VERACRUZ, VER.- Donde alguna vez hubo departamentos y casas, hoy hay oficinas y negocios. Bodegas, zapaterías, tiendas de ropa, de accesorios, uno que otro lugar de comida e inmuebles desocupados con letreros de Se Renta es lo que se encuentra en el corazón del Centro Histórico de Veracruz.
De ejemplo está la segunda planta de la tienda Hang Ten de la avenida Independencia, la cual es utilizada como bodega; algo habitual en las zapaterías de la zona, según explica el experto inmobiliario, Pedro Fernández. En contraste, a tres calles adelante se encuentra la panadería La Especial, ubicada en la primera planta. Arriba, el espacio que está destinado a ser una oficina, está vacío.
Sin embargo, esto no significa que el Centro Histórico ya no esté habitado por familias, sino que, cada vez, son menos las personas que viven en él. Las razones, pueden resumirse en dos: la falta de buenas condiciones de vivienda en el Centro Histórico, ocasionada por la falta de mantenimiento e inversión; y la imposibilidad de acceder a la compra de estos a través del crédito Infonavit, utilizado por el 70 por ciento de los mexicanos.
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A pesar de ello, aún hay edificios en el Centro Histórico que son habitados por familias enteras, sólo que la cantidad y la ubicación exacta de estos, explica Pedro Fernández, se desconocen.
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“Yo creo que ese dato, inclusive, no debe estar en un registro. Hay que empezar a generar métricas (...). Habría que generar desde el Registro Público a la Propiedad: ¿quién es el propietario?, ¿cuál es la comercialización?, ¿por qué estás aquí?, ¿estás en calidad de juicio? Yo creo que tendría que ser en base de un estudio muy minucioso”, explica.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la zona de monumentos históricos está comprendida por 1.5 kilómetros cuadrados, dividida en los perímetros A y B. En estos, se pueden encontrar las calles y avenidas de Francisco I. Madero, General Prim, Guerrero, Gonzáles Pages, Ignacio Zaragoza, 5 de mayo, Miguel Hidalgo y otras, donde hay establecimientos, oficinas, edificios deshabitados y bodegas.
De estas, sólo determinados edificios son considerados monumentos históricos, los cuales se especifican en el decreto publicado durante la administración del expresidente Vicente Fox Quesada y los cuales son regulados por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y su aprobación y organización recae sobre el INAH y sobre el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
La nueva realidad del Centro Histórico
20 años atrás, el Centro Histórico solía estar más habitado. Niños, madres y personas de la tercera edad vivían en los edificios considerados como monumentos históricos del primer cuadro de la ciudad. Sin embargo, la desaparición de los “puntos ancla” del centro, como la cercanía a los juzgados para los abogados o la cercanía al puerto para las agencias aduanales, sumó a que las personas decidieran vivir en los nuevos fraccionamientos como parte de la expansión de la ciudad, explica el agente inmobiliario Pedro Fernández.
Otro de los golpes que ha resentido al Centro Histórico, dice el experto inmobiliario, es el abandono que este presenta, razón por la cual las rentas rondan entre los 2 mil y los 5 mil pesos. En el callejón Melchor Ocampo, por ejemplo, una propiedad de 85 m2 para uso comercial, puede alcanzar los 6 mil 500 pesos sin gastos de electricidad incluidos.
“Son rentas bajas. Esto debido a que en muchas ocasiones se renta ni siquiera como casa habitación, sino como bodegas para los expendios aledaños”, explica Pedro Fernández, debido a que las instalaciones eléctricas e hidráulicas, así como los cimientos de los inmuebles del centro, no se encuentran “en un formato idóneo".
A las afueras de la ciudad, en los fraccionamientos de vivienda social o en los desarrollos habitacionales populares, es posible encontrar viviendas desde los mil 500, los 4 mil y los 6 mil pesos mensuales según las condiciones del inmueble, el número de habitaciones, las amenidades y la ubicación.
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Aunque el precio de renta sea mayor en estos fraccionamientos en comparación de los departamentos que aún son habitables en el Centro Histórico, explica Pedro Fernández, estas casas suelen estar en mejores condiciones y cumplen con el reglamento de municipalización ante situaciones que puedan aumentar contra la plusvalía.
“Pero algo muy importante: no están dadas las condiciones dadas para vivir hoy en el Centro Histórico. No tienes una oferta que califique a un crédito hipotecario por la antigüedad, y luego por la situación física que tiene, pues menos. Mientras no haya una oferta de calidad y que además sea idónea, no puede ser viable para la comercialización”, expresa.
A pesar de la falta de mantenimiento a los inmuebles del Centro Histórico, hay algunos que continúan habitados, como el número 443 de la avenida Ignacio Zaragoza, en la casi esquina de la calle Francisco Canal. Este inmueble, que está protegido por el INAH al considerarse un monumento histórico, es de un color rosa deslavado, tiene protecciones y la pintura caída.
La única forma de rehabitar el Centro Histórico, explica el experto, es a través de un trabajo conjunto de la sociedad civil organizada, del gobierno municipal, estatal y federal para, además, crear una cultura de pertenencia y cuidado entre la juventud veracruzana.
“Tendríamos que trabajar primero en un análisis, después en una métrica y después generar acciones reales para dar las condiciones, (así como) dar conciencia a los propietarios (de los inmuebles) para poder generar una oferta idónea, porque hoy, es completamente inoperante para el arrendamiento y para la compra”.
mb
