COATZACOALCOS, VER. - Frente a lo que queda del bar “Caballo blanco” en Coatzacoalcos, al sur de Veracruz, Francisca Sánchez acaricia la fotografía de su hija Zuleyma, una de las 32 víctimas del atentado ocurrido la noche del 27 de agosto del 2019.
Zuleyma, de 26 años, se encontraba trabajando como bailarina la noche en que ocurrió el ataque y murió calcinada.
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Dejó a dos hijos que dependían de ella, Nicole y Santiago de 4 y 6 años, que hasta el día de hoy siguen sufriendo su partida.
Francisca cuenta con un nudo en la garganta que cuando sus nietos comen o se acuestan a dormir lloran la ausencia de su madre y es difícil controlar a los dos menores que siguen creciendo y preguntando.
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“Así como el proceso que pasamos nosotros, pasan los niños, y para ellos no tienen como expresar su dolor y es más difícil; Zuleyma dejó a dos hijos, que hoy tienen 7 y 9 años”, indicó con lágrimas.
Este sábado 27 de agosto del 2022, se cumplen tres años de la masacre registrada en el bar de Coatzacoalcos.
Desde muy temprano Francisca llevó un arreglo de flores al lugar donde le arrebataron la vida a Zuleyma.
Bailarina asegura que amenazas fueron ignoradas por la gerente
A través de un video que subió en redes sociales, una bailarina del bar, que se hace llamar Arcelia Ramírez, asegura que libró el atentado, pues dejó el trabajo días antes, al ver que varios negocios de la ciudad eran víctimas de la delincuencia.
En la publicación que dura más de veinte minutos, reveló que antes de la masacre, la gerente a quien identifica como Karina “N”, recibió varias amenazas antes del siniestro, pero las ignoró.
“Karina estuvo siendo extorsionada y le llegaban muchos mensajes de texto diciéndole acabas de salir de tu casa, tomaste un taxi, Karina no hacía caso a estos mensajes y ya le habían amenazado que le iban a quemar el negocio y nunca creyó, hasta que esas personas cumplieron sus amenazas”, detalla.
La joven que no oculta su rostro y que se encuentra fuera del estado, asegura que por lo menos diez de las personas que fallecieron fueron sus amigas, además de DJ Bengala, a quien describe como una persona que siempre las protegió, “incluso el día del atentado”.
En julio del 202, la Fiscalía General de la República confirmó la detención de Edgar “N”, alias el negro, señalado de ser el presunto autor intelectual de la masacre en este bar.
Sin embargo, los familiares señalan que las autoridades no les informan sobre los avances de la investigación.
“Yo le pido al gobierno que se ponga las pilas y se investigue lo que pasó, porque ya son tres años y si me atreví a hacer este video es porque quería que supieran algunas cosas”, insiste la bailarina.
Regreso a clases un calvario para Aracely, su hija dejó a su cargo tres nietos
Junto a Francisca, se encuentra Aracely llorando la muerte de María del Carmen, otra de las bailarinas que murió en 2019.
Asegura que las autoridades estatales y municipales no le han brindado algún tipo de apoyo económico.
Mantiene a sus tres nietos, que eran hijos de maría, con cerca de cuatro mil pesos al mes que reciben de la Comisión de Atención a Víctimas y el trabajo de su esposo.
“La verdad nos la vemos muy duros con nuestros niños con sus estudios, en la escuela; y si se enferman hay que ver como curarlos, porque no tenemos apoyo de Coatzacoalcos, aquí no nos han dado, por eso queremos saber que está pasando”, expresó.
Las sillas y mesas continúan regadas, por todas partes hay huellas de quemaduras y explosiones al interior del inmueble que, continúa resguardado por dos elementos de la policía estatal.
Este año fueron solo cuatro madres las que acudieron a colocar arreglos florales y pedir por sus hijas.
Aunque un día antes, los familiares se manifestaron durante la visita del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador al sur de Veracruz, no fueron atendidos por alguna autoridad.
“Pido al gobierno que ayuden a los hijos de mis amigas, que sus hijos quedaron en la orfandad; ya suficiente tuvieron como les entregaron a sus hijas, en bolsas de basura”, finaliza el video de Arcelia.
La noche del 27 de agosto del 2019, sujetos armados irrumpieron en el bar, y después de lanzar disparos al aire, rociaron gasolina por todas partes, para después incendiar el inmueble; incluso los sobrevivientes señalan que sellaron la única ruta de escape, para impedir que salieran las personas.
El saldo oficial que las autoridades confirmaron fue de 32 personas, en su mayoría bailarinas y trabajadoras.
mb