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Vapes al alcance de jóvenes de Veracruz a través de redes sociales

En grupos de WhatsApp y de Facebook, menores de edad y jóvenes pueden comprar fácilmente los "vapeadores", artículos prohibidos por el Gobierno Federal por riesgos a la salud

Pese a que se reguló su venta, los jóvenes tienen acceso a estos dispositivos
Vapeadores, fáciles de comprar.Pese a que se reguló su venta, los jóvenes tienen acceso a estos dispositivosCréditos: Pexels
Escrito en VERACRUZ el

VERACRUZ, VER.- Víctor, un joven universitario de 22 años, es consumidor de los cigarrillos electrónicos desde sus 16, y dependiente a él desde el 2022, año en que su circulación y comercialización en el interior de la República Mexicana quedó prohibida. Sin embargo, a dos años de la prohibición, en Veracruz y Boca del Río todavía existen establecimientos que venden vapes.

Tras consumirlo por mucho tiempo, Víctor desarrolló conductas ansiosas cuando su dispositivo se queda sin batería. “Hey wey, ¿traes cargador? No me mires así, por fa”, es lo que les decía a sus amigos hace un semestre, cuando necesitaba cargar su vape.  
Los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapes, se popularizaron la década pasada cuando comenzaron a venderse como una alternativa para dejar el cigarro, como una opción más saludable y como un producto sin nicotina. Datos que años después, son desmentidos por la Cofepris. 

El consumo de estos aparatos alertó a las autoridades sanitarias cuando la Cofepris, en el 2015, emitió un comunicado en el que declaraba a los cigarrillos electrónicos como un riesgo para los adolescentes mexicanos.

En ese momento del apogeo, la conversación se encaminaba hacia la posibilidad de que, jóvenes sanos y no fumadores, pudieran volverse adictos a la nicotina. 

Vapeando por primera vez

Víctor es originario de Cosamaloapan, Veracruz, ciudad ubicada al sur del estado, a casi tres horas y media de la capital. Allí creció con su familia y amigos, con quienes fumaba cigarros electrónicos.  

Según recuerda, primero probó el cigarro a sus 15 años, pero el sabor a nicotina y “la peste” de este, no le gustaron. Un año después, en el 2018, Víctor probó el vape de sus amigos, el cual “era de esos que eran líquidos y que tenían forma de batería”. 

Aquel cigarrillo tenía sabor a menta, aunque ahora, Víctor prefiere los sabores de uva y frutas mixtas. En un principio, Víctor inhalaba de forma intermitente, ya que un cigarrillo de “mil jaladas” le duraba de 2 a 3 meses, y cuando lo terminaba, esperaba algunas semanas para comprarse otro. 

Ahora, cinco años después, Víctor consume entre uno y dos vapes de 15 o 20 mil hits (jaladas) al mes. Según recuerda, en ese entonces un cigarrillo electrónico de mil “jaladas” costaba alrededor de 800 pesos, un costo similar que tienen ahora los cigarrillos electrónicos de 30 mil hits.   

Primer mentira: mejor opción que el cigarro 

Los cigarrillos electrónicos, de acuerdo con la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Consama), “son dispositivos que calientan un líquido en un aerosol que el usuario inhala”. Este e-liquid es una solución cuya composición puede variar, ya que su contenido no está regulado y los fabricantes pueden usar diferentes componentes.  

Lo que sí está regulado desde 2021 es la importación y exportación de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), Sistemas Similares sin Nicotina (SSSN), Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN), cigarrillos electrónicos y dispositivos vaporizadores con usos similares, así como las soluciones y mezclas utilizadas en dichos sistemas, entre otros, a través del Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que modificó las tarifas de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación. 

Un año después, el 31 de mayo de 2022, se publicó en el DOF, el Decreto en el que se prohíbe la circulación y comercialización en el interior de la República, cualquiera que sea su procedencia, de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina, Sistemas Similares sin Nicotina, Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina, cigarrillos electrónicos y dispositivos vaporizadores con usos similares, así como las soluciones y mezclas utilizadas en dichos sistemas, señalando que a quienes comercialicen se les aplicarán las sanciones que señalen las disposiciones jurídicas aplicables. 

De acuerdo con la revista Ciencia Cofepris: Vape lo oculto, edición febrero 2023, estas regulaciones fueron derivadas de la obligación del estado “en cuidar el derecho a la salud y proteger el interés superior de la niñez” debido a que la publicidad de estos productos se dirige a niños y adolescentes. 

