VERACRUZ, VER.- Mientras las playas del Caribe mexicano destacan por su arena blanca y suave, en las costas de Veracruz el tono es más oscuro y con textura distinta. Esta diferencia no es casualidad: se debe a procesos geológicos, biológicos y ambientales que determinan la apariencia de la arena.
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De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), la arena de las playas proviene de dos fuentes principales: la erosión de rocas terrestres, transportadas por ríos hacia la costa, y la fragmentación de organismos marinos como corales y moluscos. La combinación de estos materiales define el color y la composición de cada playa.
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Origen de la arena
En el caso de Veracruz, gran parte de la arena es terrígena, es decir, llega desde el continente. Los ríos que desembocan en el Golfo de México arrastran partículas de minerales oscuros, materia orgánica y sedimentos de las montañas, lo que da a las playas veracruzanas un color café o grisáceo.
El Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos (NPS, por sus siglas en inglés) explica que la presencia de minerales como cuarzo, magnetita o hematita puede oscurecer la arena y darle un aspecto más rugoso.
Por el contrario, en Cancún y otras zonas de Quintana Roo, la arena es biogénica. Investigaciones publicadas en la revista Microporous and Mesoporous Materials señalan que la arena de Cancún está compuesta principalmente de carbonato de calcio en forma de aragonita, proveniente de conchas, esqueletos de corales y otros restos marinos. Esta composición explica su característico color blanco y su textura más fina.
En el Caribe, la abundancia de arrecifes coralinos favorece la producción de sedimentos claros, mientras que en el Golfo la fuerte influencia fluvial aporta arenas más oscuras.
Así, cada playa refleja la historia natural de su entorno. Las arenas de Veracruz y Cancún no solo son diferentes en apariencia, también son el resultado de procesos ambientales únicos que revelan la diversidad geológica y biológica de México.