EXPLOSIÓN PEMEX

Las personas lloraban y corrían: testigo de explosión de Pemex en Veracruz

Emmanuel tiene dos meses de ser contratado en una compañía subcontratista de Pemex, donde vivió la explosión de la subestación la tarde del jueves 23 de febrero, que ha dejado 2 muertos y 3 desaparecidos

El joven estuvo a 200 metros de la explosión en ducto de Pemex.
Testigo de explosión en Pemex.El joven estuvo a 200 metros de la explosión en ducto de Pemex. Créditos: Fluvio César Martínez
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IXHUATLÁN DEL SURESTE, VER. - A sus 22 años, Emmanuel Ramos, trabajador de una empresa contratista, no imaginó que sería testigo de una explosión en Petróleos Mexicanos (Pemex), que cobraría varias vidas. La tarde del jueves 23 de febrero, mientras estaba laborando frente a la subestación de Tuzandepetl, en el municipio de Ixhuatlán del Sureste, en Veracruz, vio el siniestro que al momento ha cobrado la vida de dos trabajadores, hay tres lesionados y otros tres están desaparecidos.

Es su primer empleo dentro de una compañía subcontratista de Pemex, con apenas dos meses de ser contratado. Asegura que no es la mejor forma de comenzar su carrera laboral, pero agradece a Dios estar vivo.

“Todo fue bastante sorpresivo, estábamos relajados porque esperábamos un generador para seguir chambeando, y cuando hacíamos labores de limpieza se escuchó un fuerte estruendo y nos percatamos de que había una llama, pero al principio pensé que así se trabajaba, pero conforme creció la llama nos espantamos”, cuenta el joven.

Este viernes, después del siniestro, acudió a laborar, pero los trabajos están suspendidos en la obra civil donde lo contrataron. Se dice sorprendido por el número de desaparecidos, aunque dice que le tocó ver todo de cerca, pues estaba a menos de 200 metros del siniestro.

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Con su overol naranja, está parado frente a la entrada de la subestación, ahí cuenta que prefirió abandonar sus pertenencias y salvar su vida.

“Gracias a Dios, nuestro chófer ya iba por nosotros y nos interceptó cuando decidimos correr, estábamos saliendo y esa cosa seguía explotando”, señala.

"Es una catástrofe que me tocó vivir"

Al estar frente a las familias que lloran a sus desaparecidos, asegura que “es una catástrofe lo que me tocó vivir”, y no dimensiona el nivel del riesgo al que se exponen él y sus compañeros de trabajo. 

“No sé cómo describir o explicar, porque es una desesperación de las personas llorando y corriendo en busca de los trabajadores, es algo fuerte y pues ve como están las esposas o las mamás”, afirma.

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Dice que tuvo la suerte de no ver a ningún lesionado o persona quemada, pues sería un trauma que no olvidaría, aunado a que en el momento del siniestro opto por no mirar atrás y correr con todos hasta ponerse a salvo.

Emmanuel es originario del municipio de Nanchital, y vive con sus padres, a pesar del temor asegura que seguirá trabajando en la zona industrial, pero espera no atestiguar otro siniestro o catástrofe como él llamó a la explosión de Tuzandepetl.

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