Además de que, dichas prohibiciones, muestran la evidencia científica que, –en el 2015- no se tenía, relacionada con la afectación a la salud de los nuevos productos.  

Distribución de los cigarrillos electrónicos en Veracruz

Víctor cuenta que cuando era menor de edad y vivía en Cosamaloapan, solo bastaba con entrar a un sitio web y encargar cualquier vape, ya que no era necesario mostrar una identificación.

De hecho, cuenta que, en una tienda física ubicada en Boca del Río, en uno de los centros comerciales, hace un par de años llegó a ver cómo le vendieron, a un menor de edad, un vape

Esta venta de cigarrillos electrónicos, también se ha registrado en el mercado informal, ya que personas que no tienen puntos de venta, los promueven a través de páginas de Instagram o de grupos de WhatsApp. 

Cuenta, también, que existen grupos en Facebook en donde los consumidores de cigarrillos electrónicos se dan consejos para consumir “de forma correcta”, y que, para sus amigos, el que Víctor consuma está normalizado. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen tres categorías de estos nuevos productos, los cuales son: 
Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) Sistemas Similares sin Nicotina (SSSN), y Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina, (SACN). 

Los dos primeros son conocidos popularmente como “cigarros electrónicos” o “Vaporizadores” y los terceros se han comercializado como productos de tabaco calentado (PTC), es decir, sin combustión. 

De hecho, de acuerdo con datos de la Conasama, para el 2020 habían más de 5 millones de personas que consumían estos productos, de los cuales 160 mil eran adolescentes. Los adolescentes que comenzaron a utilizar estos cigarrillos electrónicos ahora son jóvenes adultos, como es el caso de Víctor. 

El TDAH y la predisposición a dependencia de sustancias

A la edad de 3 años, Víctor fue diagnosticado con Trastorno de Déficit de Atención (TDA), el cual fue reafirmado a sus 13 años, pero ahora como TDAH; con hiperactividad. Desde entonces, cuenta, acudió con neurólogos y psicólogos, quienes le dijeron lo importante que era continuar con la psicoterapia para evitar cuadros de ansiedad y depresión.  

Aunque Víctor obtuvo el diagnóstico de TDAH durante la infancia y luego durante la adolescencia, esto no evitó que desarrollara dependencia por el tabaco. “Es una ansiedad mental, ¿sabes? Porque te autoengañas, te relajas cuando inhalas y exhalas. De hecho, es una técnica que te dan para controlar la ansiedad”, apunta. 

Cuando Víctor comenzó a presentar ataques de pánico, en parte provocados por el uso del vape, fue en el 2022. Explica que al principio los dolores en el pecho, el no poder respirar y el sentir morirse, pasaban una o dos veces al mes durante la madrugada.

“Me saqué de pedo, dije, ‘esto está muy raro’, pero lo dejé pasar”. 

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Conforme pasando las semanas, los ataques eran cada vez más fuertes. Llegó a un punto en que los ataques eran prácticamente diarios en cualquier momento del día, por lo que dejó de comer y de asistir a su facultad.  

El punto de quiebre, recuerda, fue una noche que se encontraba solo durante la madrugada. “Comencé a sudar frío y no aguanté, le marqué a mi mamá diciéndole que me iba a morir y que llamara a una ambulancia”, cuenta. La ambulancia nunca llegó, ya que al él marcar al 911, comenzaron a realizarle preguntas que, la operadora, concluyó que era un ataque de pánico. 

Al pasar el mal momento, se regresó a su casa y comenzó tratamiento psiquiátrico, por lo que dejó los cigarrillos electrónicos y el alcohol durante algunas semanas, hasta que tuvo “luz verde" para tomar alcohol de manera mesurada. Actualmente, meses después, Víctor aun fuma cigarros electrónicos, aunque quiere dejarlos.  

“Muchas veces el fumar te hace ver interesante, te hace ver cool, o por lo menos así es como lo pintan en los medios de comunicación. A veces, mientras fumas, se te acercan morras a decirte ‘¿qué fumas? ¿Me das?’ Y pues, eso te da validación de algún tipo”, expone. Además, reflexiona, uno de los problemas de los cigarrillos electrónicos, además de su facilidad de compra, es la variedad tan extensa de sabores.

mb