Al cumplirse el primer año del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, podemos afirmar que el tablero de resultados presenta luces interesantes, aunque no libres de sombras; sin euforias, pero sin minimizar logros, este balance muestra aciertos tangibles en empleo, bienestar social y seguridad, junto a claros retos estructurales y un crecimiento económico que palidece frente a las expectativas.
Uno de los avances más destacados (y preocupantes) es la expansión sin precedentes del gasto social, 836 mil millones de pesos en programas como Pensión a Mujeres, Beca Rita Cetina y otros, lo que equivale a un incremento del 638 % desde 2018, con esto, alrededor del 82 % de las familias mexicanas reciben apoyos directos, lo que sigue causando la pregunta entre la sociedad, ¿Cómo seguirán manteniéndose estos apoyos?
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En materia laboral, el salario mínimo se elevó un 12 % en 2025, alcanzando un aumento real histórico de 135 % respecto a 2018. En la zona fronteriza, el alza fue aún mayor. Además, México cuenta con una cifra récord de empleo formal: más de 23 millones de puestos, y se formalizaron 1.2 millones de personas que trabajan a través de plataformas digitales.
La reducción de homicidios se ha convertido en uno de los pilares de autoelogio del gobierno: 25 % menos desde septiembre pasado, aunque aún promedian más de 65 homicidios diarios, razón por la que tampoco puede ser presentado como un logro cuando siguen falleciendo más de medio centenar de mexicanos cada día.
El primer año de Sheinbaum ha sido, en muchos sentidos, un “año técnico” con logros cuantiosos en programas sociales, empleo formal y ciertos indicadores de seguridad. Sin embargo, la economía muestra señales de desaceleración y persistencia de problemas estructurales.
La narrativa de “momento estelar” que ella impulsó durante su informe encuentra respaldo en cifras concretas, pero también evidencia vacíos, problemas económicos latentes, dependencia energética insostenible y la seguridad que sigue siendo una de las principales preocupaciones ciudadanas.
Haciendo zoom… Si bien el estilo no polarizador y de marcada experiencia técnica da confianza, será necesario ampliar estas herramientas con reformas estructurales, diálogo político efectivo y una visión de largo plazo. El segundo año no puede ser solo la continuación de cifras, debe ser el inicio de una transformación real, más allá del calor de Palacio, que llegue con resultados tangibles a cada rincón de Veracruz y México.