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En silla de ruedas motorizada, Iván se gana la vida haciendo mandados en Coatza

Con un triciclo, soldado a una motocicleta y una silla de ruedas, Iván, de 55 años, recorre las calles de Coatzacoalcos; su unidad ya está fallando y requiere ayuda para una nueva

Ivan hace mandados en su silla tricicleta en Coatza.
Escrito en VERACRUZ el

COATZACOALCOS, VER. –Iván Manzano de 55 años no se deja vencer ante las adversidades, hace 23 años la vida le puso uno de los mayores retos al perder sus piernas. Hoy realiza mandados en un medio de transporte que diseñó con una motocicleta, un triciclo y una silla de ruedas.

Cuando tenía 33 años, Iván sufrió un accidente automovilístico en Ciudad del Carmen Campeche, donde perdió su pierna izquierda y la derecha quedó inmóvil. A partir de ese momento su vida cambio pues requería de una silla de ruedas para moverse. 

“Yo era obrero y trabajaba en donde me contrataban porque sabía hacer muchas cosas, y pues el día del accidente, para ser exacto en septiembre del año dos mil, iba con mi jefe y nos golpearon en la camioneta por alcance y nos salimos de la carretera y pues a partir de ese momento perdí mis dos piernas. Una me la cortaron y la otra con fracturas también quedó inservible”, recuerda con tristeza.

Iván, de tes morena y cabello quebrado, hoy viste una playera deportiva y un pantalón cortado con un vendaje que le cubre la cirugía realizada hace 20 años. No reclama a Dios por lo que le paso, pero si anhela no haber acudido a aquel viaje.

Con la muerte de su esposa entendió que no podía darse por vencido

Mientras se recuperaba, la muerte le arrebató a su esposa, quien era su apoyo moral y físico. Su pareja murió a causa de la diabetes. Iván, quien es originario de Campeche, entendió que no podía darse por vencido y comenzó a luchar para salir adelante.

Primero vendía manualidades y posteriormente se las ingenió para adaptar su silla de ruedas a una motocicleta y un triciclo que le regalaron y comenzó a realizar mandados por toda la ciudad.

Rotuló en el triciclo su número de teléfono y comenzó a ofrecer sus servicios en negocios y domicilios particulares.

“La mentalidad es fuerte, la condición física es la que cambia nada más, simplemente tenemos que adaptarnos a la nueva condición y yo me puse a trabajar, después de ocho meses y a buscar como sostenerme”, relata.

A Iván le duele la ausencia de su esposa, pues asegura que en todo momento le brindaba palabras de aliento, pero en su lecho de muerte juró que no se daría por vencido y que saldría adelante, promesa que hasta la fecha ha cumplido.

Hace mandados y vende productos de temporada

La motocicleta fue divida: el manubrio fue soldado al frente del triciclo y el motor a un costado. Mientras que en un piso de lámina sube su silla de ruedas para poder manejar sentado. Los cambios de velocidad los realiza con su mano, al tener una palanca adaptada como si fuera un automóvil, lo que facilita su operación.

Durante más de seis horas recorre las calles de Coatzacoalcos en Veracruz, comprando y entregando productos. Principalmente en el centro de la ciudad, que es donde vive actualmente.

Por servicio cobra entre 20 y 50 pesos, al día puede ganarse hasta 200 pesos.  

“Además de los mandaditos, también vendo frutas, frutas picadas, con limón y chile, le vendo donas y pelonas a las personas. En ocasiones también bolis y aguas para refrescarse. Aunque los mandaditos son lo que más hago con las personas que ya me conocen”, dice Iván mientras muestra cómo maneja.

Iván vive con sus dos hijos de 20 y 24 años, quienes le ayudan por momentos, ya que actualmente se encuentran estudiando y él no quiere que falten a clases.

Pide ayuda para cambiar la motocicleta

Su único medio de transporte ya comienza a fallar y hay momentos en que pide ayuda para seguir recorriendo las calles, pues requiere que empujen el triciclo para que el motor arranque.

Los mecánicos le dijeron que ya no tiene reparación por lo que requiere comprar otra motocicleta, sin embargo lo que gana no le alcanza, por ello requiere de la ayuda de personas altruistas y autoridades para juntar 25 mil pesos.

“Yo le pido a la gente que nos escuche y tenga posibilidad de que me pueda ayudar. La moto ya no está en condiciones para su desempeño, tengo que andar pidiendo empujoncitos. Me dicen los mecánicos que la reparación sale más cara que la moto, pues ya tiene casi ocho años funcionando”, lamenta.

Si puede ayudar a este hombre de lucha, puede comunicarse a su número de teléfono: 9321280874. Con un carisma que contagia Iván no se da por vencido y asegura que, mientras su unidad avance, seguirá trabajando.

mb