XALAPA, VER.- Anahí y Macario han vivido los últimos cinco meses en albergues alrededor del Centro Estatal de Cancerología (Cecan). Ellos son originarios de Poza Rica, municipio ubicado al norte del estado de Veracruz, pero deben cuidar a su hijo Daniel -de ocho años-, que fue diagnosticado con cáncer.
La mujer, que se turna con su esposo para cuidar al menor de edad, dice que ellos se dedican a la venta de hoja de plátano, pero, debido a la enfermedad del menor, viven de gente altruista que les da de comer fuera del Cecan, o que les dona dinero para cubrir los 70 pesos diarios que deben pagar para dormir en el albergue.
Esta semana se pidió apoyo en redes sociales para Macario García, originario de Poza Rica, que buscaba trabajo como jardinero, ya que hace algunos meses ha tenido que vivir en Xalapa por la enfermedad de Daniel.
Anahí confirma que ella y su esposo, han recibido apoyo de personas que hacen trabajo altruista en las inmediaciones del hospital, quienes también lo apoyaron para sacar una tarjeta de banco, y es donde algunos xalapeños les han depositado dinero, con lo que pagan los gastos que les genera vivir en la capital de Veracruz.
La mujer está sentada en una jardinera, en la entrada del Centro Estatal de Cancerología. Sobre su cabeza tiene una pieza de una pijama, para atajarse del sol y junto, una bolsa blanca con más ropa de niño.
Un poco aislada del resto de los familiares de pacientes con cáncer, cuenta que está afuera esperando a algunas personas que le ofrecieron llevarles ayuda. La madre explica que el año pasado le detectaron un tumor a su hijo y le fue extirpado, sin embargo, en su más reciente visita los médicos localizaron una nueva protuberancia y lo están tratando con quimioterapia.
La entrevistada platica que aún no sabe cuánto tiempo más van a tener que pasar en Xalapa, pues los médicos no les han explicado si el niño tendrá que ser intervenido nuevamente o si, con la quimioterapia, se logrará disminuir el nuevo tumor.
Un poco apenada y preocupada por la situación que atraviesa su familia, confiesa que su hijo se rehusa a obedecer algunas indicaciones de los médicos que lo atienden, y el personal del Cecan les ha adelantado que, si Daniel sigue en esa misma actitud, será dado de alta, “pues no cumple con las reglas del hospital”.
“Ahorita ya le quitaron el tumor. Le volvió a salir otro más chiquito, ahorita le están poniendo quimio (…) luego se porta muy grosero el niño y los médicos ya nos llamaron la atención, de que si sigue así, me lo van a regresar”.
El malestar del personal, explica, es que con la quimioterapia le salen ronchas a Daniel, es por eso que constantemente le piden que se bañe, pero el menor se niega a atender las instrucciones de las enfermeras y los médicos.
La mujer no tiene claro el tipo de cáncer que padece su hijo, solo cuenta que le salió un tumor en el pecho que no lo dejaba respirar y, cuando lo extirparon, les dijeron que era cancerígeno. Daniel empezó a sentirse mal a mediados del año 2022, de repente le daban ataques de tos y no podía respirar, el tumor le estaba tapando las vías respiratorias, les explicaron.
Cuando Daniel empeoró, pues cada vez eran más frecuentes los ataques de tos, les recomendaron llevarlo con un pediatra “donde su prima de él siempre lleva a sus niños”, y el doctor ordenó internarlo de emergencia, pues el tumor estaba afectando sus vías respiratorias.
El menor fue ingresado de emergencia al hospital de Poza Rica, estuvo ahí 15 días, “después nos llamaron de acá (Cecan) y nos venimos para acá. Eso fue en noviembre del año pasado”.
Explicó que desde finales del 2022 han estado viajando de manera constante de Poza Rica a Xalapa, a veces se turna, porque deben ir a ver a sus otros hijos de 16,15 y 9 años que viven, en la comunidad El Palmar, con la mamá de Anahí.
La familia ha vivido siempre de revender hojas de plátano en Poza Rica, y es con lo que su mamá, que ya es una adulta mayor, obtiene dinero para dar de comer a sus otros hijos, que, confirma, no van a la escuela.
Anahí cuenta que Daniel iba al kínder en 2019, sin embargo, con el aislamiento que provocó el virus del SARS CoV-2 no terminó el curso, y ya no lo inscribió en la modalidad virtual.
Con ocho años, el menor no sabe leer ni escribir y con su enfermedad no lograron reinscribirlo en la escuela, incluso, duda si podrá ir a la primaria, pues no saben cuándo se podrá ir del hospital, “no va a la escuela porque estamos acá”.
La mujer cuenta que su hija de 16 años tiene una discapacidad, “está enfermita, no le entra la educación” pero aún no sabe qué enfermedad padece, pues no le han hecho estudios. El de 15 ayuda a su abuela a vender, y la menor de nueve tampoco le dio tiempo de inscribirla en el ciclo escolar 2022-2023.
“De que lo operaron, yo me vine el otro día. Estuve unos días allá, y me dice vente, porque el niño no reacciona; ese día me fui a vender mis hojas, y con ese dinero compré mi boleto (de autobús)”.
Explica que Daniel regresó a recibir su tratamiento de quimioterapia, después de que le extirparon el tumor, y detectaron que tenía otro bulto. La mujer duda en dar más información sobre el diagnóstico de su menor hijo, pues los médicos no le han explicado si basta con la quimioterapia, o lo tendrán que operar otra vez.
Dice que ahorita están “sobreviviendo” de un apoyo que les dieron, “de ahí agarramos para comer, y vivimos allá, rentamos un cuarto”.
En México, en el 2021, se reportaron un millón 122 mil 249 defunciones por tumores malignos, Veracruz ocupó el tercer lugar a nivel nacional, con una tasa de mortandad de 8.1 muertos por cada 10 mil habitantes, reporta el INEGI.
Los principales tipos de cáncer que afectaron a la población de 0 a 19 años, son la leucemia; el tumor maligno de las meninges, del encéfalo y de otras partes del sistema nervioso central; el tumor maligno del hígado y de las vías biliares intrahepáticas; así como de linfoma no Hodgkin.
Para apoyar a Daniel y sus papás, se pueden hacer depósitos a la tarjeta SPIN OXXO 4217 4700 3486 7784 a nombre del señor Macario García.
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