Es imposible hablar de la historia del Centro Histórico de la Ciudad de México sin mencionar a las cantinas, espacios exclusivos que surgieron en el siglo XIX, donde se combinaba la bebida y los tragos con la charla política y social. Con el tiempo, se convirtieron en puntos clave de la vida urbana, albergando a artistas, bohemios, revolucionarios y cronistas de la época.
Cargadas de historia, leyendas y gastronomía, muchas de estas cantinas aún conservan elementos únicos como espejos decorativos y fotografías en blanco y negro. Sin embargo, un porcentaje de ellas ha desaparecido, ya sea a consecuencia de la gentrificación o de la pandemia por el COVID-19.
Es por eso que, a continuación, te contaremos la historia de esta emblemática cantina que, con más de un siglo de historia, se volvió el lugar favorito de intelectuales, bohemios y artistas, pero, debido a ciertos factores, tuvo que cerrar hasta convertirse en una escuela de cine y fotografía.
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¿Cuál es la historia de la cantina mexicana donde "Cantinflas" trabajo como mesero?
Contexto: se trata de La Vaquita, emblemática cantina ubicada en la esquina de Mesones e Isabel la Católica en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Fue fundada en 1920, convirtiéndose en un punto de encuentro para artistas, bohemios e intelectuales durante más de un siglo, ofreciendo una experiencia única para los amantes de la cultura cantinera mexicana.
Entre las leyendas que rodean a este icónico establecimiento se cuenta que el actor Mario Moreno "Cantinflas" trabajó allí como mesero antes de alcanzar la fama. Además, supuestamente el nombre de la cantina le fue dado por Diego Rivera y Frida Kahlo, que se dice eran clientes habituales. Otros relatos mencionan la constante visita de la fotógrafa Tina Modotti y de su amante, el revolucionario cubano Julio Antonio Mella.
Con un ambiente bohemio y acogedor, La Vaquita se volvió el negocio favorito entre los capitalinos; comúnmente se podían escuchar música de boleros, tríos y mariachis amenizando las tardes. Asimismo, los comensales podían disfrutar de juegos clásicos como el cubilete y el dominó, mientras degustaban bebidas accesibles.
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La cantina mexicana que se convirtió en una escuela de fotografía
Más allá de las historias que surgen de esta cantina, La Vaquita era reconocida por su cocina, donde se ofrecía una gran variedad de botanas tradicionales mexicanas, como frijoles charros, arroz, filete de pescado, fajitas de pollo y chamorro. Los platillos variaban según el día, pero, además, una de las joyas de la casa eran sus tortas, especialmente la de queso blanco, popular entre sus comensales.
Sin embargo, a pesar de tener momentos memorables, la cantina tuvo que cerrar sus puertas en 2020 debido a la pandemia por el COVID-19. La fuerte crisis sanitaria que afectaba al país junto con las restricciones económicas provocaron que se hiciera insostenible su operación y, tras más de un siglo de historias, únicamente en su fachada quedó un letrero de "Se renta", marcando el final de un capítulo en la historia de la CDMX.
Sorpresivamente, el legado de La Vaquita no desapareció por completo. Para 2023, la Escuela Superior de Cine (ESCINE) transformó la emblemática cantina en la sede de la primera Licenciatura en Fotografía de la Ciudad de México. Este proyecto busca honrar la memoria del lugar y de figuras como Tina Modotti, ofreciendo un espacio dedicado al arte y la cultura visual.
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La escuela actual mantiene algunos de los elementos arquitectónicos originales de la antigua cantina, como los mosaicos y la estructura del inmueble, logrando una armonía entre la tradición y la educación moderna. Así, el legado de La Vaquita perdura como un símbolo cultural del Centro Histórico, evolucionando con el tiempo sin perder su identidad histórica.
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