VERACRUZ, VER. - El estacionamiento de la avenida Cuauhtémoc, casi esquina con calle Echeven, es el escenario donde 20 jóvenes ensayan los pasos de salsa que bailarán en los próximos recorridos del Carnaval de Veracruz 2024. Cada noche, la música salsa que sale de una bocina se mezcla con el ruido de los carros que transitan por la vialidad. Desde el mes de abril, los integrantes de la Comparsa Omar y Yuliana se reúnen en este sitio para ensayar y así brindar el mejor espectáculo a los asistentes.
Fue hace 11 años que el equipo conformado por Omar Romero y Yuliana Tiburcio tomaron un nuevo reto: ser parte del carnaval, de esta manera y gracias a la perseverancia, el grupo logró estar en el convoy de los desfiles.
“Nosotros tenemos una academia de baile y ya tenemos 23 años impartiendo clases, entonces siempre hemos participado en el carnaval en carros alegóricos y desde hace 11 años siempre se nos ha metido la espinita de querer sacar un grupo grande, una comparsa y por eso decidimos formarla”, explica Yuliana.
Este miércoles 26 de junio iniciaron oficialmente los festejos de los 100 años del Carnaval de Veracruz con la Quema del Mal Humor, una tradición que consiste en quemar una figura representativa que causó malestar entre los veracruzanos, con la finalidad de despedir lo malo.
Posteriormente, sigue la coronación de los reyes y reinas, así como los tradicionales desfiles. Donde cientos de jarochos que conforman las comparsas, batucadas y bastoneras se reúnen para desfilar en el bulevar Manuel Ávila Camacho. Por lo que tienen que prepararse durante semanas de anticipación para tener listas sus coreografías y vestuarios que compran con recursos propios.
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Construyen su historia dentro del carnaval
La comparsa de Omar y Yuliana es una de las agrupaciones de reciente formación, ya que la mayoría son equipos que llevan más de 30 años de participar en los desfiles. Por eso ambos aseguran que fue un poco difícil formar parte del convoy.
“Es complicado formar tu comparsa, porque ya hay muchas agrupaciones. Ahora sí que, pues el convoy es demasiado largo, entonces es complicado meterse dentro de lo que es el carnaval y ahora, llevar una comparsa es más difícil, porque mientras más gente haya, es más complicado tener los ensayos”, dice la coreógrafa.
Antes de formar su comparsa, Omar y Yuliana eran integrantes de otra agrupación que se desintegró. Ambos han participado desde hace 20 años en el carnaval, pero fue en el 2013 que decidieron conformar su propio grupo.
Con ayuda del tío de Yuliana, Guillermo Romel Enríquez Arano, quien participó en el Carnaval de Veracruz como bastonero real desde el 2006, fue como consiguieron el espacio para estar presentes en los desfiles, cuenta Omar.
En su primer año comenzaron con 28 integrantes y conforme pasó el tiempo más personas se unían a la comparsa. Actualmente son 36 participantes de entre 15 y 50 años que ensayan 2 horas al día para mantenerse en forma.
“Ya van varias generaciones que siempre de alguna u otra manera participan en el carnaval, ya sea como integrantes de una comparsa, arriba del carro alegórico o participando en la coronación de la reina y reyes”, dice el instructor de baile.
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Salen a bailar a otros lugares para recaudar fondos y comprar vestuarios
Lo que caracteriza a las comparsas del carnaval son los vestuarios brillantes y llamativos que llevan en cada desfile y que están hechos a mano. El costo es de 3 mil pesos por cada vestimenta que utilicen, afirma Yuliana.
Este 2024, los integrantes de la comparsa de Omar y Yuliana utilizarán dos vestuarios, que incluyen el diseño, zapatos y tocado. La agrupación admite que este es uno de los retos al que se enfrentan cada año, pues muchos de los miembros son jóvenes y no tienen los recursos para comprar lo que se necesita o dependen de sus padres para hacerlo.
Por esta razón, antes de que inicien los ensayos se reúnen como agrupación para hacer rifas, vender cosas y hasta ir a otros municipios cerca de la conurbación para recaudar fondos y así comprar el material con el que deleitarán al público.
“Algunos integrantes trabajan y otros estudian. Lo que hacemos son rifas, a veces nos vamos a comunidades a bailar y pedir cooperación para ayudar a cada uno y entre todos. Algunos les van dando los papás otros de su trabajo y es como se logra el objetivo”, comenta Yuliana.
Además de eso, otra de las dificultades que han presentado es organizarse con los tiempos de cada uno de los participantes para que acudan a bailar. Por eso es que optan ensayar por las noches y así reunir a las personas que estarán en el contingente.
Un reto conseguir nuevos integrantes
Omar explica que uno de los retos a los que las comparsas se han enfrentado desde hace 8 años, es conseguir nuevos integrantes para que se unan, las reglas del Comité del Carnaval establecen que para que una agrupación pueda participar deben de tener al menos 30 integrantes y sin son menos no se les otorga el permiso.
“Antes, hace 8 años, los integrantes llegaban solitos, había comparsas de 60, 70 personas. Ahorita las comparsas se conforman de 20 o 25 a lo mucho 30, nosotros tenemos 36, gracias a Dios, pero sí ha sido complicado poder juntar a la gente, porque ahora la mayoría son estudiantes y no tienen la posibilidad económica de pagar un vestuario”, agrega Omar.
Aunado a eso manifiesta que poco a poco se pierde la tradición de querer participar en los recorridos. En años pasados los integrantes de las comparsas se preparaban con un año de anticipación y ahora no se ven motivados, afirma el instructor.
Sin importar los retos cada integrante de la comparsa Omar y Yuliana se mantiene firme en cada ensayo para poder llenar de alegría los siguientes recorridos en el bulevar.
mb