuál es la historia de la tercera panadería más antigua de la Ciudad de México?
Contexto: se trata de El Molino, panadería ubicada en la calle 16 de Septiembre #59 en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Fue fundada en 1928 por Juan Servitje, un panadero catalán que previamente había trabajado en importantes confiterías como Pan Ideal y Flor de México; desde entonces se ha distinguido por su elegancia y calidad.
Durante su inauguración, la panadería demostró sus productos de alta repostería y su capacidad para crear obras maestras de repostería, debido a que sorprendió a sus asistentes con un enorme pastel en forma de la Torre Eiffel. Este evento marcó el inicio de una tradición de innovación y excelencia en la panadería mexicana.
Para 1941, la panadería El Molino fue remodelada completamente, y bajo la dirección de Lorenzo Servitje, hijo de Juan, adquirió un horno moderno que permitió la producción eficiente de pasteles y bizcochos. Este suceso fue un paso significativo que eventualmente llevó a la fundación de Grupo Bimbo en 1945, la empresa panificadora mexicana más importante a nivel mundial.
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¿Por qué esta panadería mexicana ha gozado de bastante popularidad?
La panadería El Molino se volvió un lugar emblemático del Centro Histórico, ofreciéndole a sus clientes una amplia variedad de productos que incluyen panes dulces y salados, pasteles de varios pisos y la especialidad de la casa: sus conchas. De igual manera, cuenta con un restaurante en la planta alta donde se servían comidas supervisadas por Pepita, una integrante de la familia.
Para 2006, el local fue adquirido por El Globo, perteneciente a Grupo Bimbo, lo que provocó que sus productos fueran llevados a otras ciudades del país. Sin embargo, la sucursal original mantuvo su fachada tradicional y continúa ofreciendo productos que combinaban la tradición con la innovación.
Actualmente, El Molino sigue siendo un referente en la panadería mexicana, ofreciendo hasta 150 variedades de pan y adaptándose a las nuevas tendencias sin perder su esencia. Su menú incluye opciones como bolillo con cochinita, croissants de jamón y queso, así como pizzas de espinaca, entre otros.
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La historia de la panadería El Molino es un testimonio de la evolución de la panadería en México, desde sus inicios artesanales hasta convertirse en parte de un conglomerado internacional. Su legado perdura en cada pieza de pan y pastel que ofrece, siendo un símbolo de la tradición y la innovación en la repostería mexicana.
